Entrevista

Mila Domínguez, delegada en Bizkaia de la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Euskadi

La ciudadanía debe conocer las causas de la pobreza y las propuestas de cambio a su alcance
Por Azucena García 24 de octubre de 2014
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Falta información sobre los conflictos actuales en el mundo. Según la delegada en Bizkaia de la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Euskadi, Mila Domínguez, esta “se administra con cuentagotas”. No se mencionan sus causas, consecuencias ni otros muchos datos de interés para la ciudadanía. Por ello esta organización lanzó la campaña “¿Quién es quién?“, a la que se acaba de unir un nuevo vídeo sobre “El negocio de la guerra“. “La mayor parte de los conflictos armados se producen o se provocan porque hay ‘agentes’ con objetivos económicos”, asegura Domínguez. En su opinión, pese a que las consecuencias de los conflictos “provocan sufrimiento y violan los derechos humanos, hay intereses para que se mantengan”. Por ello advierte: Las ONG deben “mantener informada a la ciudadanía de lo que ocurre” y esta ha de “tomar conciencia de lo injusto de la situación y creer en que el cambio es posible”.

En la actualidad, los conflictos en el mundo se cuentan por decenas. ¿Está la ciudadanía informada?

En general, no. Existen multitud de conflictos que no interesan y que no trascienden más allá de unos pocos segundos en un telediario cuando ocurre algo que los hace destacables: recrudecimiento, ataque masivo a la población, etc. Además, estos conflictos se presentan como alejados y poco relevantes para el día a día de la ciudadanía.

Por lo tanto, ¿no hay información suficiente?

“Con el pretexto de no generar alarma social, se tapa aquello que no interesa que se conozca o que salga en la primera plana de un telediario”

La información se administra con cuentagotas y, con el pretexto de no generar alarma social, se tapa aquello que no interesa que se conozca o que salga en la primera plana de un telediario. La manera de tratar la información en los medios de comunicación influye directamente en la forma en que la recibimos y cómo nos afecta e interesa. Si se informa de un conflicto como algo lejano, circunscrito a una zona muy concreta y hablando de ciudades, de lugares, sin tener en cuenta a las personas que allí viven, nos resultará de poco interés y no sentiremos preocupación por ello.

¿Cree que la atención de la ciudadanía se desvía de los conflictos de manera intencionada?

Por supuesto. Nos dicen que no interesan porque ocurren en lugares alejados, pero tampoco tenemos gran información cuando los conflictos se dan en Europa. Cuando ha habido catástrofes por causas naturales, la información se ha mantenido en el tiempo. Sin embargo, ante guerras y enfrentamientos armados, enseguida se deja de informar hasta que caen en el olvido y el desinterés.

Por eso el último vídeo de la campaña de sensibilización y comunicación “¿Quién es quién?” de la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Euskadi se dirige a la ciudadanía con un mensaje claro: “Detrás de los conflictos hay intereses”. ¿Cuáles son esos intereses?

Por encima de los intereses gubernamentales y políticos están los de las grandes empresas. Son estas quienes sacan beneficios económicos de los conflictos, como ocurre en el caso de las compañías armamentísticas -legales e ilegales-, pero también de las grandes empresas farmacéuticas. La mayor parte de los conflictos armados se producen o se provocan porque hay “agentes” con objetivos económicos, como la extracción de petróleo, gas y recursos naturales, que se ocultan o maquillan con otro tipo de causas: conflictos tribales, culturales, geográficos, políticos…

Muertes, desplazamientos, hambre y violaciones son algunas de las consecuencias de los conflictos armados. Estos son una catástrofe porque provocan sufrimiento y violan los derechos humanos. Sin embargo, pese a su crueldad, hay intereses para que se mantengan. Son un negocio, resultan rentables y, además, contribuyen a sostener el actual sistema capitalista y patriarcal.

Dígame uno o más conflictos que afecten a nuestro día a día, a nuestras rutinas, a los productos que usamos y consumimos, etc.

“Cualquier tensión internacional afecta a los mercados y esto hace que afecte, en mayor o menor medida, a nuestra economía doméstica”

Cualquier tensión internacional afecta a los mercados y esto hace que afecte, en mayor o menor medida, a nuestra economía doméstica. ¿Cuántas veces ha subido el precio del combustible por los conflictos en Oriente Medio? En este momento, el conflicto en Crimea afecta al gas en parte de Europa. O pensemos en República Democrática del Congo. Aunque nos cuentan que lo que allí ocurre es fruto de conflictos internos, no podemos olvidar que ese país es muy rico en coltán, un material que es necesario para producir tecnología, como móviles y ordenadores, los cuales, no de manera casual, se consumen principalmente en los países del Norte o enriquecidos.

¿Diría entonces que a la ciudadanía le interesan los derechos humanos?

¡Cómo no van a interesarnos nuestros propios derechos! Otra cosa es que, al vulnerarse de forma reiterativa en más de 180 países, sobre todo en África, en especial los derechos de las mujeres, lo vemos como una realidad lejana que no podemos cambiar. Esto es lo que nos hacen creer y no es cierto, existe la manera de cambiar esta situación.

Los recortes también están provocando vulneraciones de derechos humanos en nuestro entorno: dificultades para acceder a la sanidad y a la educación, derechos laborales reducidos, aumento de las desigualdades entre mujeres y hombres. Sin embargo, hay quien trata de enfrentar a las personas de “aquí” con las de “allí”, con el peligroso argumento de “primero la personas de nuestro entorno y luego ya miraremos más lejos”. Los derechos humanos o son globales y se respetan en todo el mundo o no son derechos. Si abrimos la puerta a que se produzcan esas vulneraciones de derechos humanos en países alejados, no tengamos la menor duda de que tarde o temprano nos llegarán también a nuestro entorno, como ya comprobamos.

