Los cambios se pueden propiciar desde todos los ámbitos. Incluso los más pequeños tienen la oportunidad de participar en ellos. La educación para el desarrollo busca la implicación activa de los menores para que conozcan qué sucede a su alrededor y participen en la toma de decisiones. Transmitirles actitudes y valores ayuda a que ellos mismos defiendan y trabajen por conseguir la paz, la tolerancia o el cuidado del medio ambiente.
Diversas ONG impulsan la implicación de los niños en este proceso. Pero ha de ser una implicación activa. Si se les informa, si se les pide opinión respecto a un tema, es imprescindible tener en cuenta sus aportaciones. De la misma manera, los menores tienen derecho a recibir la información oportuna, que les permita decidir de un modo racional.
Compartir actividades solidarias con la familia o los compañeros de clase da la posibilidad de reafirmar unos valores comunes
La familia y los centros escolares son los principales ámbitos de trabajo. Compartir actividades solidarias con las personas más cercanas da la posibilidad de reafirmar en los niños una serie de valores comunes. Distintas organizaciones diseñan acciones de voluntariado familiar y cuadernos de trabajo para orientar a padres y profesores.
UNICEF defiende la implicación de los niños en un ámbito local o mundial. Los objetivos pueden ser más o menos ambiciosos. De la misma manera, pueden afectarles de forma directa o indirecta. Esta entidad entiende la participación como «la capacidad de expresarse con voz propia, de tomar decisiones, negociar diferencias», entre otras cosas. La participación no significa, matiza, «respaldar todas las opiniones y puntos de vista siempre que provengan de un niño, niña y/o adolescente», sino que es una apuesta por el diálogo y el intercambio.
Dos elementos imprescindibles son la capacidad de escucha y consulta de los adultos. El programa Enrédate con UNICEF es la propuesta de esta organización para fomentar actitudes y valores como la solidaridad, la paz, la tolerancia, la justicia social o la concienciación. A través de este proyecto, se anima a los pequeños a participar en eventos deportivo-solidarios, ahondar en las consecuencias de catástrofes como la de Haití, jugar mientras aprenden los problemas de carecer de agua corriente o la importancia de cuidar el medio ambiente.
Educación sin Fronteras, con el apoyo del Ministerio de Educación, se centra en la paz, fomenta la participación ciudadana y el voluntariado social. Mediante fichas de tutorías, a modo de guías didácticas, se tratan en el aula temas como el respeto, la tolerancia, la globalización y la violencia escolar. Se han editado en español, catalán y gallego para «fomentar en docentes, alumnas y alumnos la cultura de paz». Los valores que se transmiten son tres: justicia, igualdad y tolerancia. Los centros interesados en participar deben contactar con la entidad.
Objetivos de Desarrollo del Milenio
La sede de Educación Sin Fronteras en Valencia puso en marcha, a comienzos de este curso, el proyecto «Escoles compromeses amb el planeta» (Escuelas comprometidas con el planeta), sobre consumo responsable y respeto y cuidado del medio ambiente. En este caso, uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio -«Garantizar la sostenibilidad medioambiental»- se convierte en el eje de la iniciativa.
Los ODM son también foco de atención del programa «Propóntelos», que cuenta con guías en español, catalán, euskera y gallego. Cada guía se corresponde con un ODM y pretende la reflexión sobre los mismos. El programa se divide en tres fases: un juego virtual a través de Internet para conocer los Objetivos (información), la elaboración de un trabajo colectivo y un concurso en el que los jóvenes deben expresar sus conclusiones y reflexiones mediante expresiones culturales (debate) y la movilización de la juventud en torno a los ODM (reflexión).
Solidaridad, Educación y Desarrollo, SED, ha elaborado diversos recursos pedagógicos, guías y otros materiales para que los menores participen en iniciativas a favor de la protección de la infancia. Cada año se elige un lema y una temática diferente. Desde 2001, se ha trabajado la lucha contra la pobreza, la migración, la igualdad, la interculturalidad, la deuda externa, el comercio justo, la salud infantil y la educación para todos.
Los materiales para los más pequeños se componen de ilustraciones con diálogos sencillos, juegos, fotografías y cuentos, mientras que en primaria las actividades requieren una mayor reflexión y algunas se plantean incluso en inglés, y en secundaria y en bachillerato aumenta el número de páginas de los cuadernos de trabajo, con cuestiones más complejas que fomentan el debate.