Los abuelos no se jubilan. Cuando el calendario marca el momento de abandonar las responsabilidades laborales, los nietos reclaman la firma de un nuevo «contrato de trabajo». El estudio «La generación de la transición: entre el trabajo y la jubilación», de los sociólogos Víctor Pérez-Díaz y Juan Carlos Rodríguez, reconoce que los abuelos son uno de los principales apoyos para los padres que trabajan fuera de casa. La incorporación de la mujer (quien tradicionalmente se ha encargado del cuidado de los pequeños) al mundo laboral exige una ayuda externa que atienda a los hijos, «pues el horario escolar y el de trabajo no tienen por qué ser compatibles».
Las condiciones en que se encuentran los abuelos en la actualidad son más favorables que hace unos años. «Tienen muchos menos nietos que la generación anterior, la mayoría está laboralmente inactivos y tienen mejor salud», detalla el citado estudio. Otro factor que favorece el cuidado de los pequeños es la cercanía. La distancia desde el domicilio de los abuelos al domicilio de los nietos es, con frecuencia, «relativamente corta». Sólo un 37% de los abuelos entrevistados vivía en ciudades diferentes a las de sus nietos, aunque no necesariamente ciudades alejadas. Por su parte, un 45,5% residía en la misma ciudad, un 26% en el mismo barrio y un 8% en el mismo domicilio.
Respecto a la regularidad con que los abuelos cuidan de sus nietos, el 48% confesó hacerlo regularmente, un 30% dijo dedicarles varias horas en el propio domicilio y un 13% cuidarles, también varias horas, en el domicilio de los hijos. Lo habitual es que este tiempo se reparta para llevarles al colegio o recogerles y darles el desayuno, la comida o la cena. De hecho, el análisis concluye que los nietos fomentan el contacto entre padres e hijos, que de otra manera sería menos frecuente.
Compañeros de juego y confidentes
El estudio SHARE (Encuesta de Salud, Envejecimiento y Retiro en Europa) determina que los abuelos comparten características en la mayoría de los países. El porcentaje de personas con 50 o más años que tienen nietos y les cuidan (24%) es similar al de Alemania (23%), Italia y Grecia (23%) o Suiza (19,5%). Una explicación parece estar en la incorporación tardía de las mujeres al mercado de trabajo, ya que en países donde el paro femenino es inferior, la cifra de abuelos cuidadores aumenta. Esto es lo que ocurre en Suecia (30%), Dinamarca (36%) u Holanda (34%).
Para los pequeños, los mayores son «fuente de diversión» y «depositarios de sus confidencias»
La «Encuesta de Infancia en España 2008», dirigida por Fernando Vidal y Rosalía Mota y editada por la Fundación SM, la Universidad Pontificia Comillas y el Movimiento Junior, confirma que tres cuartos de los menores españoles de 6 a 14 años tratan semanalmente con alguno de sus abuelos. Para los pequeños, los mayores son «fuente de diversión» y «depositarios de sus confidencias». El 47% asegura que les cuenta sus problemas y el 86% revela que le gustaría verles más.
No es de extrañar. Según un sondeo de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España, ocho de cada diez personas mayores se perciben a sí mismas como cariñosas, alegres y divertidas, mientras que más de un 70% se consideran productivas y vitales. Ésta es, por lo tanto, la imagen que pretenden trasladar a los nietos, aunque hay que saber cómo hacerlo.
En general, la experiencia de ser abuelos es vivida por las personas mayores como algo positivo. Se sienten valoradas y alegres por participar en el crecimiento de los niños, aunque también puede darse el caso contrario. En ocasiones, afrontar el rol de abuelo supone una carga de estrés y ansiedad. Cuando ejercen como sustitutos de los padres, los mayores no siempre saben cómo actuar ante determinadas situaciones. Han de resolver conflictos, prevenir comportamientos de riesgo o educar a los nietos en la adolescencia. Una tarea, a veces, complicada.
Para ayudarles en esta tarea, la Asociación Edad Dorada Mensajeros de la Paz ha puesto en marcha el programa “Escuela de Abuelos”. Su intención es que las personas mayores adquieran conocimientos y habilidades para mejorar la relación con los hijos y los nietos. En concreto, se les ayuda a superar las barreras generacionales, entender mejor a sus familiares más jóvenes, hacerse entender por ellos y tomar conciencia de sus derechos y de su valor en la familia y la sociedad.
Según cálculos de esta asociación, más de un 25% de los menores no escolarizados son cuidados por los abuelos, un porcentaje que se incrementa en las grandes ciudades. Además, en demasiadas ocasiones, los abuelos ayudan “en las labores del hogar, gestiones, recados, costura, pequeñas reparaciones o compras”. Por este motivo, los cursos de esta particular escuela, “totalmente gratuitos”, son impartidos por psicólogos, pedagogos y trabajadores sociales.
Las clases se distribuyen en grupos reducidos que, además de aprovechar para intercambiar experiencias, abordan temas como los nuevos modelos familiares, los abuelos en situación de crisis familiar (divorcios o separaciones), los modos de vida actuales, normas y límites de cada miembro de la unidad familiar o transmisión de valores.
Hasta el momento, las escuelas de abuelos funcionan, en su mayoría, en Madrid, pero la asociación está abierta a convenios de colaboración con empresas o instituciones para ayudarles en el desarrollo de este proyecto. “Somos pioneros en este tipo de programas, pero tenemos capacidad suficiente para ayudar a ponerlos en marcha en cualquier punto del país”, asegura un portavoz de la entidad.
Otra experiencia similar se desarrolla en Aldaia-Quart de Poblet (Valencia), donde la escuela de abuelos está dirigida a los miembros del Club de Convivencia de Jubilados y pensionistas. La idea es apoyar en el papel de cuidadores y educadores que ejercen los abuelos, ayudarles a mejorar la relación con sus hijos y enseñarles a tratar con nietos adolescentes, transmitir valores y modificar la imagen distorsionada que puedan tener de ellos.
En Asturias, Huelva y La Coruña, Cruz Roja Española, en coordinación con los Servicios Sociales de las distintas administraciones públicas, desarrolla desde 2006 el proyecto “Escuelas de abuelos y abuelas educadores”. El objetivo es reforzar las habilidades y estrategias necesarias para que las personas mayores desarrollen correctamente la función educativa y cuidadora de los nietos. Tras varios años de experiencia, la entidad ha firmado un convenio de colaboración con la Fundación Reina Sofía para extender el proyecto hasta el año 2010.
Los beneficiarios son, en su mayoría, personas mayores de 60 años, con pocos recursos económicos y culturales, que asumen las tareas de cuidado, crianza y educación de los nietos debido a incapacidad o dejación de los padres. También pueden formar parte de este programa los mayores que pasan, al menos, dos mañanas o dos tardes “en horario prolongado” con sus nietos.