Médicos Sin Fronteras (MSF) ha pedido más voluntad política y financiación a gobiernos y farmacéuticas para conseguir diagnósticos y tratamientos más efectivos contra las enfermedades tropicales desatendidas (ETD), como la enfermedad del sueño, el Chagas y el kala azar. Una de cada siete personas en el mundo está afectada por una ETD. La organización médico humanitaria ha realizado esta petición en el informe «Contra el olvido», basado en sus 25 años de experiencia tratando estas enfermedades sobre el terreno.
«Los responsables políticos no se centran en las enfermedades desatendidas porque alegan que no existen medios suficientes para tratar a los pacientes adecuadamente. Al mismo tiempo, las compañías farmacéuticas no invierten en investigación y desarrollo de nuevas pruebas y tratamientos porque estas enfermedades afectan sobre todo a las personas más pobres del mundo, que no representan un mercado lucrativo», explicó Gemma Ortiz, referente de Enfermedades Olvidadas de MSF. Ortiz defiende que hay que romper este círculo.
El kala azar (o leishmaniasis visceral) y la enfermedad del sueño (o tripanosomiasis humana africana) son siempre mortales si no se tratan. Junto al mal de Chagas (o tripanosomiasis americana), estas enfermedades tropicales desatendidas afectan a millones de personas y acaban con la vida de decenas de miles cada año. Sin embargo, el Dr. Unni Karunakara, presidente internacional de MSF señaló que estas patologías, «aunque suponen todo un reto, son tratables y curables. El olvido se puede superar y millones de vidas pueden salvarse, pero para ello se requiere voluntad política para financiar programas que han demostrado que funcionan y para desarrollar nuevos instrumentos que nos permitan abordar estas enfermedades de forma más efectiva», añadió.
El director general de MSF España, Joan Tubau, explicó durante la presentación del informe que en los últimos 30 años se han desarrollado 1.600 medicinas de las cuales, solo 18 se han destinado a las enfermedades tropicales olvidadas. Por ello, abogó por dar un mayor apoyo a los programas nacionales de control de estas patologías con la implementación, por ejemplo, de más programas de lucha contra el chagas en Latinoamérica, sobre todo ahora que otro fabricante de benznidazol se ha incorporado al mercado, «lo que significa que podría superarse la escasez mundial de este tratamiento clave».
La ONG también defiende la necesidad de facilitar el desarrollo de nuevas pruebas diagnósticas y tratamientos más seguros para dar una mejor respuesta a las necesidades de los pacientes y facilitar la provisión de tratamiento a zonas remotas o de difícil acceso, donde viven la mayoría de poblaciones afectadas. «Gran parte de los diagnósticos y medicamentos disponibles han quedado obsoletos, deben ser administrados por personal expresamente formado y requieren un importante apoyo logístico, lo que dificulta su expansión», explicó.