Unos 150 millones de personas en el mundo sufren «catástrofes financieras graves» al año y 100 millones se ven «obligadas a vivir por debajo del umbral de la pobreza» para costear su acceso a la sanidad, según denuncia la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su último informe sobre la salud en el mundo y el camino hacia la cobertura universal.
En algunos países hasta el 11% de la población sufre este tipo de dificultad financiera grave cada año, motivada por la necesidad de costear su acceso a la sanidad, y hasta el 5% se ve «arrastrado a la pobreza» por esta causa, tal como señala este documento. «Eliminar esta diferencia de cobertura entre ricos y pobres en 49 países de ingresos bajos salvaría la vida de más de 700.000 mujeres desde este momento hasta el año 2015», destaca el informe. «Si se superara esta diferencia de cobertura en los diversos servicios para niños menores de cinco años, en concreto, la vacunación sistemática, salvaría más de 16 millones de vidas», añade.
Uno de los obstáculos para lograr esta cobertura universal es «el uso ineficiente y no equitativo de los recursos», advierte la OMS. El informe mantiene que se malgasta entre el 20% y el 40% de los recursos destinados a la salud. «Reducir este despilfarro mejoraría en gran medida la capacidad de los sistemas sanitarios para prestar servicios de calidad y mejorar la salud», apunta. En este sentido, destaca los «pasos agigantados» conseguidos para mejorar la cobertura sanitaria en países como Brasil, Chile, China, México, Ruanda y Tailandia. Entre los países desarrollados, sobresalen los esfuerzos de Alemania, que para paliar el envejecimiento de su población ha inyectado al sistema «fondos provenientes de los ingresos generales».
Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los 49 países considerados de ingresos bajos tendrán que gastar «una media de 60 dólares (unos 44 euros) per capita para el año 2015, bastante más que los 32 dólares (unos 23 euros) que invierten actualmente», afirma la OMS. La organización considera que todos los países tienen la posibilidad de recaudar más dinero para la salud» y propone para ello medidas como luchar contra el «grave problema» de la evasión de impuestos y la «recaudación ineficiente».
También apuesta por aumentar la asignación presupuestaria a la sanidad. «Si los 49 países de ingresos bajos aumentaran la asignación de la salud del gasto público total al 15%, podrían recaudar unos 15.000 millones de dólares (casi 11.000 millones de euros) más al año para la salud procedentes de fuentes nacionales», destaca el informe.