La arquitectura se asocia en la mayoría de las ocasiones con arte, glamour y grandes edificios de grandes autores. Pero bajo esta disciplina también tiene cabida la solidaridad, como lo demuestra la organización Arquitectos Sin Fronteras (ASF), una ONG fundada en 1992 que pretende aportar su ayuda y su conocimiento para la mejora de las condiciones de vida de las personas tanto de los países en vías de desarrollo como de aquellos que, aun viviendo en los países ricos, no pueden disponer de un bien básico como es una vivienda digna. La presidenta de ASF, Lucía Feu (El Vendrell, Tarragona, 1962) defiende la labor que realizan los 1.300 socios de la organización en España y asegura que el trabajo de arquitecto “tiene mucho que ver con cuestiones de carácter social”.
Arquitectos Sin Fronteras es una organización que se fundó en el año 1992 por un grupo de arquitectos que estaban vinculados a otras ONG de tipo sanitario. Al amparo del Colegio de Arquitectos de Catalunya surgió el primer grupo. A partir de aquí se fueron montando demarcaciones territoriales en distintos lugares de España hasta hoy, que tenemos doce funcionando. Nace con la idea de trabajar desarrollando proyectos que tienen relación con el urbanismo, la arquitectura y las infraestructuras con el objetivo de lograr un desarrollo local no dependiente. Trabajamos para los colectivos excluidos y más desfavorecidos, tanto en el llamado tercer mundo como en el cuarto mundo, es decir, los pobres y excluidos de nuestro país.
Arquitectos Sin Fronteras suscribe que el derecho a una vivienda digna es un derecho fundamental y básico, recogido en la Declaración de Derechos Humanos, la Constitución y en la mayoría de constituciones. Este derecho está íntimamente ligado a otro grupo de derechos fundamentales: salud, educación, medio ambiente… y ni un solo país en el mundo lo cumple. Si hablamos de vivienda como eje fundamental del estado del bienestar hay una labor muy importante por hacer tanto en los países más pobres como en el nuestro
Si hablamos de vivienda como eje fundamental del estado del bienestar hay una labor muy importante por hacer tanto en los países más pobres como en el nuestro.
Desde nuestro inicio trabajamos en temas que tienen que ver con la vivienda. Hemos elaborado una carta abierta que entregamos a la ministra de Vivienda y a toda la prensa, en la que denunciamos el grave problema que viven numerosos colectivos en nuestro país, para los que acceder a una vivienda es imposible. La mayoría de ellos son nuestros “clientes”. En España trabajamos con estos grupos excluidos, que son los que necesitarían una vivienda de promoción pública de alquiler o compra, porque no pueden acceder a la vivienda del mercado libre por los precios abusivos. Con esta carta abierta queríamos explicar la necesidad urgente de garantizar una vivienda digna a todas las personas y recalcar esa necesidad en colectivos que ahora no tienen ninguna posibilidad, como es el caso de los jóvenes, de las personas mayores y de los inmigrantes. En la carta apuntamos una serie de propuestas para tratar de mejorar esta situación. Reclamamos la necesidad de una ley del suelo socialmente capaz que controle el precio del suelo. Del precio total de una vivienda, sólo la mitad corresponde al coste real de una vivienda. El resto son plusvalías. Pedimos un debate urgente y un pacto social que implique a profesionales, constructoras, cajas, bancos, administraciones, gobiernos para que este bien que es la vivienda sea asequible para todos.
El trabajo que realizamos en el cuarto mundo es un poquito diferente al que realizamos en países del tercer mundo. Para los proyectos de cooperación existe un sistema de subvenciones públicas que hacen posible su ejecución… En el cuarto mundo es distinto. Apenas existen líneas de financiación, porque son temas de competencia de las administraciones públicas. La infravivienda y falta de condiciones de habitabilidad, la especulación , los desahucios y el mobbing inmobiliario son temas del día a día en el trabajo del cuarto mundo, por eso una de nuestras labores es la denuncia para que estos problemas sean tratados por las administraciones con todos los medios necesarios.
Por ejemplo estamos participando en un programa de acceso a viviendas en alquiler de familias en riesgo de exclusión en Huesca, en el que nos encargamos del seguimiento técnico. Asimismo, desarrollamos nuestra labor en otros ámbitos siempre en colaboración con asociaciones o asistentes sociales: en el de VIH-Sida, emigración, minorías étnicas, jóvenes, mujeres, minusvàlidos, barrios, vivienda y ciudad… Siempre trabajamos con otras organizaciones que piden nuestra colaboración a nivel técnico. Si una organización nos pide un estudio para un centro de día para afectados de sida, nosotros vamos allí y hacemos un estudio técnico, un anteproyecto, para que puedan acceder a subvenciones públicas. En otros casos colaboramos en la dirección de obra…
En estos momentos estamos trabajando en unos 50 proyectos abiertos alrededor del mundo. Tenemos unas áreas prioritarias de trabajo, que son Caribe, América Central, América Andina y África subsahariana. Son zonas en las que ya llevamos varios años trabajando. Como ya las conocemos, nuestra actuación es mucho más efectiva. Como también tenemos una implantación allí, nos conocen y nos envían propuestas. No estamos cerrados a abrir nuevas áreas de trabajo, pero siempre con la garantía de poder realizar un trabajo bien hecho. En el caso de que se proponga una zona que no conocemos, siempre viene de la mano de la petición de colaboración de otra organización que ya conoce la zona. En todos los casos, realizamos todos los pasos: identificación, redacción del proyecto, búsqueda de financiación, ejecución del proyecto, y evaluación de cómo ha sido el trabajo.
Nuestra organización es pequeñita y lo que aportamos representa un granito de arena porque las necesidades son muchas. Lo que podemos hacer es actuar y luego venir aquí y explicarlo. Las soluciones importantes son político-económicas.
Hay que concienciar básicamente. El trabajo fundamental a realizar está aquí, en nuestro mundo que impone un sistema económico dominante y generador de grandes desigualdades
El trabajo fundamental a realizar está aquí, en nuestro mundo que impone un sistema económico dominante y generador de grandes desigualdades. Aquí es donde tenemos que trabajar a favor de un mundo más justo.
No, pero después del pan vienen los ladrillos. Es lo siguiente. Una vivienda permite trabajar, tener una familia, ir al colegio… Un centro de salud permite administrar salud… Una escuela permite dar clase, etc.
Arquitectos, aunque suena muy exclusivo, está abierto a todo el mundo. Lo que ocurre es que nuestros colaboradores más activos se dedican a temas vinculados con la arquitectura y la construcción. Pero bueno, en una organización así, en el que el voluntariado tiene un componente muy importante, cualquier persona puede aportar algo.
Nuestro trabajo como arquitectos tiene mucho que ver con cuestiones de carácter social. Hay muchos temas que nos competen como arquitectos y como ciudadanos, y por tanto participamos activamente en los temas ligados a la vivienda, la ciudad y el territorio.