¿Qué papel han de jugar las ONG en la labor de sensibilización y toma de conciencia de la ciudadanía?

“La pobreza y las desigualdades no son fenómenos casuales”

Mantenerla informada de lo que ocurre, educar a la ciudadanía, en primer lugar a los y las más jóvenes, para conseguir transformar la sociedad, dar voz a quienes no la tienen en los medios de comunicación tradicionales, sacar a la luz conflictos olvidados y no dejar que caigan en el olvido los que hoy ocupan las noticias. En definitiva, lograr una mayor participación de la ciudadanía activa y crítica.
La pobreza y las desigualdades no son fenómenos casuales. Existen unas causas que las generan y es necesario identificarlas y ponerles nombre para poder hacerles frente, erradicarlas y dar pasos hacia la consecución de la justicia social.

De hecho, desde la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Euskadi han lanzado varias propuestas de cambio, ¿son viables estos cambios en el sistema actual?

Los cambios siempre son viables, también en la actualidad. Y no solo creemos que son viables, sino que son necesarios y urgentes. Entre la ciudadanía, por supuesto, requieren de una labor de concienciación y sensibilización que se lleva tiempo realizando y que ya está dando sus frutos: otro tipo de economía, cambios en el sistema de valores, una cesta de la compra diferente, otro modelo de consumo… Respecto a los estados, requiere que se comprometan con la sociedad para garantizar el cumplimiento de todos los derechos humanos en todos los lugares del mundo. No solo que se comprometan, ¡sino que cumplan lo que asumen!

¿Qué proponen como alternativa al modelo actual de desarrollo?

“Los cambios no solo son viables, sino que son necesarios y urgentes”

Un modelo en el que la persona, cualquiera que sea su raza, sexo, condición, cultura y lugar de nacimiento, sea lo primero, el eje de todas las políticas y actuaciones de los gobiernos, lejos de otro tipo de intereses que convierten a la ciudadanía en moneda de cambio o en mercancía. Es necesario y urgente un nuevo sistema que ponga a las personas en el centro y garantice el cumplimiento de los derechos humanos, cuya meta sea la justicia social.

¿Qué cambio proponen en el plano económico?

Lo fundamental es que los estados rechacen de manera abierta las presiones e imposiciones de los poderosos, de las grandes instituciones financieras internacionales y de las empresas transnacionales, que la economía esté basada en un sistema solidario, cooperativo y equitativo. Un sistema económico solidario solo será posible cuando lo prioritario sean las personas y no el capital. Ya se han dado pequeños pasos a través del comercio justo, la soberanía alimentaria, las cestas de consumo, la banca ética o las energías sostenibles. En definitiva, se han conseguido nuevas formas de consumir y de actuar de manera consciente de que en nuestra mano tenemos opciones de generar cambio, y que por ello, debemos ponerlas en marcha.

¿Qué puede hacer la ciudadanía para propiciar estos cambios?

“La ciudadanía debe tomar conciencia de lo injusto de la situación y creer en que el cambio es posible”

Tomar conciencia de lo injusto de la situación y creer en que el cambio es posible. En lo cotidiano, realizando cambios en nuestra forma de vida y solicitando a los gobiernos otra manera de hacer las cosas en las que la persona sea el centro. La participación de la ciudadanía activa y crítica es fundamental para exigir el respeto de los derechos humanos en todos los lugares del mundo. Los estados tienen que comprometerse con la sociedad para garantizar el cumplimiento de todos los derechos humanos.

Las causas de la pobreza y las desigualdades

“Más de 1.300 millones de personas en el mundo viven con menos de un euro al día y el 10% de la población más rica posee el 85% de la riqueza del mundo”. Este es el principal argumento de la campaña “¿Quién es quién?” para luchar contra la desigualdad. Su objetivo es desvelar las causas que generan estas injusticias y quiénes son sus responsables. “No solo nos parece fundamental hacer frente a las situaciones de pobreza a través de proyectos de cooperación, sino sensibilizar a la ciudadanía para su implicación y toma de conciencia de las estructuras que generan pobreza y desigualdad”, señala Mila Domínguez.

Esta iniciativa pretende explicar a la ciudadanía “las principales consecuencias de nuestro actual modelo de desarrollo: sistema neoliberal y patriarcal”, además de proponer alternativas “para lograr un cambio de modelo de desarrollo más justo, equitativo y sostenible para todas las personas”. Para ello, revela las causas de la pobreza y las desigualdades, así como sus consecuencias:

  • Deuda externa, empresas transnacionales, relaciones comerciales injustas y sobreconsumo: el 10% de la población posee el 85% de la riqueza del mundo. Más de 1.300 millones de personas en el mundo viven con menos de un euro al día.
  • Guerras y conflictos, gasto militar y privatización de derechos humanos: en 2009, se destinaron 51 millones de euros diarios a gastos militares.
  • Inequidad de género, patriarcado y machismo: mientras las mujeres producen el 70% de los alimentos en los países en desarrollo, tan solo son propietarias del 1% de la tierra.
  • Crisis ecológica, calentamiento global, destrucción del medio ambiente y acceso desigual a alimentos: si todas las personas vivieran como en los países considerados desarrollados, se necesitarían tres planetas para abastecer a la población mundial.
  • Desinformación por sobreinformación e información mercadeada: la comunicación supone el 15% del Producto Interior Bruto mundial. Los mercados “gobiernan e informan”.
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