Los países pobres necesitan medidas urgentes para evitar que los efectos adversos a corto plazo del alza de precios de los alimentos les afecten de forma todavía más alarmante, aseguró ayer el director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Jacques Diouf, durante su intervención en el Foro Mundial sobre Agroindustrias, que se celebra hasta este viernes en Nueva Delhi. El encuentro reúne a más de 500 representantes de 120 países.
Una combinación de factores, entre los que Diouf citó la menor producción debida al cambio climático, reservas con niveles históricamente bajos, mayor consumo de carne y productos lácteos en países emergentes, mayor demanda para la producción de biocombustibles y un mayor coste de la energía y el transporte, ha originado el encarecimiento de los productos alimentarios.
«Los precios mundiales de los alimentos han aumentado un 45% en los últimos nueve meses y hay una grave escasez de arroz, trigo y maíz», dijo el responsable de la FAO, quien destacó el importante papel que la agroindustria debe desempeñar a la hora de solucionar este problema.
«La agroindustria ayuda a conservar los productos alimentarios, añade valor y reduce las pérdidas postcosecha y permite transportar los alimentos a mayor distancia, incluyendo las ciudades en rápido crecimiento», explicó Diouf. Agregó que «la agroindustria genera demanda para los productos agrícolas y tiene un enorme potencial para el empleo rural no agrícola. También añade un importante valor a la producción agrícola, tanto para el mercado nacional como el de exportación».
La amenaza del cambio climático
Por su parte, Kandeh K. Yumkella, director de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), advirtió de que el cambio climático «ejercerá una gran presión sobre la capacidad del planeta de alimentar a una población en continuo crecimiento», lo que supondrá «nuevas amenazas» para las tierras cultivables, la cría de ganado y la pesca, como sequías, falta de agua y contaminación de la tierra, el aire y el mar.
Lennart Bage presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), afirmó que el alza «rápida y explosiva» de los precios alimentarios está empeorando la situación de países como Bangladesh y Zambia, donde cerca del 40% de la población está desnutrida. Bage aseguró que «con mayores inversiones en agricultura y desarrollo rural, los 400 millones de pequeños agricultores del mundo podrían movilizar su potencial infrautilizado, no sólo para mejorar su propia nutrición e ingresos, sino también la seguridad alimentaria a nivel nacional y el crecimiento económico global».
En la jornada de ayer del Foro también se puso de manifiesto que la urbanización, los salarios al alza y la incorporación de la mujer al mercado laboral en muchos países han aumentado la demanda de alimentos de preparación rápida. En todo el mundo, los alimentos y bebidas elaborados representan el 80% de las ventas totales del sector alimentario.