Grandes firmas de moda internacional fabrican sus productos en Tamil Nadu, uno de los mayores centros mundiales de confección y distribución de prendas de vestir donde niñas y adolescentes trabajan en condiciones infrahumanas que rozan la esclavitud y el trabajo forzado. Este artículo describe las condiciones alarmantes en las que trabajan estas mujeres y muestra cómo algunas empresas contribuyen a esta situación laboral que roza la esclavitud sin prestar atención a toda la cadena de producción de la ropa que venden.
El informe ‘Flawed Fabrics’ (Tejidos defectuosos) pone de nuevo de relieve la irresponsabilidad de las empresas de ropa que contribuyen a que niñas y adolescentes trabajen sin contrato, privadas de libertad y en condiciones insalubres más de 68 horas a la semana por 1,3 euros diarios. El estudio ha sido realizado por el Centro de Investigaciones sobre Empresas Multinacionales (SOMO), una red holandesa de investigación independiente y sin fines de lucro que trabaja en temas sociales, ecológicos y económicos relacionados con el desarrollo sostenible, y la ONG holandesa The India Committee of the Netherlands (impulsora de la campaña «Ropa Limpia»).
Condiciones laborales alarmantes
Niñas y adolescentes trabajan en India por 1,3 euros diarios con jornadas de 68 horas a la semana, durante los 365 días del año
Decenas de miles de niñas y adolescentes, algunas con apenas 15 años, representan el 60% de los 400.000 trabajadores del sector textil en el estado de Tamil Nadu, situado en el extremo sudeste de India. Trabajan por 1,3 euros diarios con jornadas de 68 horas a la semana, durante los 365 días del año. Lo hacen sin contrato, en un ambiente insalubre, sin derechos básicos como la prestación en caso de enfermedad o la afiliación sindical. Son claras condiciones laborales de explotación laboral y violación de los derechos humanos.
El informe revela también que las niñas y adolescentes son atraídas mediante engaños y falsas promesas a las casi 1.600 factorías textiles de esta región india. La mayoría de las jóvenes de entre 14 y 20 años pertenecen a la casta de los dalit o «intocables», la más baja del país, considerada impura y dedicada a tareas marginales con míseros salarios. Para reclutarlas, las empresas acuden a las zonas más pobres y convencen a los padres para que envíen a sus hijas a trabajar, prometiéndoles buen salario, opciones de escolarización, tres comidas diarias y una paga extra a los tres años para costear su dote y contraer matrimonio.
La principal dificultad para luchar contra la explotación vinculada al comercio textil es la falta de transparencia en la cadena de producción, que impide conocer a las empresas intermediarias y exigir responsabilidades.
Es recomendable mirar las etiquetas que aparecen en las prendas de vestir. Las quejas son frecuentes porque cada vez son más y más largas, pero no se atiende a lo que dicen y están hablando del lugar de fabricación de esa prenda.
Un consejo es comprar productos de fabricación nacional o en países donde se tenga la certeza de que no se vulneran los derechos de los trabajadores, no hay explotación infantil y las condiciones laborales son dignas.
Y siempre se puede comprar en tiendas de comercio justo. En España hay un total de 140 tiendas y puntos de venta de este tipo de comercio y 13 tiendas on line, gestionadas por las organizaciones de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo.