El próximo 19 de agosto se celebrará por primera vez el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria. El objetivo de esta conmemoración es dar una mayor difusión a las actividades de asistencia humanitaria en todo el mundo y, al mismo tiempo, rendir un homenaje a quienes han perdido la vida o han sufrido lesiones en el desempeño de estas funciones. En los últimos años, el número de ataques ha aumentado y ha impuesto un panorama incierto en el trabajo en zonas de conflicto, cada vez más peligroso.
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha fijado este día en memoria al bombardeo que sufrió la oficina de la ONU en Irak el 19 de agosto de 2003. Entonces murieron 22 personas, entre las que se encontraba el brasileño Sergio Vieira de Mello, quien era entonces Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. «Debemos entender que estos ataques representan una disminución del espacio humanitario», afirmó Antonio Guterres, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). En lo que va de año, tres miembros del ACNUR han sido asesinados en Pakistán, que centra una de las mayores operaciones de la agencia en la actualidad. El último de estos asesinatos ocurrió el 16 de julio, cuando Zill-e Usman, uno de los más antiguos trabajadores del ACNUR en Pakistán, fue tiroteado por hombres armados sin identificar en el campo de Katcha Gari. «Es inaceptable que los trabajadores humanitarios que realizan esta labor fundamental y desinteresada sean atacados de esta manera», afirmó Guterres.
A finales de 2008, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ya había expresado su consternación por el incremento de los ataques contra trabajadores humanitarios en países con conflictos armados. El año pasado se registraron más de cien ataques sólo en la República Democrática del Congo. John Holmes, coordinador de OCHA, advirtió de que en un período como el actual, caracterizado por el aumento de la pobreza, la crisis financiera y los conflictos internos, «las actividades de la ayuda humanitaria se encuentran en un momento muy peligroso».