Los servicios de salud en Guatemala y El Salvador

La ONG Intervida facilitó el pasado año servicios de salud a más de 376.000 niños y adultos de Guatemala y El Salvador
Por Miren Rodríguez 15 de septiembre de 2006

Uno de los retos para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas es incrementar el acceso a los servicios de salud en los países en vías de desarrollo, para reducir así la mortalidad infantil, el VIH/sida, el paludismo y otras enfermedades, así como mejorar la salud materna. Actualmente hay millones de personas en el mundo que no tienen acceso a servicios de salud: sólo en América Latina y el Caribe, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que esta circunstancia afecta a unos 250 millones de personas. «Para cambiar esta situación, es indispensable contar con un mayor número de infraestructuras y servicios de calidad, así como de profesionales sanitarios, que en muchos países están muy por debajo de lo necesario para atender las necesidades básicas de la población», subraya la ONG Intervida.

Img intervidadImagen: Intervida

Mientras que la media europea está en torno a los tres médicos por cada 1.000 habitantes (en España es de 3,3), en los países centroamericanos donde INTERVIDA está presente este índice es considerablemente menor, llegando a ser hasta tres veces inferior. Así, el Índice de Desarrollo Humano 2005 publicado por Naciones Unidas, refleja que Guatemala tiene 0,9 médicos por cada 1.000 habitantes, Nicaragua 1,6 y El Salvador 1,2. Además, predomina la tendencia a la concentración de las infraestructuras de salud en las zonas ricas y preferiblemente urbanas, lo que supone que gran parte de la población, en especial la que vive en las zonas rurales, tenga mayores dificultades para acceder a los servicios de salud.

En Guatemala y El Salvador se estima que un 20% de la población no cuenta con servicios de salud o su acceso a éstos es limitado, sobre todo en las comunidades más dispersas y alejadas. Un ejemplo de esto lo encontramos en Guatemala, donde en departamentos del altiplano occidental como Sololá la cifra de médicos se reduce hasta 0,03 por cada 1.000 habitantes.

Uno de los principales inconvenientes: las largas distancias y el coste económico

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el tiempo que debe emplear una persona para desplazarse hasta el servicio de salud debe de ser menor a 60 minutos. Sin embargo, en Guatemala, según los datos de la última Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida (2000), sólo un 10,7% de la población adulta que estaba enferma tardaba menos de una hora en llegar al servicio de salud.

Además de las distancias hasta los servicios de salud, acudir a ellos también tiene un coste económico que muchos habitantes tienen que asumir. Aunque la sanidad pública sea gratuita, hay que contemplar los costes de transporte, medicamentos, alimentación y exámenes de laboratorios,

Aunque la sanidad pública sea gratuita, hay que contemplar los costes de transporte, medicamentos, alimentación y exámenes de laboratorios
entre otros. En Guatemala hay que sumar también el factor étnico, ya que la condición de indígena dificulta a menudo las consultas médicas debido a la barrera del idioma y a tradiciones culturales como la atención durante el parto por parteras. De hecho, en 2002, sólo el 19% de las mujeres indígenas tuvieron un parto atendido por un profesional médico.

Concretamente esta ONG, Intervida -que trabaja junto con las comunidades más empobrecidas de Guatemala y El Salvador- desarrolla programas de salud para proporcionar una atención médica integral a niños y adultos de más de 1.800 comunidades. Durante 2005, en estos dos países se beneficiaron de estos programas cerca de 320.000 niños de edades comprendidas entre 0 y 15 años, y más de 56.400 adultos gracias a un equipo de más de 160 profesionales sanitarios.

Los programas de salud se componen de numerosas acciones que pretenden reducir la mortalidad materna e infantil y mejorar la salud de la población en general. Para ello, se realizan jornadas médico-odontológicas (más de 401.000 consultas durante 2005 entre los dos países), jornadas oftalmológicas, consultas de atención médica especializada, desparasitación, tratamientos de enfermedades nutricionales en niños y mujeres embarazadas, entrega de medicamentos (en El Salvador más de 44.000 medicamentos entregados en 2005), operaciones en casos especiales, donación de prótesis, control durante y después del embarazo (más de 8.500 mujeres controladas en Guatemala en 2005) y atención pediátrica en menores de 5 años, entre otras muchas acciones.

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