Mejorar las relaciones con los vecinos extranjeros. Éste es el fin de los programas interculturales que se desarrollan en diversos barrios y localidades del país. Se organizan espacios de encuentro o de convivencia, se ponen en marcha asociaciones compartidas por ciudadanos nacionales y extranjeros o se cede la palabra a estos últimos para que difundan su cultura y sus costumbres, con la intención de compartirla y combatir el racismo, a menudo, debido al desconocimiento.
Imagen: Foreign and Commonwealth Office
En la comunidad, en el supermercado, en el colegio, en el trabajo, en el polideportivo… Cada vez es más frecuente compartir espacio con personas extranjeras, pero la relación no siempre es cordial. Para evitarlo, las ONG que trabajan en el ámbito de la inmigración han puesto en marcha programas interculturales que favorecen el contacto entre iguales de distinto origen y el conocimiento mutuo.
La propuesta de Fundación Cepaim se asienta en la sensibilización «para trazar nuevas estrategias que permitan detectar, prevenir y combatir las actitudes xenófobas y racistas». ¿Cómo lograrlo? A través de la participación local. Se apuesta por el barrio, la unidad más pequeña y cercana, para poner en contacto a las personas autóctonas con otras inmigrantes, de modo que juntas resuelvan cualquier posible conflicto.
Los espacios comunes de encuentro son fundamentales en esta estrategia. Por ello, cuando no los hay, se crean. La mediación social intercultural es una herramienta básica en este escenario. Los mediadores facilitan la convivencia y la comunicación entre diferentes culturas. En Cartagena, Cepaim respalda el proyecto «Creando espacios de participación y Convivencia», donde coinciden asociaciones de vecinos e inmigrantes.
Acciones con los más jóvenes
Los más jóvenes son una pieza clave en las posibilidades de integración de las personas inmigrantes. Además de ser la materia prima del futuro, en ocasiones, su contacto con menores extranjeros es destacado (en el colegio o en la calle) y requieren las pistas necesarias para evitar que, a esta edad, se desarrollen comportamientos racistas. Con este fin, el Centro Aragonés de Recursos para la Educación Intercultural (CAREI) ha organizado durante este año el programa Aula Intercultural, un proyecto que engloba actividades educativas «para promover una convivencia basada en el respeto y la diversidad cultural».
Sobre todo, es fundamental transmitir a los menores valores de convivencia
Desde niños de 3 años hasta jóvenes mayores de 14, el programa ha contado durante esos meses con actividades a favor de la tolerancia, el respeto, la diversidad cultural, el pluralismo y la promoción e integración. Los objetivos han sido: dar a conocer a la infancia y juventud otras culturas distintas a la suya, ayudar a interiorizar valores de solidaridad, tolerancia, respeto y convivencia, reflexionar sobre el racismo y concienciar sobre la posibilidad que tienen los jóvenes de «actuar para mejorar la convivencia entre culturas en su entorno».
Durante este año se han propuesto talleres de gastronomía árabe, exposiciones, cine fórums, taller de ritmos marroquíes u orientales, taller de percusión africana, una visita al palacio de La Aljafería, taller de henna y de trenzas africanas, degustación de cocina polaca o china y taller de pintura de huevos de Pascua, entre otras muchas actividades. Algunos países que han compartido sus particularidades han sido Marruecos, Senegal, Camerún, Nigeria, África subsahariana, Rusia, Polonia, Bulgaria, Colombia, Ecuador, Argentina, Nicaragua y China. También la cultura gitana ha tenido su representación con talleres de flamenco o de percusión.
El vehículo de convivencia cambia en cada situación, pero el fin se mantiene. El próximo 30 de octubre en Sevilla se celebrará la III Carrera de orientación a través de la diversidad. Organizada por Cepaim, contará con la participación de jóvenes de varios centros sociales, que tomarán parte en la competición y recibirán información acerca de valores como la solidaridad y la convivencia.
Integración local
Consciente de la importancia de una convivencia pacífica, la Dirección General de Integración de los Inmigrantes ha publicado la ‘Guía para el diseño y la elaboración de planes locales de sensibilización’, dirigida a ayuntamientos, diputaciones provinciales y mancomunidades, entre otras entidades de la Administración local, que se considera «la institución más cercana a los nuevos vecinos que han decidido vivir entre nosotros». El objetivo de esta publicación es luchar contra la discriminación y sentar las bases de una convivencia armoniosa, «en una sociedad caracterizada por la diversidad».
Recoge cómo desarrollar Planes Locales de Sensibilización (PLS) -metodología que se debe seguir, fases de elaboración y áreas de intervención- y experiencias de éxito en marcha. Destaca como elementos fundamentales el análisis de los actores sociales implicados y las características de la comunidad, para conocer el contexto local donde se pretende intervenir, y cree imprescindible el trabajo coordinado entre entidades locales, organizaciones e instituciones sociales y la población en su conjunto. Entiende que a esta última le corresponde el protagonismo porque «expresa, discute y analiza la información». Para obtener estos datos, es necesario seguir tres pasos: investigación, acción y participación.
El diálogo social y la participación comunitaria son básicas. A partir de este proceso de consulta y dinamización, se pretende «construir las condiciones que permitan establecer canales de participación, comunicación y coordinación entre los actores sociales». Los planes deben seguir siempre los principios de igualdad, ciudadanía, participación e interculturalidad y, respecto a las áreas de intervención, se entiende que deben ser el área sociolaboral (empleo y formación laboral), vivienda y alojamiento, atención jurídica, socioeducativa y cultura, participación y ocio. Por último, cuando se realice el seguimiento del plan, habrá que fijarse en el modo de desarrollo del proceso, los resultados y el impacto que tiene en los ciudadanos.
La gastronomía es uno de los mejores distintivos de cualquier país. De ahí que Afro_Aid se haya fijado en ella para poner en marcha un programa de comidas y cenas compartidas, reuniones en las que se intercambian platos y comidas internacionales, según la entidad, para “dar a conocer distintas formas de comer alrededor del mundo”. Los asistentes deben llevar sus propias recetas preparadas para compartir con los demás, ya sea “el plato típico de su país, de su pueblo o región”. Incluso se anima a acudir a la cita con platos de la gastronomía española para que las personas extranjeras los conozcan.