La Plaza de los Oficios es una iniciativa de reciente creación que parte de las necesidades detectadas de formación e inserción sociolaboral de jóvenes de entre 16 y 30 años en riesgo de exclusión social. Este programa propone que los chicos y chicas aprendan habilidades y capacidades trabajando en actividades empresariales creadas y sostenidas por la propia Plaza, en la que también se combina el emprendimiento social. Su director, Juan Aurelio Alonso, asegura que el proyecto es útil desde el momento en que “los jóvenes son reconocidos, recuperan la motivación y las ganas de aprender más y superarse”. Ante las dificultades de acceso al mercado laboral de muchos jóvenes con o sin formación, surge esta idea de la ONG CESAL y la Fundación Internacional de Educación (FIE) que se centra en “la formación como forma de cambiar la percepción que tienen de sí mismos, conseguir que recuperen el valor de su propia persona y que descubran todo su potencial”, afirma Alonso.
La Plaza de los Oficios nace de la iniciativa de la ONG CESAL y la Fundación Internacional de Educación (FIE). Con ella, FIE y CESAL quieren dar respuesta a las graves dificultades de integración social y laboral de un número creciente de jóvenes que ven muy limitadas sus opciones de encontrar un empleo.
La Plaza de los Oficios quiere ser un espacio innovador de transmisión de conocimientos y habilidades laborales en el que jóvenes, en riesgo de exclusión social y/o con problemas académicos o desencantados de la formación habitual, recuperen el valor de su persona y liberen todo su potencial. Buscamos que su participación les acerque de un modo positivo a la realidad y aprendan así a trabajar y a emprender.
Lo innovador del método que proponemos es que los jóvenes aprenden habilidades y capacidades trabajando en actividades empresariales creadas y sostenidas por La Plaza de los Oficios, como servicios de camareros para caterings, trabajos de cocina o de jardinería, en la que también se combinan las iniciativas de emprendimiento social.
“La mayoría de los chicos y chicas atendidos por CESAL no han conseguido acabar los estudios básicos”
Muchos de los jóvenes con los que trabajamos ambas organizaciones encuentran serias dificultades para poder cursar estudios reglados tal y como hoy están contemplados en el sistema educativo. La mayoría de los chicos y chicas atendidos por CESAL no han conseguido acabar los estudios básicos, por lo que tienen muy difícil encontrar un puesto de trabajo, ya que están sin titulación elemental y sin ninguna experiencia laboral. Otro grupo de jóvenes, que sí han logrado finalizar los estudios básicos, carece de motivación para seguir estudiando la formación académica “clásica”. En ambos casos, es necesario dar un nuevo enfoque a la forma en la que se enseña y en la que se aprende. Y uno de los ingredientes del éxito es que en las clases “se aprende trabajando”. Teoría sí, pero aprendida y aplicada en la práctica.
Cuando estos chicos y chicas ven que han sido capaces de hacer algo útil con sus propias manos y por lo que son reconocidos, recuperan la motivación y las ganas de aprender más y superarse. Por todo ello nos emociona ver cómo a un chico le cambia la cara por el simple hecho de haber sido capaz de hacer pasta fresca con sus propias manos, ver cómo crece un pequeño brote de magnolio o recibir las felicitaciones de un comensal tras una comida bien servida. Cuando alguien les hace ver que sí pueden, su autoestima se alía con ellos y son capaces de hacer cosas increíbles, de cambiar radicalmente sus propias vidas.
“Cuando alguien les hace ver que sí pueden, su autoestima se alía con ellos”
Uno de los elementos más innovadores en La Plaza de los Oficios es la integración de los jóvenes y la forma en la que unos pueden animar a otros a dar más pasos en su formación. La Plaza de los Oficios está pensada para ser un espacio físico, de aprendizaje, de convivencia, lúdico, donde jóvenes que cursan educación reglada y no reglada convivirán y podrán compartir experiencias formativas y de su vida cotidiana. Pensamos que son los propios jóvenes el motor que ayude a que los más rezagados, viendo las experiencias de los otros, se motiven en su crecimiento. Esto nos lleva a realizar actividades conjuntas, tanto relacionadas con su trabajo como caterings o actividades lúdicas como jornadas deportivas.
Si tenemos en cuenta los índices de desempleo juvenil que hay en nuestro país, y que incluso los jóvenes mejor formados tienen que emigrar para encontrar un puesto de trabajo, entendemos las dificultades que tienen estos chicos con baja o nula formación y complicadas situaciones personales y familiares para conseguir cualquier empleo. A sus circunstancias se suma su baja autoestima, que les ha llevado con el tiempo a autoafirmarse en su incapacidad para hacer nada. Lo primero que hacemos con la formación es trabajar para cambiar la percepción que tienen de sí mismos, conseguir que recuperen el valor de su propia persona y que descubran todo su potencial, ya que la mayoría de ellos no presentan problemas o dificultades en su capacidad intelectual, sino una desconexión entre la realidad que se les pone delante y su capacidad para responder a ella.
Los proyectos van dirigidos a jóvenes de entre 16 y 30 años, aunque la mayoría de participantes tienen de 18 a 24 años. Un porcentaje alto, aunque varía cada curso, son hijos de inmigrantes, muchos de ellos latinoamericanos, aunque también contamos con chicos que han venido de Marruecos, Nigeria, Camerún o Pakistán. Muchos han venido a buscar un futuro mejor dada la situación de origen y, al llegar aquí, se han encontrado perdidos en un entorno distinto y con unos padres semidesconocidos para ellos. Si a esto le sumamos la situación de riesgo en la que viven muchas de las familias, también hay entre nuestros jóvenes un número importante que intenta salir de bandas callejeras. También ha crecido en los últimos años el número de chicos españoles que han visto empeorar su coyuntura familiar y personal y ahora se hallan en riesgo de exclusión.
La formación que ofrecemos busca que los chicos y chicas aprendan lo mejor y al lado de los mejores. Qué duda cabe que los “Happy Mondays” son una de estas oportunidades. Los jóvenes ven a los mejores cocineros y aprenden trabajando con ellos. Además, esta iniciativa permite generar ingresos con los que hacer más sostenible el trabajo de La Plaza de los Oficios. Exploramos diversas iniciativas de autosostenibilidad, aunque, de momento, también es importante el apoyo que nos prestan entidades públicas y privadas. Grandes chefs como Quim Casellas del hotel Casamar, José Antonio González de La Chopera o María Marte de Club Allard han mostrado su interés en participar de esta aventura formativo-gastronómica.
“En cocina, cerca del 70% consigue un empleo”
Sí, mucha. Los jóvenes se motivan mucho con la cocina. Ven resultados inmediatos y, sobre todo, son reconocidos por otras personas por lo que hacen. Contando con que son chicos que mayoritariamente han recibido reproches, para ellos lo que aprenden y hacen en la cocina marca la diferencia. Además, desde que empezamos nuestra formación, siempre hemos tenido la colaboración de grandes chefs dispuestos a darles una oportunidad en sus restaurantes realizando prácticas. En cocina, cerca del 70% consigue un empleo.
De momento seguimos trabajando en la consolidación de esta iniciativa, dado que la Fundación Plaza de los Oficios es de muy reciente creación -ha empezado a funcionar en el mes de septiembre-. Lo más importante ahora mismo es seguir trabajando para encontrar el espacio donde poder construir físicamente nuestra Plaza de los Oficios, que sin duda nos va ayudar a poner en marcha muchas otras iniciativas que os contaremos en los próximos meses.