Ignacia Picas, o Nachi, como le gusta que le llamen, es invidente. Nació sin poder ver. Pero esta no es su principal característica. Ella destaca por su fuerza para enfrentarse a la vida y reivindicar los derechos de los jóvenes que, como ella, tienen problemas de visión. Esta joven chilena de tan solo 17 años, que ahora vive en España y forma parte de la ONCE, acaba de presentar su libro autobiográfico ‘Ser feliz es gratis’ (LID Editorial). En él recoge sus propias claves para lograr la felicidad y anima a no perder nunca las ganas de alcanzarla. Señala que en su caso la familia es el pilar principal, pero sin despreciar la fuerza interior. La discapacidad no es obstáculo para ser feliz, reivindica. Todas las etapas de la vida son bonitas, en cualquier circunstancia. Este coraje es el que la ha reconocido como la persona ciega más famosa de Chile, después de lograr cambiar las leyes para adaptar varias pruebas educativas a las capacidades de jóvenes ciegos. En 2012 recibió el premio Diana Award, concedido por la Fundación Diana de Gales a jóvenes que realizan acciones importantes por otros jóvenes.
“Me considero una persona muy feliz, a pesar de ser invidente”
Muchas veces, el hecho de no ser capaces de hacer algo es un motivo de infelicidad. Después de todo, el ser humano es muy ambicioso y por lo general no está conforme con lo que tiene. Pero eso no significa que no haya casos contrarios. Yo me considero una persona muy feliz, a pesar de ser invidente. Esto no influye en absoluto en mi estado de ánimo o en mi vida. Al contrario, gracias a ello ayudo a que las personas sean más felices.
Nunca se debe generalizar. El hecho de ser invidente es independiente a las circunstancias personales de cada uno. Pero a los jóvenes que he tenido la fortuna de conocer se les ve muy felices, como a cualquier vidente. Es más, considero que, tal vez, conociendo el mundo como ellos lo conocen y creyendo en sus sueños como lo hacen, podrían llegar a ser incluso más prósperos.
Mi libro básicamente va dirigido a todo el público. Cualquier persona lo puede leer porque en él trato temática que puede ser interesante tanto para un público juvenil como para un público más adulto. Al fin y al cabo, la felicidad es útil para todos.
“Tener coraje me ha servido para enfrentar los problemas cotidianos”
En realidad intento poner en práctica todos y cada uno de ellos, pero muchas veces es difícil. El que me gusta por encima de todos es tener coraje, ya que es algo que me ha servido para enfrentar los problemas cotidianos. Como decía Nick Vujicic, un orador mundial que carece de las cuatro extremidades, “tener coraje no significa no tener miedo. Es normal que lo tengamos, somos humanos, pero lo importante es mantener la cabeza en alto y enfrentar los problemas, asumir lo que viene”.
El entorno, sin duda, es importante. Creo que no existe nada mejor que sentirte por completo apoyada por los que te quieren y saber que cuentas con ellos para todo. Si no hay apoyo desde el principio, entonces no existiría un proceso de integración, porque se estaría produciendo una exclusión en el mismo lugar de donde proviene la persona con discapacidad. Por eso pienso que el apoyo de amigos y familiares es esencial. Además, ellos también podrán aprender muchas cosas de la persona con capacidades diferentes a quien apoyan, tal vez cosas que jamás hubieran imaginado.
Recuerdo que fue una etapa de mi vida muy linda, llena de apoyo de mi familia que de forma incondicional estuvo ahí para mí, para sacarme adelante, para conseguir que yo fuese una persona más en el grupo, por completo integrada. Nunca he dejado de ser diferente, pero, en realidad, soy felizmente diferente porque me encuentro rodeada de grandes personas que me quieren y cuidan, lo que me hace sentir afortunada.
Haber luchado por cambiar leyes para que todos los niños ciegos de Chile podamos hacer la prueba Simce y la PSU. Simce es una prueba que se realiza en cuarto de primaria para medir los avances en educación y la PSU es la Prueba de Selección Universitaria. Ninguna de estas pruebas se habían adaptado al Braille y yo lo reivindiqué. Me concedieron diferentes premios que me llenan de orgullo, como el Diana Award, y Microsoft me eligió como caso de excelencia por el uso de la tecnología en todo el mundo. Uno de los principales diarios de Chile, El Mercurio, y la Universidad Adolfo Ibáñez me reconocieron como uno de los 100 jóvenes líderes de 2012. Este año 2014 he sido premiada con el Brigth Future Awards, de Scotiabank, en Canadá, que reconoce el trabajo voluntario de la juventud en sus comunidades. Yo trabajo como voluntaria y embajadora de una corporación de niños ciegos en Chile, CORPALIV.
Sí, pienso que es un tema de actualidad. La gente se preocupa por lo que piensan los jóvenes porque, en definitiva, ellos serán el futuro de nuestro planeta.
“Mi misión es hacer que se respeten los derechos de las personas con discapacidades”
Mi idea principal es reclamar los derechos de todas las personas que, de una forma u otra, se sientan excluidas de la sociedad por el simple hecho de tener una discapacidad. De hecho, mi plan para el futuro es estudiar Derecho y seguir con la que creo es mi misión en la vida: hacer que se respeten los derechos de las personas con discapacidades para crear un mundo mejor.
En realidad no creo que sea la persona invidente más famosa de mi país. Sin duda en Chile hay otras personas que han hecho grandes cosas para ayudar a la sociedad. Aunque admito que me encanta recibir mucha atención, lo importante es no perder nunca el objetivo de ayudar a los demás.
Sí, pienso que hay una gran cantidad de diferencias. En primer lugar, en los países latinoamericanos no existe la ONCE, y en España, gracias a esta organización, he podido tener todos mis libros en Braille para iniciar el curso. En Chile, una profesora particular me los transcribía y gracias a ella podía seguir el ritmo, pero en España, un tutor acude una vez por semana a mi colegio para preguntar si hace falta algún material y que tenga todo al día. Respecto a la inclusión, aunque en Chile me sentía acogida, al principio la gente tiene muchos prejuicios por miedo a lo desconocido. Aquí me sigo sintiendo distinta, porque no puedo ver como los demás, pero estoy totalmente integrada. En España no importa que seas diferente, tu esencia como persona es lo que cuenta. Pienso que los españoles ven mucho más con los ojos del corazón, y eso es algo que yo valoro muchísimo.
Siempre he creído que mientras más conocimientos tengamos, mucho mejor nos irá en la vida. Por eso un verano me matriculé en un curso para aprender este idioma. Después lo dejé porque me suponía mucho tiempo aprenderlo. Sin embargo, aún conservo algunas palabras. Creo que podría ir a China y presentarme o pedir comida sin problemas.