El matrimonio infantil es todavía hoy una realidad para millones de niñas en todo el mundo. La edad media para los enlaces es 15 años, aunque las hay más pequeñas y quienes rozan los 18 en el momento de unirse a un hombre que, en general, tendrá al menos 10 años más que ellas. El matrimonio forzoso de las menores es una práctica habitual. Se estima que 700 millones de mujeres se han casado en estas circunstancias. Las razones son varias: acuerdos familiares, búsqueda de una mejor posición social o la sensación de proteger a las pequeñas de la violencia sexual, entre otras.
Matrimonio infantil: millones de niñas en el mundo lo sufren
Las niñas obligadas a casarse se cuentan por millones en todo el mundo. UNICEF estima que el matrimonio infantil «es aún más común que la mutilación genital femenina y puede ser causa de desventajas y privaciones de por vida«. Así lo advirtió a finales de julio en la primera Cumbre de la Niña, donde el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas y el Gobierno de Reino Unido buscaron apoyos para erradicar ambas prácticas. En su intento, urgieron una solución para frenarlas, ya que someten y marcan para siempre la vida de las pequeñas.
Los datos de UNICEF cifran en más de 700 millones el número de mujeres que han contraído matrimonio cuando aún eran menores de edad: unos 250 millones, antes de cumplir 15 años. La dimensión de este dato se debe a que es una práctica que se registra en todo el mundo e, incluso, en algunos lugares ha repuntado. Save the Children ha documentado un aumento del matrimonio infantil de niñas sirias en Jordania, donde las cifras de enlaces forzosos se ha duplicado desde el inicio de los combates. Las uniones con menores de 18 años suponen el 25% de los matrimonios entre la población refugiada siria. Antes de la guerra, las uniones con menores representaban el 13%, pero en la actualidad este porcentaje se ha elevado al 48%.
El matrimonio infantil forzoso se registra en todo el mundo e, incluso, en algunos lugares ha repuntado
En otros países, como India, el matrimonio infantil acordado entre las familias es también muy frecuente. En Malí, Misiones Salesianas atribuye al 50% de los enlaces esta característica, mientras que en Sierra Leona es una realidad para un tercio de las pequeñas, «obligadas a casarse y la mayoría, forzadas por sus maridos».
Las razones para mantener esta práctica son tantas como uniones. Save the Children apunta a la pobreza extrema y «al miedo creciente a la violencia sexual» en las comunidades de población refugiadas siria como dos argumentos que empujan a las familias a casar a sus hijas. Para ellas, esta es «la única opción para protegerlas», además de mejorar la economía familiar. Algunos testimonios recogidos por Save the Children dan cuenta de esta realidad. Así lo narra Nadia, de 16 años.
- «Me casé cuando tenía 15 años. Me obligaron a casarme porque mi familia y yo -10 personas- compartíamos una casa muy pequeña con solo dos habitaciones. Fue un día lleno de lágrimas y tristeza más que de alegría. Yo quería estudiar medicina en la universidad y llegar a ser doctora. Dejé el colegió sin terminar el curso y vinimos a Jordania. Todo quedó destruido».
Consecuencias del matrimonio infantil para las niñas
Como principal consecuencia, «el matrimonio infantil viola los derechos humanos». UNICEF se muestra tajante al referirse a esta circunstancia, que «también puede acarrear trabajos forzados, esclavitud, prostitución y violencia contra las víctimas«, así como la exposición a embarazos tempranos y graves riesgos de salud debido a la no utilización del preservativo. En cuanto al embarazo y el parto, estas jóvenes tienen más peligro de muerte por complicaciones y sus hijos «tienen más probabilidades de nacer muertos o de fallecer durante su primer mes de vida».
«Las niñas que se casan antes de los 18 años tienen un acceso mucho más limitado a servicios de salud reproductiva y sexual, lo que supone un grave peligro para ellas durante su vida reproductiva», explica David del Campo, director de cooperación internacional de Save the Children, para quien «el matrimonio infantil es devastador para las pequeñas». En su opinión, las secuelas de una unión forzosa pueden ser tanto físicas como mentales y, «a veces, mortales».
Casarse temprano no solo supone someterse al marido, sino abandonar el colegio y cerrarse las puertas a un futuro profesional. «Las niñas suelen dejar las clases para cuidar de su marido y de su casa o para tener hijos», resume Save the Children. Del mismo modo, la falta de acceso a educación hace que las menores sean más proclives a estos enlaces, por lo que se promueve la escolarización a largo plazo o, al menos, que las uniones tengan lugar cuando las niñas cumplan 18 años. Algunas madres, de hecho, se oponen al matrimonio de sus hijas para que terminen sus años de educación, señala Save the Children.
UNICEF ha alertado de la necesidad de medidas urgentes contra el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina. El motivo: “Pese a que en las últimas tres décadas se ha producido una leve disminución de la prevalencia de esas prácticas, solo para compensar los efectos del crecimiento de la población, en los países donde son más frecuentes será necesario acelerar de forma notable el trabajo para la erradicación”. Es decir, el propio crecimiento de la población hará que el número de niñas sometidas a mutilación genital o casadas de manera forzosa siga en aumento aunque estas prácticas disminuyan.
La entidad advierte de que ambas perjudican a las menores “de manera profunda y permanente”, a la vez que “les privan de su derecho a tomar sus propias decisiones y a desarrollar plenamente su potencial”. El director ejecutivo, Anthony Lake, las califica de “prácticas que van en detrimento de las niñas, de sus familias y de sus sociedades”. Las cifras que se manejan son de tal magnitud que UNICEF se plantea como objetivo, al menos, duplicar la tasa de reducción para que el número de menores casadas caiga a 570 millones para 2030 y a 450 millones para 2050. “Las pequeñas no son propiedad de nadie. Tienen derecho a decidir su propio destino. Y cuando pueden hacerlo, nos beneficiamos todos”, estima Anthony Lake.
Quienes deseen colaborar para erradicar el matrimonio infantil pueden apoyar a UNICEF y a distintas ONG empeñadas en conseguir que las niñas lo sean hasta que ellas quieran y que nadie les imponga una decisión tan trascendental.
- Misiones Salesianas apuesta por la educación para reducir los matrimonios infantiles. “Una chica o mujer que ha recibido educación se casará más tarde, tendrá menos hijos, mejorará su salud y la de su familia, conocerá sus derechos y fortalecerá su papel dentro de la comunidad”, explica. En India, cuenta con el teléfono del menor “Don Bosco Childline”, en el que las niñas pueden explicar lo que les sucede.
- Save the Children proporciona herramientas a las menores para mejorar su autoestima y que tomen sus propias decisiones por sí mismas, presta apoyo económico e incentivos a las niñas y a sus familias “para que no recurran a estas prácticas”, sensibiliza a las familias y a las comunidades, les provee educación de calidad y fomenta políticas y leyes que aseguren la protección de los derechos de las pequeñas.
- UNICEF pretende reducir el número de niñas forzadas a casarse y trabaja para lograrlo desde el ámbito local, las comunidades, las familias y las propias menores.