La ayuda humanitaria entregada por la Comisión Europea en 2001 se concentró en la región africana de los Grandes Lagos, en los Balcanes, en Chechenia (Rusia) y en los territorios palestinos, según el balance anual de la Oficina Europea de Ayuda Humanitaria (ECHO, en inglés), presentado ayer por el comisario europeo de Desarrollo, Poul Nielson.
Según estos datos, Bruselas gastó 543,7 millones de euros en 1.031 operaciones, repartidas por más de 60 países. El volumen financiero supera al del año 2000 (492 millones de euros) pero es sensiblemente inferior al de 1999, cuando la crisis en Kosovo elevó el gasto humanitario europeo a los 813 millones de euros.
Las actividades emprendidas por el ECHO supusieron el 25% del total de la ayuda humanitaria que circuló por el planeta. Sumada a la ayuda ejecutada directamente por los Estados miembros, la Unión Europea, explicó Nielson, fue origen de «alrededor del 50%» de la ayuda mundial.
ACP
El grupo de países África Caribe Pacífico (ACP), integrado en su mayoría por antiguas colonias británicas y francesas, fue el principal destino de los fondos de la UE. El grueso de la ayuda fue a parar al África subsahariana, y dentro de ella, a la región de los Grandes Lagos (173,3 millones de euros). La República Democrática del Congo recibió 35 millones, Tanzania 32 millones y Burundi 20 millones, todo en programas de asistencia a desplazados, refugiados y afectados por conflictos bélicos. El Ejecutivo Comunitario también concedió ayuda humanitaria a las víctimas de los conflictos de Sierra Leona, Guinea y Liberia (20,6 millones); y a las víctimas de la guerra civil y la sequía en Sudán (17 millones).
En comparación, la ayuda destinada a Iberoamérica fue notablemente inferior. Así, Bruselas tan sólo envió 38,2 millones de euros en misiones de urgencia a países latinoamericanos. En concreto, los desplazados en Colombia y la asistencia tras los terremotos en El Salvador obtuvieron líneas de ayuda por valor de 10 millones cada una; la población cubana recibió 8 millones de euros en productos de primera necesidad; a los afectados por el terremoto en Perú les correspondieron 3,1 millones, mientras que las operaciones de prevención de desastres en Centroamérica obtuvieron 3,3 millones.