La apuesta por los productos con fines solidarios intenta renovarse para atraer a nuevos compradores y mantener a quienes ya se han sumado a este modo de consumo. El comercio justo valora el esfuerzo de cada trabajador y le abona por él un precio equivalente al mismo, además de garantizar unos salarios dignos, condiciones laborales adecuadas, igualdad de género, protección del medio ambiente en los procesos de fabricación y la no explotación infantil, resume la Coordinadora Estatal de Comercio Justo. Las novedades en este ámbito afectan a la alimentación, los complementos, la cosmética y la papelería, cuatro áreas muy diversas para lograr que los beneficios del mercado se repartan entre todos.
La II Feria de Importadoras de comercio justo ha desvelado las novedades en alimentación, complementos, cosmética y papelería del sector. En el evento, celebrado el pasado 25 de junio, han coincidido las organizaciones importadoras de estos productos, junto con las tiendas y establecimientos de hostelería interesados en distribuirlos. Organizada por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, la feria ha supuesto la presentación en público de más de 2.000 productos.
Novedades en comercio justo
Las novedades en alimentación proponen productos pioneros que recurren, sobre todo, a sabores diferentes y combinaciones de ingredientes.
Cafés aromatizados a la canela y a la vainilla. La feria ha presentado estas dos variedades biológicas, que tienen su origen en México, Nicaragua, Brasil y Perú. Se combinan granos arábica de estos cuatro países potenciados por el intenso aroma de la canela y el delicado aroma de la vainilla. Están elaborados por campesinos indígenas de origen maya y otros grupos productores de café que reciben formación y asistencia técnica, además de un precio que cubre los gastos de la producción. En México, además, el cultivo de café «ha conseguido preservar la biodiversidad de la zona», explica la Coordinadora, mientras que en Brasil los ingresos adicionales por las ventas han permitido crear una sección de créditos y en Perú, se han abonado con ellos becas para los hijos de los productores.
Refresco Bio cola elaborado con azúcar de caña sin refinar y ecológica. Su producción recae en la Cooperativa Manduvira, de Paraguay, formada por 1.500 socios y que apoya a los campesinos de caña de azúcar «que viven en condiciones desfavorables y cuya subsistencia se ve afectada por el difícil acceso a ingresos de la región». Su experiencia sobrepasa los 14 años en la producción agrícola orgánica de azúcar y exportación. Es el primer refresco con sabor a cola ecológico y de comercio justo, señala la Coordinadora Estatal de Comercio Justo. Carece de aditivos -cuenta con las certificaciones de comercio justo y orgánico- y se distingue por un ligero sabor a limón.
Barritas de cereales de sabores. Son los primeros snacks de cereales de comercio justo, procedentes de Chile, Sudáfrica, Pakistán. Se venden en cuatro sabores: albaricoque, frutas, nueces y miel, y chocolate y frutas del bosque. Los elabora Apicoop, una cooperativa chilena productora de miel y arándanos; Eksteenskuil Agricultural Co-operative, compuesta por 65 pequeños agricultores de Sudáfrica que cultivan y elaboran uva pasa; y Mountain Fruits, una organización de Pakistán que cultiva albaricoques y almendras. Este producto es líder en ventas en Gran Bretaña y se espera que repita éxito en España.
Bolso ecojuice fabricado con envases de zumo y de aluminio. Este complemento favorece la conservación del medio ambiente gracias al uso de material reutilizado. Se fabrica en los talleres de Nazaret, en Filipinas, ubicados en zonas urbanas y que dan trabajo a 170 personas, la mayoría, especifica la Coordinadora, «mujeres sin recursos económicos, que no habían finalizado la enseñanza media y sin un trabajo anterior». En estos talleres se imparte formación sobre derechos laborales o de la mujer, entre otros, y se desarrollan programas de becas de estudio, de viviendas, cooperativa de crédito, «y otras iniciativas que mejoran la calidad de vida de las trabajadoras». Son los propios empleados quienes deciden cuestiones relativas a la producción, marcha del taller, grandes pedidos o cambios de diseño.
Detergente de «nueces». Este producto procede de India, donde se conoce como «Nueces de lavado» a las frutas del árbol del jabón (Sapindus Mukorossi), originario de India y Nepal. Es un producto vegetal y biodegradable, que se vende en bolsas de 1 Kg, apto para lavadoras y hasta un centenar de lavados. Está aconsejado para personas con alergias o problemas de pies, conserva los colores de las telas y no es necesario agregar suavizante. Lo elabora la asociación Asha Handicrafts, que busca el bienestar social y económico de los artesanos y productores, residentes en zonas pobres rurales y urbanas o bien grupos marginados. La asociación está compuesta por unas 2.950 personas, la mitad son mujeres, organizadas en 62 pequeños grupos.
Artículos de escritorio y papelería elaborados con madera certificada FSC. Son personalizables y proceden de bosques gestionados de manera responsable. Esto los convierte en los primeros productos de papelería con garantías ambientales y sociales. Se venden portalápices, pisapapeles, marcapáginas, reglas, «pendrives» y cuadernos, elaborados por la Cooperativa regional Forestal de Colón (Coatlahl), de Honduras. Engloba a 144 familias dedicadas a la extracción de madera, fabricación de artículos y comercialización, por lo que de este trabajo se benefician unas 545 personas de manera directa y hasta 2.700, de manera indirecta.
Otros productos
Los fideos con pasta de quinua, broches artesanales de tela y lana o artículos cosméticos sin ingredientes de origen animal, parabens o derivados del petróleo son otras propuestas
Además de los anteriores, en alimentación destacan los fideos con pasta de quinua, considerada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) como «el alimento perfecto» por su alto contenido en proteínas, aminoácidos y minerales. Los cereales Choco Rice Crispy, de Paraguay, República Dominicana y Tailandia, recurren al cultivo de caña de azúcar y su venta ha permitido crear en Tailandia un fondo de préstamos para mejorar las granjas de los socios, junto con proyectos sociales de desarrollo comunitario en República Dominicana.
Los complementos solidarios proponen novedades elaboradas con madera certificada de Honduras, bolsas de algodón plegables y broches artesanales de tela y lana, fabricados por las manos de mujeres indias marginadas, las conocidas «intocables».
Imagen: Adsis-Equimercado
Por último, los productos de cosmética se enriquecen con tres packs compuestos por artículos de Rosa mosqueta, té blanco y Karité. Según el conjunto que se elija, este incluye una selección de algunos de estos productos: crema facial y de manos, leche limpiadora, protector labial, aceite puro, manteca, crema de noche y pastilla de jabón. Su principal valor es que no se han probado en animales ni contienen ingredientes de origen animal, parabens (productos químicos) o derivados del petróleo. «Sus principios activos han sido recolectados y tratados por mujeres del Sur», subraya la Coordinadora. Los ingresos extras por su venta permiten a las mujeres de Burkina Fasso pagar las cuotas escolares de sus hijos y comprar medicamentos, «sin depender de sus maridos». También se abonan con ellos los gastos de educación de los niños huérfanos y se ha comenzado a construir un orfanato.
