La Dirección Regional de Salud en Cusco (Perú) ha informado de que siete miembros del pueblo indígena Matsigenka, que habita junto al río Urubamba en la Amazonia peruana, han dado positivo del virus de la gripe A. Se trata de los primeros casos detectados entre los indígenas del Amazonas y, según señala la ONG Survival, ha generado entre los expertos «el temor de un contagio devastador entre pueblos sin defensas ante las enfermedades externas».
Survival señala que los pueblos indígenas son «particularmente vulnerables» a esta pandemia debido a que «muchos tienen un sistema inmunitario débil, viven en la pobreza y tienen altas tasas de enfermedades crónicas como diabetes y dolencias coronarias». Para demostrar esta afirmación ponen como ejemplo a los pueblos indígenas de Australia y Canadá. En el país oceánico, los aborígenes, que tienen una esperanza de vida de entre 15 y 20 años menor que los no aborígenes, «suponen casi una de cada diez muertes por la gripe A». En Canadá, comunidades de las Primeras Naciones en Manitoba «han visto tasas de infección de 130 por cada 100.000 habitantes, comparado con 24 por cada 100.000 entre la población general».
El antropólogo Glenn Shepard, experto en los indígenas Matsigenka, ha indicado que «la llegada de la gripe A entre los Matsigenka es especialmente preocupante, ya que se sabe que tienen contacto intermitente con grupos indígenas bastante aislados que viven cerca».
Survival también ha pedido la opinión del Dr. Stafford Lightman, profesor de Medicina en la Universidad de Bristol, quien ha explicado que «los pueblos indígenas aislados no tienen inmunidad ante las enfermedades infecciosas que circulan por nuestra sociedad industrial y serán particularmente susceptibles a la gripe A». «Esto podría ser devastador», infectaría a comunidades enteras simultáneamente, no dejaría a nadie para cuidar de los enfermos o traer y preparar comida.