En los últimos años, varias ONG han puesto su atención en los grupos con más dificultades de acceso al mercado laboral y han iniciado acciones para facilitarles un empleo. En algunos casos, se ha apostado por un periodo de formación en entornos de trabajo reales, esto es, en empresas, mientras que en otros se presta apoyo para adquirir habilidades relacionadas con el emprendimiento y lanzarse a poner en marcha un negocio propio. Este artículo repasa algunas iniciativas dirigidas a jóvenes con dificultades para acceder a un puesto de trabajo.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha lanzado sus previsiones para 2015. Según el informe «Perspectivas sociales y del empleo en el mundo-Tendencias 2015», en los próximos cinco años, la persistencia de las desigualdades ocasionará un aumento del paro. En 2019, más de 212 millones de personas carecerán de un trabajo, frente a los 201 millones de la actualidad.
Con anterioridad, la OIT ya había advertido de que a lo largo de este año, 120 países (86 considerados «países en desarrollo») reducirán el gasto público, mientras que en 2016 serían 131 países. El informe «Tendencias políticas mundiales de la protección social 2010-2015» recoge que aumentar el gasto público y extender las medidas de protección social, como harán la mayoría de los países de ingresos medios, «tiene repercusiones inmediatas sobre la reducción de la pobreza y de las desigualdades» y contribuye «a las estrategias de crecimiento impulsado por la demanda interna». Entre estos cambios figuran las transferencias sociales para personas desempleadas. Carecer de un puesto de trabajo implica dificultades para acceder a otros servicios y contar con unas condiciones de vida limitadas. Por ello, en nuestro país, varias organizaciones han puesto en marcha diferentes iniciativas para mejorar las posibilidades de acceso a un empleo.
Apoyo a jóvenes en riesgo de exclusión
Una de estas experiencias es «Aprender Trabajando», impulsada por la Fundación Secretariado Gitano (FSG) y Cruz Roja Española (CRE). Su objetivo es «ser una oportunidad para la juventud más olvidada». Este programa se dirige a jóvenes entre 18 y 30 años, con baja cualificación, que alcanzan una tasa de desempleo del 64%, con escasos recursos, problemas de discriminación, mínima red de contactos y residencia en zonas empobrecidas, entre otras circunstancias. Así describen ambas entidades a quienes se benefician de esta estrategia, que combina formación teórica y práctica.
La formación en el propio lugar de trabajo es fundamental para poner en práctica los conocimientos adquiridos y ganar experiencia. En total, los jóvenes que toman parte en el programa dedican varios meses a la adquisición de habilidades, que en algunos casos supone aprender más de una ocupación dentro de la empresa, explican las organizaciones citadas. Las conclusiones de esta iniciativa confirman que, con las ayudas precisas, todos los jóvenes conseguirán al menos «partir del mismo punto que el resto», en lugar de hacerlo con desventaja.
Las iniciativas para el empleo apuestan por la formación y el apoyo para lograr un puesto de trabajo
En total, desde su puesta en marcha, se han desarrollado 34 proyectos formativos en 28 ciudades, con la participación de 672 jóvenes. De estos, 553 han terminado con éxito el itinerario formativo y 289 han logrado un empleo. Además, durante el proceso, «las y los jóvenes han recibido una beca mensual que ha permitido que el impacto de la iniciativa llegue también a sus familias, la mayoría de ellas en situación de pobreza extrema, alrededor de 2.300 personas», precisan FGS y CRE.
Junto con esta experiencia, en el último año ha destacado la puesta en marcha, por parte de Acción contra el Hambre, de las denominadas «Lanzaderas de Empleo y Emprendimiento Solidario» (LEES). Estas son equipos de 20 personas compuestos por personas desempleadas, voluntarias, activas, socialmente visibles y solidarias, explica la entidad, que, «con la ayuda y coordinación de un coach (persona que orienta al grupo), se organizan como una empresa para descubrir nuevas posibilidades laborales y mejorar su empleabilidad«. La finalidad es que las personas logren un empleo por cuenta ajena o pongan en marcha una idea de negocio. Hasta el momento, se han puesto en marcha dos lanzaderas en Madrid, una en Barcelona y otra más en Sevilla. «En la primera edición, el 60% de las personas participantes encontraron un empleo y el 41% reiniciaron estudios», precisa la entidad.
El acceso al empleo es una de las líneas de actuación de esta organización, que también respalda la iniciativa MercaEmprende Joven, junto con la Fundación Secretariado Gitano. Se busca «generar empleo entre la juventud gitana a través de la profesionalización del comercio ambulante«, una actividad que aglutina al 46% de las personas gitanas que trabajan, entre ellas jóvenes, cuya tasa de paro llega al 56%. El trabajo conjunto permite aprovechar la experiencia de Acción contra el Hambre en la capacitación y la asistencia técnica para el emprendimiento inclusivo, mientras que la Fundación Secretariado Gitano aporta su experiencia en la puesta en marcha de programas para el desarrollo de la comunidad gitana. En total, se espera dar formación a 120 jóvenes y crear unos 80 puestos de trabajo.
Apoyo a los emprendedores
Además de apoyar para lograr un trabajo por cuenta ajena, se anima a poner en marcha iniciativas propias. Y como el emprendimiento no siempre es fácil, se presta el apoyo necesario. Son experiencias similares a las descritas, pero en este caso, el autoempleo es la meta. El proyecto «JUMP!», de Acción contra el Hambre, ha elegido como eslógan «Da el salto y fórmate para emprender». Así apoya a personas en riesgo de exclusión social «a encontrar un medio de vida a través del emprendimiento». Desde el 1 de diciembre, hasta el próximo 31 de marzo, 30 jóvenes de la Comunidad de Madrid y otros 30 de Cataluña -hombres menores de 30 años o mujeres menores de 35 en situación de desempleo- siguen un programa formativo en el que se adquieren competencias emprendedoras. Ganar autoconfianza, iniciativa y seguridad para la toma de decisiones son aspectos fundamentales en los que se hace hincapié en este programa.
Desde Ashoka, Fundación Emplea y Fundación ICO, se respalda la creación de una red de apoyo al emprendimiento en la que toman parte siete entidades españolas que trabajan para la inserción laboral: Acopros, Asociación Babilón, Cooperativa SI, Fundación Capacis, GREC, Inter Europa Rioja y Projecte Home. Estas se encargarán de replicar la metodología BGE PaRIF, creada en 1979 por la francesa Danielle Desguées, emprendedora social de Ashoka, y cuyo objetivo es «ofrecer herramientas y actividades para que los aspirantes a emprendedores puedan crear y fortalecer negocios a largo plazo». Los participantes ya han aprendido a utilizar las herramientas de Desguées y las han adaptado al contexto español, explica Acción Contra el Hambre, por lo que «se espera que los primeros proyectos piloto de la nueva red vean la luz a principios de 2015», precisa.