El comercio justo es un elemento fundamental para la cooperación al desarrollo. Esa afirmación guía el trabajo diario de SETEM y de su directora, Gabriela Arizmendi (Madrid, 1968). Arizmendi está al frente de una ONG que, con el esfuerzo de sus 4.000 voluntarios, trata desde hace más de tres décadas de defender los derechos de los habitantes de los países menos favorecidos con una visión ética de la economía y las finanzas. “Un consumo mucho más responsable puede reducir las diferencias entre países ricos y pobres”, afirma.
Sí, la verdad es que estamos muy contentos con los 4.000 voluntarios que forman parte de SETEM. Además no es un voluntariado esporádico, sino muy comprometido con la sociedad. Como ejemplo, yo destacaría los campos de solidaridad que se realizan en verano a través del voluntariado internacional.
El 80%-85% de las personas que acuden a estos campos son trabajadores que utilizan sus semanas de vacaciones, normalmente un mes o dos meses, acudiendo a un país en vía de desarrollo, al igual que muchos estudiantes. Todas estas personas, que además no necesitan ningún tipo de especialización, se involucran tanto en el proyecto que cuando vuelven se sienten muy comprometidos con nuestra organización. A esto se añade el boca a boca, las reuniones informativas que hacemos mensualmente y el sinfín de llamadas que recibimos preguntado en qué pueden colaborar. El objetivo es que a través de estos programas las personas que participen se conviertan también en sensibilizadores, en agentes de sensibilización.
Fundamentalmente lo que hace SETEM es trabajar en la sensibilización y en concienciar un poco a la sociedad española sobre las desigualdades entre los países del Norte y del Sur. Desde luego, la educación es fundamental en el desarrollo de las comunidades más desfavorecidas, aunque nosotros trabajamos la educación no desde los programas de cooperación sino desde aquí, a través del comercio justo. Por eso el objetivo de los proyectos de voluntariado internacional es potenciar la educación para la solidaridad, las finanzas éticas y el comercio justo.
Las desigualdades se producen básicamente por la estructura que impera en el sistema internacional.
Las desigualdades se producen básicamente por la estructura que impera en el sistema internacionalHay países ricos porque los ricos tenemos demasiado y porque se mantienen unas estructuras de poder internacionales y comerciales totalmente injustas, aunque también en esas diferencias influyen otros factores como la corrupción de los propios países.
Tenemos que cambiar de actitudes. Es muy importante que la población se conciencie primero de que existen esas desigualdades y después de que es necesario cambiar la actitud. No cabe duda de que se están consiguiendo muchas cosas mediante la cooperación internacional, los programas de ayuda humanitaria, pero creemos que lo fundamental es este cambio de actitudes en el norte. Por eso una de las labores más importantes que realizamos es la del comercio justo, porque entendemos que es una herramienta de cooperación al desarrollo fundamental. Defendemos que mientras que no cambie la estructura de comercio existente y la estructura de poder de las organizaciones internacionales no se va a producir un cambio. Me refiero a que no hace falta enviar un donativo para que se reduzcan estas diferencias, basta con realizar un consumo mucho más responsable.
Sí, se ha avanzado bastante, sobre todo en el conocimiento. La información es mayor y se ha hecho un gran esfuerzo por parte de las organizaciones que trabajamos haciendo campañas, pero el desconocimiento aún es grande. Son muchos los que todavía no entienden qué significa el comercio justo, que no lo conocen. La idea fundamental de que se abran estas tiendas, o de los puestos que se crean en entidades públicas es que la gente conozca qué significa y lo que supone, que se plantee qué es lo que está consumiendo, cómo se ha elaborado ese producto.
El ahorro ético es el basado en entidades financieras alternativas cuyo dinero y movimiento (inversiones…) tiene que tener un contenido social
El ahorro ético es el basado en entidades financieras alternativas cuyo dinero y movimiento tiene que tener un contenido socialSe busca que sea destinado a los préstamos o a proyectos de cooperación al desarrollo, inserción social, proyectos sostenidos ambiental y económicamente… Lo que se rechaza es que el ahorro se destine a proyectos contrarios a nuestra ética, a comprar armamento, a un régimen dictatorial o a proyectos no sostenibles medioambientalmente.
En Europa se ha avanzado bastante, pero en España se trabaja poco en este campo, existe mucho desconocimiento. Sin embargo, varias entidades financieras están trabajando por el ahorro ético y espero que se creen más. Lo que hace falta es información, mucha gente ni sabe lo que es la banca ética, por eso nuestra labor se centra fundamentalmente a la información.
La seriedad de estas entidades es total. Les diría que se informaran bien y que no tiene nada que ver con muchas empresas que realizan actividades sociales para ‘lavar su imagen’ o porque está bien visto. Una banca ética es una entidad financiera que, por supuesto, tiene un ánimo de lucro porque no deja de ser un banco; reciben dinero de sus clientes con la salvedad de que el dinero que prestan y que mueven tiene que ser destinado a empresas con un fin social, que sean éticamente responsables.
Aún queda muchísimo por hacer. De hecho hay ya muchos plazos propuestos por Naciones Unidas que no se están cumpliendo. Por eso el papel de las ONG es fundamental porque estamos poniendo en marcha las acciones para que se cumplan estos Objetivos del Milenio. A nivel general la Coordinadora Estatal de ONG sí está teniendo una labor muy importante, sobre todo en información. A pesar de que cada vez hay más ONG en España, no se están consiguiendo estos objetivos porque no tenemos el dinero suficiente. El logro de uno de los objetivos más importantes, como es el de la reducción de la pobreza, se complica si el dinero destinado a los proyectos de cooperación internacional se reduce en relación con otros años.