Dos millones de niños han muerto en conflictos en los últimos 10 años, mientras que decenas de millones de menores se han visto obligados a salir de sus lugares de origen. Estas cifras fueron presentadas en una reunión celebrada por el Consejo de Seguridad de la ONU para conmemorar el primer aniversario de la adopción de la resolución 1612, por la que se creó un sistema para controlar y recopilar información con el objetivo de frenar los abusos y violaciones de que son víctimas los niños en situaciones de conflictos armados.
«Durante siglos, los niños han sido víctimas de los conflictos, y su tragedia ha sido ampliamente ignorada», señaló Anna Veneman, directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef). «Ahora, con el apoyo del Consejo de Seguridad, estamos finalmente en condiciones de supervisar el impacto real en los niños de las guerras y actuar de forma eficaz al respecto», agregó.
El Consejo debatió qué nuevas medidas se pueden tomar para acotar las violaciones de los derechos de los menores, especialmente en un momento como el actual, convulsionado por los recientes acontecimientos en Oriente Medio.
La subsecretaria general y representante especial de la ONU para los niños en los conflictos armados, Radhika Coomaraswamy, remarcó que éstos «a menudo soportan la carga más pesada de los traumas físicos y psicológicos en los conflictos». Recordó que desde 2003, más de 14 millones de menores se han visto obligados a desplazarse dentro y fuera de sus países, y entre 8.000 y 10.000 mueren o resultan mutilados cada año por minas.
Por su parte, el presidente del Consejo de Seguridad, el embajador francés Jean Marc de la Sabliere, destacó la importancia que la problemática de los niños en los conflictos armados sigue teniendo y la necesidad de que este órgano de máxima decisión de la ONU impulse sus trabajos en este campo.