Los 50 países más empobrecidos del mundo registran bajos niveles de inversión de las ayudas exteriores en el capítulo de investigación y formación, según alerta el informe anual de la Conferencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
Así, los desembolsos anuales durante el trienio 2003-2005 para ayuda a la investigación y formación técnica avanzada en su conjunto fueron de casi 530 millones de euros, que equivalen a sólo el 3,6% de toda la ayuda exterior recibida por estas naciones, según este trabajo, que considera «inquietante» esta tendencia. «Un factor clave para reducir la pobreza es aumentar la capacidad productiva y de negocios de los países menos desarrollados y sus posibilidades de adquirir conocimientos y tecnología», según explicó el secretario general de la UNCTAD, Supachai Panitchpadki.
El sector agrícola es la base de la que dependen principalmente los cerca de 767 millones de personas que viven en los países menos desarrollados. La ayuda para la investigación agrícola en esos países alcanzó casi los 16 millones de euros anuales en el trienio 2003-2005, periodo en el que se recibieron otros 45 millones de euros para la formación profesional, según la UNCTAD. Con relación a las inversiones en investigación en el área agrícola, los gastos sólo representan el 0,47% del Producto Interior Bruto (PIB) agrícola de los 50 países más pobres, frente al 1,7% de media en los países en desarrollo y muy por debajo del 1,5% al 2% recomendado por algunos organismos internacionales.
A los países más pobres les cuesta atraer a veces inversiones extranjeras porque las empresas nacionales no son suficientemente atractivas, lo que, a su vez, les hace perder oportunidades de adquisición tecnológica o de conocimiento, detalló Supachai. Ese cambio de percepción en el proceso de innovación es, en su opinión, urgente para el avance de los países más empobrecidos, ya que, según los datos reflejados en el informe, su capacidad de innovar era peor en 2001 que en 1995.
El impacto negativo que tiene sobre el avance de los países menos adelantados la creciente fuga de cerebros hacia países altamente industrializados, lo que frena aún más su progreso, es otro de los aspectos abordados por Supachai. De esta forma, la UNCTAD cree que los países menos adelantados están más afectados por la pérdida de personal cualificado que el resto de los países en desarrollo, donde el promedio de ese tipo de emigración es de alrededor del 8%. Haití, donde en 2000 emigró más del 80% de la población cualificada, y Samoa, con casi el 70%, son dos de los países más afectados por esa fuga, que también limita especialmente el desarrollo de otras economías como Gambia, Somalia, Eritrea, Mozambique y Guinea Ecuatorial.
Por todo ello, «no es realista pensar que esos países vayan a dotarse de una base tecnológica sólida y viable para 2013», el plazo fijado para que se ajusten a las normas del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio, de la Organización Mundial del Comercio (OMC), según se plantea en el informe.