Entre 1990 y 2010 la tasa de pobreza en América Latina se redujo un 17%, desde el 48,4% al 31,4% de la población, mientras que la tasa de indigencia bajó un 10,3%, desde el 22,6% al 12,3% de la población. Ambos indicadores se sitúan así en su nivel más bajo de los últimos 20 años, tal como refleja el informe «Panorama social de América Latina 2011», presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El director de la división de desarrollo social de la CEPAL, Martin Hopenhayn, destacó que estos datos son una buena noticia, pero advirtió que al ser América Latina una región de ingreso medio, en 2010 se registraba aún 177 millones de pobres, de los cuales 70 millones son pobres extremos o indigentes. Según Hopenhayn, la disminución de la pobreza se explica por un aumento de los salarios y por los programas de transferencia de fondos directos a las familias más pobres.
La CEPAL estima que este año la tasa de pobreza caerá al 30,4% de la población, mientras que la de indigencia subiría levemente al 12,8%, debido a que el alza en los precios de los alimentos contrarrestaría el incremento previsto en los ingresos de los hogares. Esto significa que la región cerrará este año con 174 millones de habitantes en situación de pobreza, 73 millones de ellos en condiciones de pobreza extrema o indigencia.
Cinco países registraron disminuciones significativas en sus tasas de pobreza entre 2009 y 2010: Perú, Ecuador, Argentina, Uruguay y Colombia. Honduras y México fueron los únicos países con incrementos relevantes en sus porcentajes de pobreza (1,7 y 1,5 puntos porcentuales, respectivamente). En el caso de México, la comparación se realizó con la medición de pobreza de 2008, por lo que la cifra no solo refleja la expansión de la economía mexicana en 2010 sino también la fuerte contracción del Producto Interior Bruto per cápita en 2009.