Más de la mitad de la ayuda que destinan los países industrializados del llamado G7 (Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, Canadá y Japón) para luchar contra la pobreza en el mundo no llega a sus destinatarios, según ha denunciado la ONG ActionAid, cuya filial en España es Ayuda en Acción.
En un informe elaborado por la organización se explica que estos Estados sólo dedican un 0,07% de su PIB a ayuda humanitaria «real» y que, de esa cantidad, el 61% son «ayudas fantasma». En Estados Unidos y Francia, este porcentaje alcanzaría el 90%.
Según la ONG, gran parte de la inversión es absorbida por los elevados costes de asesoría de empresas consultoras internacionales y por los requisitos administrativos y burocráticos, la mala coordinación, los retrasos en los pagos y los pagos parciales, entre otros factores. Además, las ayudas se condicionan a veces a la compra de productos procedentes de los países donantes.
Acuerdo por el 0,7%
Las denuncias han llegado un mes antes de que se celebre la «Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G-8» en Gleanagles (Escocia). En esta cita el Reino Unido pedirá a los otros Estados de este grupo que doblen su ayuda al mundo en desarrollo.
Por su parte, Action Aid reivindica un acuerdo internacional controlado por Naciones Unidas, con un triple objetivo: establecer que los fondos destinados a erradicar la pobreza en los países en vías de desarrollo se sitúen en el 0,7% del PIB; tomar medidas para la transparencia contable de las ayudas y lograr un compromiso entre países donantes y receptores para supervisar conjuntamente el desarrollo de los proyectos humanitarios.