En España se contabilizan 47 personas dependientes por cada 100 personas que hay en edad de trabajar -población entre 16 y 64 años-. La ratio de 47,8% de 2009 supone que cada persona en edad de trabajar deberá contribuir, de media, a casi la mitad de los gastos de una persona que no lo es. Además, la tasa alcanzará el 55,2% en 2020.
Hasta el año 2006, se había registrado una reducción del esfuerzo que debía realizar la población en edad de trabajar para cubrir las necesidades de la población dependiente. Sin embargo, en los últimos 20 años, la población mayor de 65 años se ha incrementado en un 50%, mientras que la que está en edad de trabajar sólo lo ha hecho en un 22%. Por ello, la tendencia seguida por la tasa de dependencia muestra claros signos de revertirse y si se prolonga en el tiempo, puede poner en riesgo la sostenibilidad del sistema. Estos datos aparecen en un estudio de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett), basado en la «Proyección de Población de España a corto plazo» del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La situación favorable de años anteriores puede tener un carácter transitorio y empeorar en el futuro, sobre todo si se tiene en cuenta las proyecciones de población del INE, que apuntan a que los mayores de 64 años pasarían a representar el 19% del total de habitantes, frente al 16,6% actual. Además, la población en edad de trabajar se reduciría en 754.000 personas (un 2,4%) en la próxima década, según contempla el estudio. Este trabajo alerta, además, de que la actual coyuntura económica, con una tasa de paro en el primer trimestre de 2010 del 20,05% y una perspectiva de lenta reducción, también hará «más difícil» mantener los gastos de la población dependiente y, por tanto, del fomento de la natalidad.
Aunque la definición de tasa de dependencia engloba como dependientes a mayores de 65 y menores de 16 años, el estudio también advierte de que hay que tener en cuenta que no es lo mismo para la sociedad española que la mayor parte de la población dependiente sea mayor de 65 años o menor de 16, ya que «si la mayoría es menor de 16, son ciudadanos que en un futuro próximo nutrirán la población activa, algo que no sucederá a la inversa». En el año 2009 había 25 personas dependientes mayores de 65 años por cada 100 personas en edad de trabajar, frente a 23 dependientes menores de 16 años.
Agett asegura que la tasa de dependencia registra una «gran dispersión regional», ya que oscila entre el 39,8% de Canarias y el 52,5% de Castilla y León. La comunidad autónoma mejor posicionada es Canarias, seguida de Islas Baleares (42,6%), Madrid (44,8%), Murcia (45,1%), Andalucía (45,5%) y Comunidad Valenciana (45,8%). Por el contrario, Castilla y León (52,5%), Aragón (50,8%), Galicia (50,3%) y Extremadura (50,1%) son las regiones en las que la tasa es más desfavorable. Con datos de 2009, las provincias peor posicionadas eran Zamora (62,9%), Orense (61,6%), Soria (59,9%), Lugo (59,7%) y Ávila (58,5%), frente a Las Palmas (40,6%), Santa Cruz de Tenerife (41,9%) y Almería (42,4%), que tienen unas tasas más favorables.