La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha intensificado su apoyo técnico en la rehabilitación de los deteriorados sistemas tradicionales de irrigación de Afganistán, con el fin de ayudar a los agricultores a aumentar la producción agrícola. La iniciativa también pretende mejorar los conocimientos y aptitudes que los agricultores necesitan para hacer funcionar y mantener los sistemas de irrigación.
Según explica la FAO, decenios de guerra en Afganistán y la emigración de la población rural han contribuido a la degradación y el abandono del sistema de irrigación del país. La falta de instalaciones de riego eficientes ha dejado a muchos agricultores sin suficiente agua para la agricultura, que comprende la producción de trigo, el principal cultivo alimentario básico del país. «Pero en los últimos años, el Ministerio de Energía y Agua del país ha dado prioridad al fomento de los recursos hídricos en su estrategia de desarrollo nacional».
«Los sistemas de irrigación se fueron deteriorando en los últimos tres decenios, no solo por la falta de inversión, sino también porque los pobladores fueron abandonando las zonas rurales, sin que quedara nadie para mantener los sistemas ni para transmitir los conocimientos autóctonos a la generación más joven. En consecuencia, en las zonas rurales los agricultores no lograban obtener suficiente agua para cultivar sus tierras. El resultado ha sido la disminución de la producción agrícola», señaló el Jefe de la Unidad de Fomento y Gestión de las Aguas de la FAO, Pasquale Steduto.
La agencia de la ONU firmó un acuerdo de 27,7 millones de USD con el Ministerio de Energía y Agua de Afganistán, con el fin de proporcionar asistencia técnica, así como conocimientos especializados y capacitación para llevar a cabo el Proyecto de reconstrucción y desarrollo de los sistemas de irrigación (IRDP). El objetivo general del proyecto es aumentar la productividad y la producción agrícolas en las zonas del proyecto, en consonancia con la estrategia nacional de desarrollo de Afganistán.
Se prevé que la reconstrucción de los sistemas de irrigación en el país abarque una superficie total de regadío de aproximadamente 300.000 hectáreas, incremente la superficie irrigada alrededor del 15%, propicie un aumento del rendimiento de las cosechas de un 20% y beneficie a unos 230.000 hogares.