La vida de 1,5 millones de personas en las zonas afectadas por el ciclón «Nargis» en Myanmar, la antigua Birmania, está en peligro a causa de la propagación de enfermedades infecciosas que podría aumentar durante las próximas semanas, según ha alertado Oxfam Internacional (Intermón Oxfam en España). La ONG advierte de que si no se provee urgentemente de agua potable y sistemas de saneamiento a Myanmar, el país podría ser víctima de una catástrofe sanitaria.
«Es probable que haya más de 100.000 muertos, lo que implica un alto riesgo de catástrofe sanitaria que podría aumentar la cifra de víctimas hasta 15 veces más durante los próximos días. Durante las primeras horas después del tsunami, en 2004, fallecieron 250.000 personas, pero no hubo peligro de transmisión de enfermedades porque los gobiernos de la zona y el mundo entero se movilizaron masivamente para prevenirlo. Tenemos que hacer lo mismo con la gente de Myanmar», dijo Fran Equiza, director de cooperación de Intermón Oxfam.
La organización humanitaria ha instado a la junta militar que dirige el país a levantar las restricciones de permiso de visado a las ONG. «Oxfam y otras organizaciones necesitan autorización para trabajar en Myanmar. Tenemos experiencia y aptitudes para ayudar a salvar vidas y estamos ahí para hacerlo», indicó en un mensaje remitido, además de al Gobierno birmano, a la comunidad internacional y a los gobiernos influyentes en la zona, como Tailandia.
Falta de alimentos y refugio
La población está más débil cada día que pasa. La carencia de alimentos y lugares donde refugiarse, la exposición a la intemperie y el consumo de agua contaminada por los deshechos humanos y animales hacen que la zona «se haya convertido en el tipo de terreno óptimo para la propagación de enfermedades contagiosas como el cólera o el tifus, algunas de ellas endémicas en la región», advierte Oxfam.
Además, apunta que el hacinamiento de los afectados, junto con el hambre y la falta de refugio, hace que otros riesgos como el sarampión, las enfermedades pulmonares y la difteria puedan llegar a resultar devastadores, especialmente en los más débiles como son los niños y ancianos. Por otro lado, cuando las aguas empiezan a retroceder, las zonas húmedas se convierten en lugares fértiles para la reproducción de moscas y mosquitos, con los peligros de infección que conllevan.
Los casos de dengue en Myanmar se incrementan normalmente entre los meses de mayo y octubre, y la malaria, extendida por las regiones afectadas por el paso del ciclón, puede convertirse en una grave amenaza, según la ONG.
La organización argumenta que, si se le permite, su respuesta a la crisis tendrá un «impacto notable» en la reducción del riesgo de infecciones y salvará vidas. «Tanto nosotros como las otras organizaciones humanitarias trabajamos desde hace décadas respondiendo a las emergencias, especialmente en el aprovisionamiento de agua y servicios de saneamiento a las personas afectadas. Estamos convencidos de que la ayuda humanitaria internacional puede aportar la diferencia en la respuesta a esta catástrofe y por eso queremos trabajar con la gente de Myanmar», explicó Esquiza.
Ante la posibilidad de enviar ayuda por aire, Oxfam precisa que se trata de una opción sumamente cara y limitada. «Los alimentos y las mosquiteras pueden ser lanzados desde aviones, pero el agua potable y los sistemas de saneamiento necesitan ser distribuidos desde el terreno. Necesitamos intervenir urgente y efectivamente en el terreno y no distraernos con otros esfuerzos. Se requiere hacer un gran esfuerzo diplomático para que la ayuda y los expertos humanitarios puedan acceder a Myanmar y puedan ayudar a salvar vidas», añadió el director de cooperación de Intermón Oxfam.
Ayuda española
Por su parte, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ha entregado un millón de euros a Naciones Unidas para los afectados por el ciclón «Nargis». Esta aportación se suma a los 500.000 euros destinados inicialmente al Programa Mundial de Alimentos (PMA), para abastecer a 600.000 personas durante los próximos seis meses en la provincia de Ayeyarwaddy, y a las 13 toneladas de ayuda que llegaron el pasado sábado a Tailandia.
Además, a través del convenio que la AECID tiene con Cruz Roja, se liberaron 150.000 euros para atender al llamamiento de la Federación Internacional de la Cruz Roja, y no se descarta la posibilidad de aumentar esa cantidad si, finalmente, Cruz Roja Española envía una Unidad de Respuesta en Emergencias a la zona.