En España hay un millón de personas sordas y 2.781 intérpretes de lengua de signos acreditados. Según cálculos de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), hay un intérprete por cada 143 ciudadanos con problemas de audición. Las cuentas no salen porque sólo el 25,17% de los intérpretes trabaja, mientras que un 75% no encuentra una salida laboral a pesar de que se echan de menos en aeropuertos, universidades, centros sanitarios o servicios de atención al público, entre otros. “En algunos países europeos la proporción es de un intérprete por cada 10 personas sordas”, recuerda la CNSE.
Imagen: Petteri Sulonen
Es una reivindicación frecuente: los intérpretes de lengua de signos en activo son insuficientes. Hay profesionales preparados, pero carecen de un contrato. Sobra oferta y hay demanda, pero ésta no se atiende. La Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) considera que la Ley de la Lengua de Signos y Medios de Apoyo a la Comunicación Oral se ha desarrollado de forma «escasa» desde su aprobación, «hace ya más de dos años».
Las personas sordas o con discapacidad auditiva reclaman mejoras en su vida cotidiana. Las normas son necesarias para implementar cambios, pero hay que impulsarlos. Uno de los aspectos claves es la contratación de intérpretes de lengua de signos para atender las necesidades de las personas sordas en diversos ámbitos de la vida diaria. Sin embargo, según datos de CNSE, en los últimos dos años se ha reducido la cifra de profesionales en activo.
Consecuencias en la calidad de vida
La escasez de intérpretes redunda en la calidad de vida de quienes les reclaman. La Agrupación de Personas Sordas de Zaragoza y Aragón (ASZA) atendió el pasado año un 35% menos de servicios, algunos considerados básicos, debido a la falta de subvenciones para sufragar la contratación de intérpretes. Se pasó de 11.450 servicios en 2008 a 10.561 servicios en 2009.
La escasez de intérpretes impide acudir a un banco, al médico o realizar otras gestiones de la vida diaria
En Galicia, la Federación de Asociaciones de Sordos de Galicia (FAXPG) cuenta con Servicio de Intérpretes de Lengua de Signos Española y Guías-Intérpretes para Personas Sordociegas (SILSE-GI), pero también el número de contrataciones es insuficiente debido a la falta de presupuesto.
Buena parte de los intérpretes trabajan en organizaciones de personas sordas. Atienden en las oficinas a los interesados, pero también les acompañan y ayudan con las gestiones diarias: acudir al banco o al médico, realizar trámites que requieren comunicarse con otras personas, etc. A su vez, colaboran con entidades públicas o privadas cuando éstas necesitan sus servicios y ejercen de traductores en jornadas, cursos y conferencias, recuerda ASZA.
La organización gallega, por su parte, facilita la comunicación entre personas sordas o sordociegas y personas oyentes. Éste es el trabajo de intérprete, «un servicio totalmente gratuito, siempre y cuando la FAXPG disponga de financiación para ello», precisa la entidad.
En Andalucía, se han iniciado los trámites del anteproyecto de la ley que regulará el uso de la lengua de signos en la Junta, las diputaciones y los ayuntamientos. El objetivo es que los ciudadanos con discapacidad auditiva o sordociegos cuenten con la ayuda de este profesional en servicios públicos de administración, educación, salud, justicia o transportes. Se atenderá a un total de 174.000 ciudadanos, que dispondrán de la ayuda oportuna para hacer cumplir sus derechos. «Es necesario que la Ley se plasme en la realidad de la calle», defiende la CNSE.
El pasado 27 de septiembre, con motivo del Día Internacional de las Personas Sordas, las federaciones y asociaciones que forman esta Confederación elaboraron un manifiesto en el que recordaron que la Convención Internacional de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad garantiza el derecho a usar la lengua de signos y «reclama la necesidad de contar con intérpretes de lengua de signos en la vida pública para asegurar la accesibilidad a las personas sordas».
Además, demandaron la creación del Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española porque «permitirá trabajar por la riqueza y pluralidad lingüística y cultural» y reivindicaron un desarrollo normativo que establezca las condiciones mínimas para el aprendizaje, conocimiento y uso de las lenguas de signos española y catalana en los centros educativos «e impulse la opción bilingüe-bicultural como una opción real para el alumnado sordo y sus familias».
A finales de octubre, la Universidad de Castilla-La Mancha presentó el Proyecto GANAS (Generador de Animaciones para el Lenguaje de Signos). Su intención es actuar como un intérprete virtual mediante un avatar que traduce en lengua de signos un escrito a través de un ordenador.
Un avatar traduce en lengua de signos un escrito a través de un ordenador
Como base se utiliza un vídeo real de una persona que signa y, a partir de sus movimientos, se calcula la posición y rotación de los huesos del avatar. Así se establecen los diferentes gestos del cuerpo y las expresiones faciales. Ambos, gestos y expresiones, se combinan en un módulo de composición para formar frases en lengua de signos.
Este sistema no está todavía en funcionamiento, pero ya se prevé su utilización en canales de datos para TDT, “para ver una película con lenguaje de signos”, según explican sus impulsores. También será práctico para señalizar grandes espacios públicos, como los aeropuertos, o los servicios de la Administración pública, “donde el funcionario se tiene que relacionar con personas que utilizan el lenguaje de signos”.
En otra universidad, la de Murcia, los alumnos con discapacidad auditiva cuentan con intérpretes de este lenguaje para fomentar su integración en el sistema educativo. Esta figura se implantó el año pasado, tras detectar que éste es el centro de enseñanza superior con mayor número de estudiantes con discapacidad (unos 600), después de la Universidad Nacional a Distancia (UNED).
Para aprender la lengua de signos o solicitar los servicios de un intérprete, conviene acudir a las organizaciones de personas sordas, ya que la mayoría imparte cursos o, al menos, cuenta con información práctica sobre dónde obtener este tipo de formación. La CNSE recuerda que la lengua de signos “es la lengua natural de las personas sordas” y no es universal, sino que cada país tiene su propio idioma. “En España -precisa-, se utiliza la Lengua de Signos Española y, en el ámbito de Cataluña, la Lengua de Signos Catalana”. Algunos lugares donde solicitar información son:
- CNSE. Confederación Estatal de Personas Sordas.
- FILSE. Federación Española de Intérpretes de Lengua de Signos y Guías-Intérpretes.
- CERMI. Comité Español de Representantes de Minusválidos.
- ASZA. Agrupación de Personas Sordas de Zaragoza y Aragón.
- FAXPG. Federación de Asociaciones de Sordos de Galicia.
- FESOCA. Federacio de Persones Sordes de Catalunya.
- FESORD. Federación de Personas Sordas de la Comunidad Valenciana.