Esfuerzo, superación y compañerismo son tres valores clásicos del deporte. Es tal su importancia, casi necesidad, que se resaltan en cada competición y se intentan aplicar en el día a día. El deporte es una fuente de tolerancia e integración. En equipo o de forma individual, las diferentes disciplinas unen a quienes las practican y demuestran que todas las personas, independientemente de su origen o condición, son sujetos de derechos que contribuyen al enriquecimiento de la sociedad.
Será un evento deportivo multicultural sin precedentes en nuestro país. Los I Juegos de la Integración prevén reunir a más de 5.000 deportistas de 60 nacionalidades. El objetivo principal es fomentar la convivencia entre culturas, pero también se busca promocionar la práctica deportiva entre las personas con discapacidad física.
El acontecimiento está abierto principalmente a deportistas no profesionales nacionales y extranjeros de la Comunidad de Madrid, «aunque también pueden participar ciudadanos de otras provincias», precisa uno de los miembros del comité organizador. Todos ellos elegirán entre un total de nueve disciplinas: rugby a 7, béisbol, baloncesto, voley-playa, fútbol-playa, pádel, tenis de mesa, carrera y esgrima. Este último como deporte de exhibición.
El público asistente también será protagonista. Para él se han programado actividades lúdicas y se han reservado las gradas de los Juegos Especiales de la Integración. La cita es del 13 al 14 de junio en las instalaciones deportivas de la Ciudad Universitaria de Madrid. Los deportistas pueden participar a título individual o en deportes colectivos con equipos compuestos por, al menos, dos nacionalidades. Lo importante es impulsar la interculturalidad, el espíritu integrador y la tolerancia. Serán quienes ocupen el podio de honor ese día.
Juegos especiales
El escenario de los Juegos acogerá una edición especial en la que tomarán parte personas con discapacidad física. Los tres deportes que podrán practicar serán baloncesto, natación y tenis de mesa. Se ha elegido estas tres actividades por ser las más clásicas dentro del ámbito del deporte adaptado. En el caso del baloncesto en silla de ruedas, fue reconocido como deporte paralímpico en 1960 durante los Juegos de Roma y se juega actualmente en más de 75 países. Promete el mismo espectáculo que el baloncesto olímpico, ya que se juega en una cancha con las mismas medidas, balón, altura de las canastas y distancia de la línea de triple.
Las personas con discapacidad física podrán participar en competiciones de baloncesto, natación y tenis de mesa
La magia del deporte continuará con los nadadores discapacitados, que se mueven en el agua sin ningún tipo de ayuda técnica, ni siquiera prótesis, y siguen las mismas reglas que la natación olímpica. «Las únicas adaptaciones necesarias son la posibilidad de comenzar la prueba desde dentro del agua, sin tener que lanzarse desde el poyete de salida, o la señalización auditiva o táctil para ciegos y deficientes visuales cuando se aproximan a la pared de la pileta», explican los organizadores.
El tenis de mesa, que sustituye al tenis en silla de ruedas elegido en un principio para esta competición, es un deporte abierto a personas con discapacidad física, intelectual o parálisis cerebral. Sigue las normas de la Federación Internacional de Tenis de Mesa, «con pequeñas modificaciones para los atletas en silla de ruedas como el que los participantes puedan sujetarse a la mesa para mantener el equilibrio», especifica el Comité Paralímpico Español.
La inscripción en los Juegos estará abierta hasta el 15 de mayo. Su precio es de seis euros por participante en las modalidades de rugby a siete, baloncesto, béisbol, tenis de mesa, pádel, fútbol sala y voley-playa, y de nueve euros en la carrera de siete kilómetros. A partir del 12 de junio se podrán recoger los dorsales que deberá vestir cada jugador. En cada competición, se entregarán medallas a los tres primeros clasificados.