El 12 de enero de 2010 Haití tembló. Un fuerte terremoto causó inseguridad en la vida de numerosas personas, que todavía hoy no han recuperado la normalidad. Y es que esta se antoja difícil, si bien ya era precaria antes del seísmo, con más del 80% de la población en situación de pobreza. Aunque se han logrado avances en los últimos dos años, todavía hay que atender las necesidades más básicas, como sanidad, educación y vivienda. Se requiere atención a los niños en las escuelas, colaborar en las tareas de reconstrucción de edificios, reforzar la prevención y atender a las víctimas de la epidemia de cólera, que ha causado la muerte a más de 6.000 personas y ha afectado a casi medio millón, según cifras de Farmamundi. Por todo ello, pese a que han pasado dos años, diversas ONG permanecen en Haití sin visos de abandonar el país, mientras mantienen abiertas sus cuentas para recaudar fondos. Hasta el momento, las ONG de Desarrollo que conforman la Coordinadora han recaudado más de 132 millones de euros destinados a proyectos de salud, educación, agricultura y prevención de catástrofes, pero esta cantidad es insuficiente y la petición de ayuda se mantiene.
Salud mermada por el cólera
Apenas ocho meses después del terremoto, en octubre de 2010, se declaró en Haití un brote de cólera, el primero desde 1960. Hoy en día, más de un año después, «podemos considerar que el cólera se ha instalado en Haití«, reconoce Médicos Sin Fronteras (MSF). Hasta noviembre de 2011, esta organización había tratado a 170.000 pacientes, con una tasa de mortalidad inferior al 1%, un objetivo compartido por Save the Children, que ha abierto 10 unidades para el tratamiento del cólera de 11.000 niños y adultos. Y es que todos los esfuerzos son pocos. La temporada de lluvias, uno de los periodos de alto riesgo para la propagación de la enfermedad, se repite cada primavera y otoño y las condiciones precarias en materia de higiene, agua y servicios sanitarios sugieren que la epidemia permanecerá durante mucho tiempo «si no se reconstruye el sistema de salud», recuerda MSF.
La temporada de lluvias, que se repite cada primavera y otoño, supone un alto riesgo para la propagación del cólera en Haití
En este tiempo, su intervención ha sido «la de mayor envergadura en la historia de la organización». Ha destinado 170 millones de euros, 33 para combatir el cólera. Tras la catástrofe, destacó en labores de cirugía de emergencia en los 30 hospitales de campaña internacionales que se desplegaron y en la fase de posemergencia, se centró en la atención de urgencias traumatológicas, obstétricas, pediátricas, maternas y ortopédicas. En la actualidad, MSF administra más de 600 camas de hospital en cinco centros y cuenta con más de 2.000 trabajadores, el 90% haitianos (dos tercios de los gastos en recursos humanos corresponden a los salarios del personal local).
Respecto a otras cifras que revelan el estado de la salud en el país, Haití registra el índice de mortalidad materna más alto del continente americano. Las mujeres embarazadas con complicaciones carecen de acceso a atención gratuita, faltan estructuras y personal médico, el coste de los medicamentos se escapa de las posibilidades de los haitianos, cerca de la mitad no tiene acceso a agua potable y más del 80% no cuenta con servicios sanitarios.
La intervención de Farmamundi se centra, precisamente, en mejorar las condiciones básicas de saneamiento y acceso a agua potable ambiental en Léogane, Petit-Goâve y Grand-Goâve. «Solo el 16% de las viviendas disponen de letrinas», señala Carolina Raboso, coordinadora de Acción Humanitaria de Farmamundi. La organización presta atención sanitaria, material y medicamentos, facilita sistemas PUR para purificación de agua y envases para un almacenamiento seguro, además de informar sobre prevención en la propagación de enfermedades.
Escolarización y protección de la infancia
Un informe de UNICEF desvela que, tras estos dos años, «la situación de los niños en el país va mejorando lentamente, aunque aún persisten retos cruciales». Es relevante el regreso a las aulas de más de 750.000 niños. La agencia de la ONU ha contribuido a construir 193 escuelas «seguras y resistentes a seísmos». Mientras, las aulas de los centros educativos salesianos acogen a más de 1.200 profesores y más de 23.000 niños y jóvenes, que reciben formación profesional para «ser los protagonistas del progreso de su país». Acuden a la escuela agrícola, reciben clases de albañilería, carpintería o enfermería. Sin embargo, Save the Children asevera que la mayoría de los estudiantes «están a menudo enclaustrados en aulas abarrotadas de estudiantes, apretujados en los pupitres frente a ilegibles pizarras». Solo el 11% de las escuelas de primaria cuentan con licencia del Ministerio de Educación y buena parte de los profesores apenas han completado un año de educación secundaria.
UNICEF también ha puesto en pie espacios seguros para jugar, ha implantado programas de alimentación terapéutica y de mejora del saneamiento. Por su parte, Save the Children ha creado 39 comités para la protección de los niños ante la violencia y el abuso y ha ayudado a unos 3.700 a reunirse con sus familiares o a encontrar un hogar tras perder a sus familias.
