La campaña “Un juguete, Una ilusión” se ha convertido en un clásico, de la mano de la Fundación Crecer Jugando y Radio Nacional de España (RNE). Veterana de la solidaridad en Navidad, cada año pone a la venta un artículo a un precio simbólico que se transforma en un juguete. Es la magia de la Navidad. En los últimos años, el artículo elegido ha sido el bolígrafo solidario, que se puede adquirir en distintos puntos de venta, entre ellos los supermercados EROSKI, a un coste de cinco euros. Esta es la cantidad necesaria para fabricar y enviar cada juguete a los países de destino, “a la misma puerta de los niños”, explica Enrique Martínez Torres. Responsable de esta iniciativa por parte de RNE, Martínez Torres está convencido de las bondades de los juguetes como un medio para fomentar el desarrollo de los niños y despertar su ilusión. Por ello asegura: “Son un bien básico que divierte, educa, fomenta la creatividad y, sobre todo, ayuda a establecer vínculos y relaciones afectivas entre los niños”.
Es un motivo de solidaridad. Es algo solidario y, a la vez, práctico. Todas las personas llevamos uno en el bolsillo y esto implica que nuestro deseo de compartir algo con los demás nos acompaña siempre.
La suma de todo lo recaudado se convierte en juguetes nuevos fabricados en España y que se envían a diferentes países a través de ONG que trabajan en ellos. Llegan a su misma puerta para no generarles gastos. Los cinco euros de cada bolígrafo permiten toda esta operativa de fabricación y envío de juguetes.
Sí. Comunicar a todos aquellos que aportan dinero lo que se hace con estos fondos ha sido siempre una de las obsesiones de los organizadores. En la página web www.unjugueteunailusion.com está publicado y abierto, para todo el mundo, toda la información relativa a los países y las ONG de destino de los juguetes, así como el informe de resultados con todos los datos económicos de la campaña.
A algunas personas parece que sí les cuesta, hasta que descubren el efecto de un juguete en la educación, en la formación de un niño. Un juguete ayuda a fomentar el desarrollo de los niños, despertando su ilusión y confirmando que es un bien básico que divierte, educa, fomenta la creatividad y, sobre todo, ayuda a establecer vínculos y relaciones afectivas entre los niños.
Una imagen más que mil palabras… Esta imagen la tomamos en la República Dominicana después de hacer entrega de cientos de juguetes en una de las zonas más desfavorecidas de la ciudad de Barahona.
“La campaña ha enviado más de siete millones de juguetes a niños de 44 países”
Desde que se pusiera en marcha la campaña, se han enviado más de siete millones de juguetes unipersonales y 2.300 ludotecas a un total de 44 países. Esto se ha conseguido a través de 64 ONG y entidades de cooperación, que distribuyen los juguetes entre proyectos diferentes que tienen acreditada experiencia en la atención a la infancia. El objetivo es llegar al mayor número posible, complementando con el juguete la ayuda que reciben en materia sanitaria o educativa. “Un juguete, una ilusión” envía juguetes un mínimo de tres años consecutivos para fomentar una acción estable que beneficie directamente al niño.
Las ludotecas que envía “Un juguete, una ilusión” son espacios comunes de juego, integrados por más de 200 juegos diferentes y guías pedagógicas trilingües, en francés, inglés y español, para la aplicación correcta de cada actividad. Se instalan en colegios, hospitales y otros centros públicos y comunitarios para fomentar que el niño pueda crecer y aprender con un juguete y, sobre todo, compartirlo con otros niños. Quedan a disposición del centro que se encarga de tutelar y garantizar su mantenimiento posterior con las reposiciones que enviamos para prolongar su vida.
“Con motivo de la crisis en España, hemos comenzado a aportar juguetes a centros infantiles gestionados por Cruz Roja”
Efectivamente. Con motivo de la crisis, comenzó una fuerte demanda en nuestro país de aspectos sociales imprescindibles y decidimos aportar ayuda en la medida de nuestras posibilidades. Este año reforzamos el trabajo iniciado en España, que se materializa en la aportación de juguetes a centros infantiles gestionados por Cruz Roja. El primer año, la campaña entregó juguetes a 40 centros a los que cada día asisten 3.500 niños. El segundo, dotó de ludotecas a 82 centros y dispuso material educativo para seis centros donde Cruz Roja trabaja con niños de 0 a 3 años.
Es fundamental. Cada año, destacados personajes de la cultura o el deporte de nuestro país regalan su imagen para contagiar su gesto solidario a la sociedad y así conseguir que participe con nosotros, comprando el “bolígrafo solidario”, la mayor cantidad de gente posible. Incluso hay casos que refuerzan mucho más el apoyo de la sociedad, como el de Miguel Ríos, que nos ha regalado un concierto único y acústico.
Yo le cambio esta pregunta y digo: “¿Cuál sería el mejor regalo que el mundo podría recibir esta Navidad?” Sin duda, sería que ningún niño tuviera ninguna necesidad vital sin cubrir.
Aunque el momento fuerte de la campaña “Un Juguete, una ilusión” es la Navidad, durante el resto del año se realizan acciones de sensibilización para dar a conocer la iniciativa y recaudar fondos. Cuanto más se recaude, más juguetes se enviarán a más niños y en más países de todo el mundo. Los destinos se deciden en función de las ONG con las que se colabora. Se cuenta con su experiencia para elegir los puntos del planeta hasta los que llegarán los juguetes, en función de los proyectos que las propias organizaciones desarrollan en esos lugares.
Los ciudadanos interesados en colaborar tan solo han de desembolsar cinco euros, este es el precio simbólico del bolígrafo solidario que reciben a cambio de su generosidad. Este bolígrafo se puede adquirir en oficinas de Correos y en pequeñas y grandes superficies, como EROSKI.