Las personas mayores tienen necesidades especiales que cubrir. Tanto, que en ocasiones se convierten en preocupaciones. Los estudios e investigaciones que se ralizan sobre el tema recogen de manera reiterada que uno de los aspectos al cual atribuyen un mayor valor es la discapacidad y dependencia. Lo consideran uno de los factores más determinantes en la mejora de la calidad de vida. Pero también les desvela la cantidad de servicios sociales prestados y su accesibilidad, la subida de las pensiones y la cuantía de éstas.
La esperanza de vida aumenta y los ciudadanos son cada vez mayores. Los estudios para afrontar este cambio se suceden y se analizan los retos que se deberán afrontar en los próximos años. Es necesaria la integración de los mayores en la sociedad, porque serán mayoría y su papel es determinante. Esto implica la necesidad de «permitirles y facilitarles adoptar una posición activa».
El «Informe de la I+D+i sobre envejecimiento», elaborado por la Fundación General CSIC, pasa examen a las políticas de fomento de la I+D+i en materia de envejecimiento y las compara con las necesidades reales que demandan las personas mayores de 65 años. Detecta sus preocupaciones, entre las cuales destacan la discapacidad y la dependencia «como uno de los factores más determinantes que influyen en la mejora de la calidad de vida general».
Atender la dependencia
Tras analizar las diversas encuestas sobre discapacidades y estado de salud realizadas por instituciones nacionales como el Instituto Nacional de Estadística (INE) o el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), así como otros organismos autonómicos, el estudio revela que a los mayores les preocupa su situación, sobre todo, a partir de los 80 años. Es entonces cuando los casos de discapacidad y dependencia aumentan, «lo que supone una mayor esperanza de vida libre de discapacidad», pero necesidades más complejas y cuidados mayores. Por sexos, la mayor prevalencia afecta a las mujeres, en consonancia con su mayor esperanza de vida.
Alrededor de los 80 años las necesidades son más complejas y se requieren más cuidados
Primero se detecta una disminución de las capacidades visuales y auditivas, que a menudo se relaciona con problemas de movilidad en el exterior de la vivienda. Esta circunstancia causa problemas para comunicarse y, en consecuencia, un sentimiento progresivo de aislamiento.
La salud, los recursos sanitarios y el suministro de medicación son aspectos fundamentales para los mayores. Pretenden el acceso a servicios médicos generales o especializados, más y mejores instalaciones sanitarias, asistencia en salud mental, asistencia sanitaria domiciliaria y distintos sistemas y dispositivos asistenciales de apoyo.
Integración social
Como consecuencia de su situación personal, resulta difícil llevar a cabo ciertas tareas antes rutinarias, como los cuidados personales diarios, el desplazamiento dentro del hogar o las labores del mismo. Por este motivo, son básicos los cuidados de larga duración, sobre todo en el caso de las mujeres, puesto que registran una mayor prevalencia de discapacidades y, a menudo, viven en una situación de mayor soledad tras quedarse viudas. «Por tanto, cabe esperar que la necesidad de asistencia aumente progresivamente con el tiempo», advierte el informe.
En la calle, las barreras arquitectónicas son un obstáculo a medida que aumenta la edad, puesto que cuesta más salvarlas. Los transportes puúblicos y los desplazamientos fuera del hogar son los aspectos más temidos. Respecto a las barreras sociales, se pide apoyo para la realización de gestiones administrativas y burocráticas, asesoramiento jurídico e información para acceder a estos recursos.
Servicios sociales y económicos
Preguntados por los servicios sociales, los mayores aseguran fijarse en la calidad y cantidad de la asistencia e instalaciones sociales, la ayuda a domicilio, el acceso a servicios de alojamiento o residencias de la tercera edad y, por supuesto, los servicios de apoyo al ocio y tiempo libre, «una de las principales fuentes de bienestar para la población mayor», también para los mayores con discapacidad.
En cuanto a los recursos económicos, se da importancia a la cuantía de las pensiones, la independencia económica, la situación económica familiar, el acceso a subvenciones o incapacidades laborales y el acceso a nuevos puestos de trabajo y alternativas ocupacionales.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) ha subrayado tres carencias principales en el Espacio Europeo de Investigación en materia de envejecimiento: la falta de vínculos entre los centros de excelencia, la duplicación de esfuerzos y la ausencia de una perspectiva europea coordinada. Para contrarrestarlo, la Unión Europea impulsa diversas acciones para el fomento de la investigación en envejecimiento de forma coordinada. El informe recoge “los principales hitos” alcanzados durante los últimos veinte años.
Entre otros, destacan el Observatorio europeo sobre Envejecimiento y Personas Mayores, el Eurobarómetro, la celebración del Año Europeo de las personas mayores y de la solidaridad entre generaciones, el Primer Forum europeo en envejecimiento o la creación de la Plataforma Europea de Envejecimiento (AGE).
El futuro pasa por desarrollar una hoja de ruta de la investigación en Envejecimiento, que forme parte de la agenda política, respalde este tipo de iniciativas con fondos de los Estados miembros o la concesión de becas y organización de foros donde poner en común todas las ideas.