El comercio justo beneficia cinco veces más a los productores que el comercio convencional y, además, «constituye una alternativa basada en el respeto y la equidad entre ambas partes», recuerda la Coordinadora Estatal de Comercio Justo. La entidad, que engloba a 36 ONG españolas del sector, lanza este mensaje en unas fechas tan significativas como las navideñas. También remarca la importancia de actuar de manera solidaria y sostenible en las compras, en especial, en época de crisis.
Para lograr un mundo más justo, es necesario que «el consumidor tenga en cuenta los derechos de las personas que elaboran los artículos además de su propio beneficio», asegura la organización. En la misma línea, insiste en que «las relaciones comerciales entre los llamados Norte y Sur, a menudo, consolidan la pobreza de este último».
La Coordinadora defiende que el comercio justo constituye una alternativa al comercio convencional al estar basada «en el respeto y la equidad entre ambas partes». En una tableta de chocolate, precisa, el productor de comercio justo recibe el 33% sobre el precio final del artículo, mientras que en el comercio convencional es del 6%. Además, en este sistema solidario, las organizaciones importadoras prefinancian la producción y definen el precio de común acuerdo.
Con el comercio justo, el productor (y su comunidad) mejoran su calidad de vida y el consumidor obtiene un artículo de alta calidad, ya que se trata de productos biológicos y elaborados con materias primas naturales. En cuanto al precio final un paquete de café (250 gramos) cuesta entre 2,10 y 3 euros, una camiseta de algodón, entre 12 y 15 euros, o una crema hidratante facial (50 gramos), a partir de 14 euros, destaca la organización.
Además, el proceso de fabricación es respetuoso con el medio ambiente y no rompe con el equilibrio natural de la zona. Por tanto, la compra de artículos de Comercio Justo «supone apostar por otro modelo global que pone en el mismo nivel de importancia los criterios económicos, humanos, sociales y ecológicos».