Gaza, República Democrática del Congo, Afganistán, Darfur… Y la lista continúa. Son algunos de los conflictos mundiales más graves y, en consecuencia, los lugares más peligrosos para vivir. En ellos, la vida de miles de personas está en riesgo. Los menores son las principales víctimas. Las más débiles. Los recién nacidos no reciben siempre la atención sanitaria necesaria porque sus padres no pueden trasladarles a los hospitales. Otros son reclutados a la fuerza para luchar en los enfrentamientos o ejercer como mensajeros y espías.
Niños expuestos a peligros físicos y psicológicos. Ésta es la situación a la que se enfrentan cada día miles de menores en todo el mundo. Han nacido en lugares donde se vive un conflicto o éste les ha sorprendido sin que ellos tengan nada que ver. Atrapados en un fuego cruzado, afrontan su particular lucha por salvar la vida. Estos días, la situación que se vive en Gaza recuerda que el peligro está ahí. Es inminente y acecha en demasiados puntos del planeta, aunque no se hable de todos. Los organismos internacionales y las organizaciones no gubernamentales se afanan por hacer frente a los conflictos como pueden. El envío de ayuda humanitaria casi nunca es suficiente, pero resulta imprescindible. Mantas, kits higiénicos, material sanitario, complementos alimenticios… Toda la ayuda es poca.
Save the Children estima que, en el conflicto de Gaza, tan sólo una octava parte de los suministros de comida y medicinas que se necesitan consigue llegar a la población. Un ejemplo de lo que ocurre en otros puntos. En ocasiones, se marca un horario para el alto el fuego. Se hace un hueco en la agenda para la paz y se distribuye ayuda humanitaria hasta donde se puede. La distribución se suele realizar en grupo debido al peligro. A veces, la mercancía se reparte «en pequeños coches y carretillas con burros», revela un miembro de Save the Children, ya que «los conductores de camiones no quieren realizar las distribuciones por miedo a los ataques».
Bebés en peligro
La debilidad de los niños les expone a «mayores riesgos de daños permanentes o muerte», según Unicef. La organización considera básica la construcción de espacios seguros para posibilitar el acceso humanitario «sin impedimentos» y repartir suministros básicos de manera continuada.
La situación es especialmente preocupante en los hospitales. Escasea el material quirúrgico y hasta las batas para los médicos. Otras veces, se improvisan hospitales de campaña para atender a los heridos en el lugar de los enfrentamientos o se opta por unidades móviles para llegar a los puntos más alejados. En este contexto, Save the Children advierte de que las vidas de los recién nacidos y los bebés «están constantemente amenazadas». Ahora es Gaza el foco de atención, pero la imagen puede trasladarse a otros países en conflicto.
«Los bebés de todo el mundo sufren el mayor riesgo de morir durante su primer mes de vida»
En ocasiones, los pequeños no son trasladados al hospital debido al peligro en las calles o porque los padres carecen de medio de transporte. Las enfermedades o heridas tratan de curarse en casa, donde también dan a luz las mujeres ayudadas por familiares o vecinos. Una complicación durante el parto puede tener consecuencias desastrosas. «Los bebés de todo el mundo sufren el mayor riesgo de morir durante su primer mes de vida», alerta Annie Foster desde Save the Children.
Esta fundación asegura que la mayoría de los fallecimientos de recién nacidos se pueden evitar si una mujer tiene acceso a medidas sanitarias básicas, como contar con una matrona cualificada que pueda identificar y tratar posibles complicaciones o dar consejo sobre el cuidado del recién nacido en las primeras horas y cuando crezca. No obstante, tampoco los hospitales garantizan la supervivencia, ya que las incubadoras pueden fallar por problemas con los generadores.
“Un niño o niña soldado es cualquier persona menor de 18 años que forma parte de cualquier tipo de fuerza o movimiento armado”. Actualmente, entre 300.000 y 500.000 menores se ajustan a esta definición. Los lugares con peores cifras son África Subsahariana, especialmente, Uganda, República Democrática del Congo, Liberia y Cote D’Ivoirey; Myanmar y Sri Lanka, en Asia; y Colombia.
La invisibilidad de las niñas soldados impide que se beneficien de los programas de desmovilización
Los menores son reclutados a la fuerza. Uno de los fenómenos menos visibles es el de las niñas. Obligadas también a participar en los conflictos como soldados. “Un problema especialmente grave porque impide que se beneficien de los programas de desarme, desmovilización, rehabilitación y reinserción”, lamenta la Coalición Española para Acabar con la Utilización de Niños y Niñas Soldados.
El informe “Niños y niñas soldados”, editado por la Coalición el pasado año, revela los peligros a los que son expuestos estos pequeños, ya sea en el campo de batalla o como espías, informantes y mensajeros. Desde 2004 a finales de 2007, el número de conflictos en los que se produce la participación directa de menores pasó de 27 a 17. “Sin embargo -aclara la investigación-, esta tendencia descendente es más un producto del fin de los conflictos que de la repercusión de las iniciativas destinadas a acabar con el reclutamiento y la utilización de niños y niñas soldados”. La Coalición afirma que donde existe un conflicto es casi segura la participación de menores. El reclutamiento se produce en al menos 86 países y territorios de todo el mundo.