La lengua de signos española (LSE) conquista cada vez más territorios. Numerosos actos públicos cuentan ya con intérpretes, a finales del pasado año el Instituto Cervantes presentó el primer Diccionario Normativo de LSE y la Convención Internacional de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad también ha sido editada en esta Lengua.
Las vías de comunicación se abren. Los criterios de accesibilidad se cumplen porque son fundamentales para garantizar los derechos de las miles de personas que se comunican con sus manos. Respetar las lenguas de signos es respetar el derecho a la información de las personas sordas, asegura la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE).
Éstas y otras conclusiones se pondrán en común en septiembre. Serán tres días de exámenes, del 16 al 18, en los que se intercambiarán conocimientos y experiencias sobre innovaciones científicas, tecnológicas, sociales y culturales de la LSE. El III Congreso Nacional de Lengua de Signos, organizado por la CNSE y la UNED, está en marcha.
Derecho lingüístico y cultural
La meta del Congreso es dar pasos hacia adelante en el ámbito de la normalización, conseguir que la lengua de signos sea reconocida como un derecho lingüístico y cultural. Los objetivos del encuentro son: aportar ideas, perspectivas y conocimientos, ofrecer un espacio de encuentro entre la actividad académica universitaria y la actividad profesional, contribuir a la participación e implicación de la comunidad sorda, dar a conocer los últimos trabajos en el campo de la enseñanza y aprendizaje de la lengua de signos y analizar los nuevos retos lingüísticos y socioculturales para la inclusión social de las personas sordas.
El III Congreso será un reconocimiento «a la cultura y los aspectos culturales de la vida comunitaria de las personas sordas
También se reservará un espacio para las representaciones artísticas. Las personas interesadas podrán remitir hasta el 20 de junio sus contribuciones sobre temas relacionados con la cultura propia de la comunidad sorda: narraciones, poesía, humor y canciones, entre otras. Un comité científico evaluará y decidirá qué trabajos serán aceptados.
Es un evento abierto. Se busca la participación de todas las partes: investigadores, intérpretes, familias, estudiantes… Las líneas temáticas serán la lingüística y la enseñanza de la LSE, la educación bilingüe-bicultural de las personas sordas, la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación, la normalización y, en definitiva, el reconocimiento «a la cultura y los aspectos culturales de la vida comunitaria de las personas sordas».
Los avances son tímidos, pero firmes. El Día del Libro dio muestras de ello cuando, durante la XIII Lectura continuada de El Quijote, una persona sorda de la Fundación CNSE para la Supresión de las Barreras de Comunicación participó en el acto. La LSE fue uno de los idiomas encargados de abrir la edición.
Además, contó con la invitación, por tercer año consecutivo, de la Noche de los Libros. El certamen presentó una edición bilingüe (LSE/castellano) de “El Lazarillo de Tormes”, resultado de un proyecto de la Fundación CNSE, en colaboración con el Ministerio de Cultura. El objetivo es “fomentar la lectura entre la población sorda “a través de distintos clásicos de la literatura española”.
Para este fin, los libros se editan en papel, acompañados de un DVD accesible que incluye lengua de signos, subtitulado en castellano y voz en off. El acceso al contenido de la obra es íntegro. El cumplimiento del derecho a la información debería serlo también.