Cada año, más de cinco millones de niñas sufren la extirpación parcial de sus genitales externos como consecuencia de la ablación o mutilación genital femenina. Además, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 100 y 140 millones de niñas y mujeres en el mundo padecen en la actualidad las secuelas de esta práctica. La ONG World Vision recuerda estas cifras con motivo de la celebración este lunes 6 de febrero del «Día Internacional de la Tolerancia Cero a la Ablación».
Para sensibilizar a los ciudadanos del primer mundo de la importancia de difundir mensajes de apoyo y contribuir a erradicar la ablación, diferentes organizaciones celebran en Madrid una jornada de sensibilización con acciones de calle y el «II Foro Debate Stop Ablación de World Vision: Distintos enfoques sobre la ablación», un encuentro sobre esta práctica desde diferentes perspectivas: cómo prevenirla en países africanos, cómo trabajar desde el enfoque cultural y antropológico y cómo es posible evitarlo en España con la población inmigrante, explica la ONG.
La mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos. El tipo de MGF, la edad a la cual se realiza o la manera como se practica varía mucho de un país a otro, de una etnia a otra, e incluso dentro de una misma etnia, de una familia a otra, explica World Vision, que trabaja desde hace años en proyectos especiales en países como Kenia y Somalia «con muy buenos resultados». En Kenia, la ONG logró que más de 400 familias decidieran no mutilar a sus hijas y apoyarlas en continuar con sus estudios.
World Vision atribuye el mantenimiento de la ablación en pleno siglo XXI a la falta de información de las familias que la practican «para cuestionarse tradiciones muy arraigadas en su cultura local». Además, la mayoría de estas poblaciones desconoce que muchas de las dolencias físi¬cas y psicológicas de sus mujeres son causadas por esta práctica.
Por lo general, la MGF se realiza en condiciones higiénicas deficientes y los medios que se utilizan pueden ser desde una navaja, una cuchilla, una lata, un vidrio roto o cualquier otro objeto que permita cortar. A continuación, a la herida se le colocan ungüentos, leche, ceniza, hierbas u otros elementos considerados como cicatrizantes.