En el Día Internacional del Migrante, que coincide con la última jornada de la Cumbre sobre el Cambio Climático en Copenhague, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) alerta de que «son necesarios mayores esfuerzos, que trasciendan Copenhague, para poder encarar la compleja cuestión de la migración propiciada por cuestiones climáticas y medioambientales».
La OIM afirma que, aunque el acuerdo global que se alcance en la capital danesa no reconociera las repercusiones del cambio climático en la migración y el desplazamiento de personas, lo cierto es que «tanto el cambio climático como la degradación medioambiental ya propician la migración o el desplazamiento en todo el planeta». «Cabe destacar que los países más pobres se llevan la peor parte», recalca la organización. Sin embargo, reconoce que existen «importantes brechas» en el conocimiento y comprensión de cómo se ha de encarar adecuadamente las distintas y complejas repercusiones que tiene la migración por motivos medioambientales.
El Director General de la OIM, William Lacy Swing, señaló que «nadie sabe realmente cuántas personas emigran voluntariamente o se ven forzadas a hacerlo a raíz del cambio climático o de la degradación medioambiental». No obstante, aseguró que gran parte de esta migración es de carácter interno o transfronterizo, «y que se trata de una tendencia en pleno auge».
Migraciones de carácter interno
Un reciente estudio de la OIM destaca que gran parte de la migración propiciada por factores medioambientales es de carácter interno. Varios países asiáticos luchan para hacer frente a una migración rural-urbana masiva, puesto que las inundaciones recurrentes destruyen sus medios de sustento y suministros agrícolas y obligan a las personas a desplazarse hacia las zonas urbanas superpobladas, lo que tiene consecuencias dramáticas en las infraestructuras, los servicios públicos y la salud.
Los desastres latentes, suscitan menos atención que los acontecimientos climáticos extremos como inundaciones y tormentas. Aunque, globalmente, alrededor de 1,6 millones de personas sufrieron los efectos de las sequías entre 1979 y 2008, es decir, más del doble de las personas afectadas por tormentas, con África como el continente más vulnerable.
Alrededor de 1,6 millones de personas sufrieron los efectos de las sequías entre 1979 y 2008
La OIM afirma, además, que la migración por razones medioambientales «también tendrá una creciente importancia en el mundo desarrollado». La posible magnitud de futuros movimientos requerirá el apoyo internacional para los países más afectados por una migración medioambiental interna y hacia países limítrofes. Por ello, una de las prioridades para la OIM será «garantizar la protección efectiva de los derechos humanos de todos los migrantes».
Solicitantes de asilo
Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) quieren aprovechar el Día Internacional del Migrante para instar a los políticos de toda Europa a que «protejan la vida y la dignidad de los inmigrantes y solicitantes de asilo y faciliten su acceso a los servicios básicos, incluyendo el refugio y la atención sanitaria».
La ONG afirma que las políticas de control en las fronteras impuestas por la Unión Europea (UE), o por los estados miembros de forma individual, dejan a muchos inmigrantes indocumentados y solicitantes de asilo atrapados a las puertas de Europa durante largos periodos de tiempo o les obligan a regresar a sus países de origen. Y cuando logran entrar en el continente europeo, suelen tener que hacer frente a detenciones sistemáticas y prolongadas en condiciones terribles. «A pesar del grave impacto que esto tiene sobre la salud física y mental, su acceso a la atención médica es limitado y el apoyo psicológico suele ser inexistente», asegura.
Una vez terminado el periodo de detención, las perspectivas son deprimentes para muchos y el acceso a la atención sanitaria les es incierto. Incluso cuando la atención de salud está disponible, las barreras del idioma, la falta de información y el miedo a ser denunciados disuaden a los inmigrantes de buscar ayuda. Por todo ello, MSF considera «primordial que las políticas de inmigración en Europa protejan la vida y la dignidad de estas personas y mejoren su acceso a la atención médica, incluido el apoyo psicológico».