En España se calcula que hay unas 40.000 personas sin hogar y un millón y medio de familias que habitan en infraviviendas. Al sinhogarismo no se llega de repente, sino que todas estas personas han pasado por un proceso largo y doloroso antes de estar en esta exclusión social severa. Desde las ONG se solicitan más recursos asistenciales para evitar que nadie llegue a la situación de no tener casa ni recursos para vivir de forma digna. Las personas sin hogar necesitan relacionarse, dialogar y también compañía. Y la Navidad es un momento en el que la sensación de soledad se acentúa. En este artículo se describe la realidad de las personas sin hogar, los motivos que les han llevado a residir en la calle y cómo se puede contribuir al reencuentro consigo mismos y con su entorno social.
Aunque no existen datos actualizados ni exactos sobre cuántos ciudadanos están sin hogar, la estimación es que alrededor de 40.000 personas no tienen casa en España. La cifra, según FEANTSA (Federación Europea de Asociaciones Nacionales que trabajan con las personas sin hogar), puede ascender hasta las 400.000 en toda Europa.
Además, según datos del VII Informe FOESSA (2014) sobre exclusión y desarrollo social en España, un 7% de la población vive en condiciones de hacinamiento grave, es decir, que cuentan con menos de 15 metros cuadrados por persona en sus casas, lo que supone un 3,3% de los hogares. Esto forma parte de la pobreza que no se hace visible y que afecta a un 29,2% de la población de nuestro país.
Las ONG reclaman que se cumpla la Estrategia Nacional Integral para personas sin hogar 2015-2020 aprobada en el Consejo de Ministros hace un año en cooperación con el conjunto de las comunidades autónomas y las entidades del Tercer Sector.
Tener un hogar es más que tener un techo
Tener un hogar es mucho más que tener un lugar o espacio físico, pues significa que la persona puede vivir de forma integral, recuperar sus redes y relaciones, disfrutar de una vivienda y ejercer sus derechos fundamentales. Por eso es tan importante que se garanticen unas condiciones de vida digna.
Cada vez son personas más jóvenes y con estudios las que no tienen un hogar donde vivir
Pese a tener una casa y contar con un empleo, en España hay casi 14 millones de personas que viven en riesgo de pobreza y/o exclusión social. Y durante el invierno, la pobreza energética sigue siendo uno de los grandes problemas entre muchas personas que tienen dificultades para pagar facturas y sufren cortes de suministros energéticos.
En las personas sin hogar la edad media actual ha descendido hasta los 38 años, el nivel de estudios y la clase social de procedencia han aumentado y hay personas con diferentes niveles de estudios. Destaca, además, el repunte de la población joven, pues casi el 30% tiene entre 18 y 29 años. Para todos ellos, no tener una vivienda significa mucho más que estar sin techo; implica carecer de atención, orientación y sentir tristeza, soledad, rechazo, vulnerabilidad y discriminación.
Motivos para llegar a vivir en la calle
Una persona no acaba en la calle de un día para otro. Su situación se va deteriorando con el tiempo. Las causas son varias y dependen de la persona y el entorno en el que se vive.
El 45% de las personas sin hogar lo son porque perdieron su trabajo
En la «Encuesta sobre personas sin hogar» elaborada en 2012 por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en centros de alojamiento y restauración, se destacaban los siguientes motivos que llevaron a las personas a la calle: el 45% por la pérdida de su trabajo, el 26% por no poder hacer frente al pago del alojamiento y el 21% por la separación de su pareja.
Según la Fundació Arrels, las razones que llevan a una persona a vivir en la calle son de varios tipos:
- estructurales: tienen que ver con el mercado inmobiliario, proceso económico y movimientos migratorios.
- institucionales: relacionados con los servicios sociales, los mecanismos de ayuda y procedimientos institucionales.
- relacionales: vinculados a la situación familiar y haber sufrido una separación o divorcio o la muerte de un familiar.
- personales: relacionados con la educación, la edad, la dependencia y la salud.
- discriminación o ausencia de un estatuto legal: tienen que ver con las situaciones particulares que viven las personas inmigrantes, refugiados y algunas minorías étnicas como la comunidad romaní.
Qué hacer en Navidad por las personas sin hogar: ONG con las que colaborar
Aunque se necesitan manos en cualquier momento del año, el periodo de invierno es uno de los más críticos para poder acompañar a todas las personas que viven en la calle. Estas pueden ser algunas opciones a las que aportar colaboración.
- Colaborar con RAIS Fundación como socio o voluntario. Para comprometerse con el cambio hacia una sociedad más justa la labor del voluntariado es vital. Esta organización busca personas que acompañen a las personas sin hogar y desempeñen otras actividades en sus oficinas. Con solo mandar un SMS con la palabra HOGAR al 28014 se estarán donando a la causa 1,20 euros.
- Ayudar a la Fundació Arrels a encontrar un techo para todas las personas sin hogar haciendo un donativo. Con él se contribuye a que estas personas tengan una noche de pensión, reciban comida durante la semana, cuenten con visitas del equipo de calle o tengan el alquiler mensual de un piso para tres personas.
- Sensibilizar en el entorno laboral, familiar y educativo sobre la realidad de las personas sin hogar. Para ello, Cáritas Española impulsa un año más la campaña «NADIE SIN HOGAR» que dispone de cartelería, vídeos y materiales pedagógicos para niños y niñas, jóvenes y personas adultas.
- Mirarles y tenerles en cuenta. Si hay alguien durmiendo en la calle, lo más habitual es asustarse, retirarse y hacer que pasen desapercibidos. Ellos existen y se les puede mirar, preguntar cómo están y también acercarse a ellos para saber si conocen los centros de acogida, albergues y comedores sociales que hay en la ciudad. Hay diferentes guías de recursos según la comunidad autónoma como la de Madrid o la de Andalucía.