Decía Georges Henri Riviére que “el éxito de un museo no se mide por el número de visitantes que recibe, sino por el número de visitantes a los que ha enseñado alguna cosa”. Por ello, el Museo Tiflológico se propone enseñar. Pensado por y para las personas con deficiencia visual, esta pinacoteca trata de eliminar las barreras que dificultan el acceso al arte y anima a quienes la visitan a tocar, sentir y disfrutar cada una de las obras expuestas.
Acceder a un museo de forma normalizada. Éste es el objetivo del Museo Tiflológico, inaugurado por la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) en 1992 para que la deficiencia visual grave dejara de constituir «una barrera insalvable a la hora de estudiar o disfrutar de las piezas». Las audioguías son un recurso muy valioso para las personas ciegas que quieren acceder al arte, pero se quedan escasas. Por ello, esta pinacoteca propone una alternativa: «un espacio concebido para que sus visitantes puedan ver y tocar las piezas expuestas».
Ya en el siglo XIX el Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos de Madrid puso en marcha una serie de colecciones didácticas (Museo de objetos o Museo de cosas) para que todas las personas tuvieran acceso al arte. Siguiendo este ejemplo, el Museo Tiflológico llegaría tiempo después para continuar la labor iniciada. La idea fue construir un museo «por decisión de sus usuarios y diseñado por estos a la medida de sus necesidades».
Colección permanente y temporal
La colección que se exhibe en el museo está compuesta por el patrimonio cultural de la ONCE y otras obras de carácter temporal. Hay salas dedicadas a maquetas de monumentos arquitectónicos nacionales e internacionales (con audioguías que ofrecen información sobre el recorrido táctil de la maqueta y el estilo y la época del monumento), salas con obras plásticas de artistas ciegos o discapacidad visual grave y exposiciones de material tiflológico (sistemas de escritura, libros en braille, distintos tipos de cupones, calculadoras…).
Imagen: Museo Tiflológico
En todos los casos, el objetivo es promocionar y satisfacer las necesidades culturales de las personas con discapacidad visual grave. Mostrar los esfuerzos de «integración y normalización», así como sus resultados.
Al recurrir a las maquetas, cuya gran ventaja es su carácter tridimensional, se permite a las personas ciegas acceder a edificios tan conocidos como el Taj Majal, la Alhambra de Granada o el Palacio Real de Madrid, que de otra manera, «por sus dimensiones, no son accesibles ni al tacto ni a la vista». Para una persona con problemas visuales, el sentido del tacto es el principal canal a través del cual recibe información, por ello se invita al público a tocar. Sentir el detalle de cada monumento y la panorámica de conjunto, gracias a un diseño que facilita la lectura táctil.
En total, el museo, cuya entrada es gratuita, ocupa una superficie de 1.500 metros cuadrados distribuidos en dos plantas. El diseño arquitectónico del edificio se empeña en eliminar, “cuando es posible”, o minimizar cualquier barrera arquitectónica que pueda entorpecer la movilidad y el acceso a las piezas.
Se elimina o minimiza cualquier barrera arquitectónica que pueda entorpecer la movilidad y el acceso a las piezas
Por otro lado, para facilitar la orientación dentro de las salas se juega con la iluminación, el colorido de las paredes y su contraste con el resto de elementos, como los estores o las puertas. Se opta por tonos y materiales que eviten los deslumbramientos y se recurre a las columnas para “enfatizar los vanos de paso o las perforaciones de los muros”.
Por si fuera poco, las personas ciegas disponen también de sistemas orientativos táctiles, -como la doble textura del pavimento, que resalta la zona de circulación de la de exposición-, y sonoros -como la información que facilitan los ascensores y las células fotoeléctricas que se encuentran en la entrada general y en el acceso a cada una de las salas-. “Por último, toda la información escrita se ofrece en macrotipos y en braille, y en cada una de las plantas se dispone de planos de orientación en relieve que facilitan el reconocimiento de los espacios y su distribución”, añaden los responsables del museo.
El Museo Tiflológico se encuentra en Madrid (calle La Coruña, 18). Se puede contactar con el servicio de información por teléfono (91 589 42 19), fax (91 589 42 25) o correo electrónico (museo@once.es). Los horarios de apertura son:
Martes a viernes, de 10 a 14 horas y de 17 a 20 horas.
Sábados, de 10 a 14 horas.
Lunes, domingos y festivos, cerrado.