La enfermedad de Chagas, poco conocida entre los países del primer mundo, ya ha infectado entre 16 y 18 millones de personas en el mundo y sigue matando a 50.000 personas al año. ¿Cómo se origina? ¿Cuál es su tratamiento? También conocida como la tripanosomiasis americana, la enfermedad de Chagas está causada por un parásito transmitido a través de la picadura de ciertos insectos, conocidos como vinchucas o chinches picudas, según la zona geográfica. Este insecto suele vivir en las grietas de paredes y tejados de viviendas de adobe y paja, frecuentes en zonas rurales y barrios pobres latinoamericanos. Concretamente, son los movimientos de población los causantes de que la enfermedad se haya propagado alarmantemente. Médicos Sin Fronteras asegura que una persona puede infectarse aunque no muestre ningún síntoma durante años. Sin embargo, una vez que desarrolla el Chagas crónico, el afectado sufre daños irreparables en el corazón, el esófago y el colon, de manera que los enfermos suelen morir por fallo cardiaco.
Imagen: Médicos Sin Fronteras
Respecto a los tratamientos actuales contra el Chagas, éstos son tóxicos y duran uno o dos meses. «Sólo son eficaces en la fase aguda y asintomática de la enfermedad en niños menores de 15 años, mientras que no existe ningún tratamiento para el Chagas crónico en adultos», lamenta la ONG.
La enfermedad de los más pobres
Médicos Sin Fronteras denuncia además que al tratarse de una enfermedad que se extiende en poblaciones empobrecidas, apenas se ha estudiado. «No existen medicamentos especiales para combatirla, los enfermos no tienen la capacidad para obtener el tratamiento y la prevención se complica», explican. Por otro lado, la enfermedad de Chagas disminuye la productividad de toda la región de América Latina. En 2002, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó que las pérdidas económicas debidas a la mortalidad temprana y las discapacidades asociadas a la enfermedad de Chagas entre la población adulta joven eran de 8.156 millones de dólares americanos.
Médicos Sin Fronteras (MSF) es una de las pocas entidades que se ha preocupado en poner solución a este mal. Con este fin, reclama atención sanitaria y acceso a diagnóstico y tratamiento para los pacientes. “Las autoridades de salud de los países endémicos insisten aún en centrar sus programas de Chagas exclusivamente en el control a través de la fumigación o el control de los bancos de sangre, marginando a los pacientes ya contagiados que necesitan el tratamiento”, advierten desde la organización.
Sin embargo y través de sus programas en Latinoamérica, MSF tiene por objetivo demostrar que el tratamiento no sólo es posible sino que se trata de un imperativo humanitario. Los resultados clínicos obtenidos demuestran que los medicamentos existentes pueden utilizarse de forma más generalizada de lo que en un principio se pensaba, con efectos secundarios manejables, según asegura la ONG.
MSF ha presentado la exposición fotográfica ‘Chagas, Una Tragedia Silenciosa’, con el objetivo de sensibilizar a todos los países, aprovechando que estos días se celebraba en Guatemala la reunión de la ‘Iniciativa de Centroamérica para la Interrupción de la Transmisión Vectorial y Transfusional de la Enfermedad de Chagas (IPCA)’.