En cuanto a los niños que viven en instituciones, se ha creado el primer Directorio de Centros Residenciales de Asistencia y se ha comenzado a inscribir a los pequeños. Además, el Gobierno ha firmado el Convenio de la Haya sobre adopción internacional, «que protege los derechos de los niños, sus padres biológicos y los padres adoptivos, estableciendo unos estándares básicos para las adopciones», recuerda UNICEF.
Las mejoras en la situación de los niños se han registrado en las áreas de educación, salud, nutrición y protección infantil
Pero también hay puntos débiles, la representante de UNICEF en Haití, Françoise Gruloos-Ackermans, señala que el país «sigue en una situación frágil, acosado por la pobreza crónica y el subdesarrollo«. Asegura que la mayoría de los 4.316.000 niños menores de 18 años «aún tienen opciones limitadas para su supervivencia, desarrollo y protección». Y también hacen falta fondos. UNICEF necesita 24 millones de dólares para atender necesidades humanitarias en salud, nutrición, agua y saneamiento, educación y protección infantil, además de 30 millones para asistencia al desarrollo a largo plazo.
Sin techo y en campos de refugiados
La vivienda es otra de las carencias de las personas afectadas por el terremoto. Misiones Salesianas recuerda que, según el PNUD, cerca de 600.000 personas permanecen en los campos de desplazados, sin un techo donde vivir, y se han removido menos del 25% de los escombros. Manos Unidas se ha comprometido con proyectos de construcción y reconstrucción de viviendas para damnificados, ya que los efectos devastadores del seísmo afectaron a gran parte de la población, «que vivía en infraviviendas».
Esta organización ha trabajado desde el principio con contrapartes en Haití, lo que le permitió en las dos primeras semanas concretar 17 proyectos de atención humanitaria para la obtención de alimentos, agua y medicinas. «Pretendemos apoyar y acompañar el esfuerzo de nuestros socios locales, obligados a responder no solo a lo que era su trabajo habitual antes del terremoto, sino a muchas otras necesidades de muy diversa índole, con grandes limitaciones de medios humanos, materiales y estructurales», describe.
Save the Children alerta de que, si bien el terremoto «generó una gran oleada de ayuda y la activación inmediata de la respuesta de muchas organizaciones», dos años después los problemas son todavía importantes: no se ha retirado ni el 50% de los escombros y medio millón de personas viven aún en tiendas de campaña. «Los niños que viven en esas condiciones son extremadamente vulnerables ante situaciones de desastres naturales o brotes de enfermedades», alerta.
Las crisis tienen fecha de caducidad en los medios de comunicación, aunque en la realidad, las necesidades permanezcan. “El olvido no es una novedad para Haití: en este país, la población ya sufría una emergencia desatendida antes del terremoto”, recuerda MSF. En la actualidad, las necesidades son enormes, como lo eran antes del seísmo. “Las amenazas son muchas”, añade la organización, y la reconstrucción “está siendo lenta”, insiste Save the Children.
Respecto al futuro del país, MSF considera que la reconstrucción del sistema público de salud llevará tiempo, pese a las necesidades de salud. “Poco tiempo después del terremoto se hicieron donaciones importantes para reconstruir el país. Dos años después, las necesidades de reconstrucción para el sistema de salud aún son inmensas“, subraya. Los estándares de la Organización Mundial de la Salud establecen un mínimo de 1 hospital por cada 150.000 habitantes. Sin embargo, el área metropolitana de Puerto Príncipe cuenta con 4 hospitales y casi 3 millones de habitantes, pese a que “debería haber al menos 15”.
Jimena Francos, responsable de proyectos de Manos Unidas en Haití, asegura que el terremoto ha empeorado mucho la situación del país y de los ciudadanos, “aunque también ha supuesto una oportunidad para sacar al país del olvido y ponerlo en la agenda de muchas personas e instituciones”. Cree que depende de todos que el país se recupere de las consecuencias del terremoto, “con diferentes niveles de implicación”, pero estima “imprescindible” que permanezca en las prioridades de las instituciones.
Las ONG de Desarrollo que conforman la Coordinadora han recaudado más de 132 millones, “gracias en gran parte a la solidaridad ciudadana”. Sin embargo, son necesarios más fondos. “Los retos para el desarrollo del país y para la prevención ante posibles catástrofes futuras son enormes y requieren un compromiso a largo plazo”, apunta la Coordinadora. Solo el 43% de los 4.600 millones comprometidos por los países donantes se han entregado. Las personas interesadas en colaborar con las ONG que trabajan en Haití pueden realizar aportaciones económicas a los siguientes números de cuenta o solicitar información a la organización en cuestión:
Farmamundi
- La Caixa: 2100 4485 95 0200021721
- BBVA: 0182 5941 44 0010030001
- BANCOFAR: 0125 0016 35 2045100119
Misiones Salesianas
- Banco Popular: 0075 0001 85 0607077059
UNICEF acepta donaciones para Haití (se debe indicar así) por las siguientes vías:
- Teléfono: 902 31 41 31
- BBVA: 0182 2370 40 0208517159
- BBK: 2095 0374 70 9107249716
- Kutxa: 2101 0001 19 0011689189
- Caja Vital: 2097 0137 36 3000007111
Manos Unidas, indicar Haití.
- Banco Santander: 0049 0001 54 2210040002
Save the Children
- Recauda fondos mediante su fondo de emergencias.