Más de dos millones de niños en España viven en riesgo de pobreza o exclusión social. Esto significa que sus condiciones de vida son precarias y que están expuestos a una mayor vulnerabilidad. Implica que carecen de todo lo necesario para disfrutar la infancia de manera plena. Son pequeños cuyas familias cuentan con escasos recursos, a veces no tienen luz ni agua corriente en el hogar, se enfrentan a grandes dificultades para sacar adelante sus estudios o no pueden realizar las mismas actividades de ocio que otros niños y jóvenes por no poder pagarlas. Estas condiciones han llevado a distintas organizaciones, como UNICEF y Save the Children, a dar la voz de alarma y pedir un pacto de Estado en contra de la pobreza infantil.
Cinco datos sobre la pobreza infantil
En lo que va de año, las noticias acerca de la coyuntura económica del país se han empapado de optimismo. Sin embargo, al menos dos informes han alertado de que la situación entre la población, en especial la infantil, no va tan bien. UNICEF y Save the Children han contabilizado el número de pequeños en riesgo de pobreza o exclusión social, así como las condiciones en las que viven y, sobre todo, las carencias a las que se enfrentan.
UNICEF alerta de que 2,3 millones de niños están en riesgo de pobreza y Save the Children eleva esta cantidad a 2,8 millones de pequeños
Ya en 2012, UNICEF analizó la situación de los menores en nuestro país. En el informe «El impacto de la crisis en los niños», explicaba que la pobreza en España tiene rostro infantil y llamaba la atención tanto de los responsables políticos como de la sociedad en general sobre «la importancia de tener en cuenta a la infancia en el contexto de crisis». A pesar de ello, en un nuevo informe hecho público hace apenas dos meses, asegura que «la gran mayoría de indicadores sociales respecto a la situación de la infancia no han hecho sino empeorar».
«La infancia en España 2014. El valor social de los niños: hacia un Pacto de Estado por la Infancia» pone de relevancia datos impactantes acerca de esta realidad en nuestro país. Se refiere a un incremento del riesgo de pobreza debido a un empeoramiento de las condiciones en el hogar de los pequeños y advierte de que, si bien el desempleo afecta a las personas adultas, las consecuencias recaen directamente en los hijos. Save the Children ya lo había dicho también: la crisis impacta más fuerte en los menores. Para poner de manifiesto estas afirmaciones, ambas organizaciones destacan, entre otros, los siguientes datos:
1. Uno de cada cuatro niños está en riesgo de pobreza. UNICEF advierte de que viven en un contexto de privación material que hace que la incidencia de la pobreza sea «más severa e intensa» en la infancia. De hecho, «los hogares con pequeños son significativamente más pobres que la media y que los hogares sin ellos», detalla el informe.
2. Un total de 2,3 millones de niños (27,5%) están en riesgo de pobreza o exclusión social, según cálculos del Instituto Nacional de Estadística (INE) recogidos por UNICEF. Save the Children eleva esta cifra a más de 2,8 millones de pequeños (33,8%), «lo que supone un serio obstáculo para disfrutar de los derechos que tienen reconocidos en la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas», precisa en su informe «2.826.549 Razones. La protección de la infancia frente a la pobreza: un derecho, una obligación y una inversión».
3. El número de hogares con menores y todos los adultos desempleados se ha triplicado desde 2007. Son casi un millón.
4. Un 8,3% de los niños sufre privación material severa. En 2008 era un 5,5%. En opinión de Save the Children, las iniciativas aprobadas hasta el momento han sido insuficientes para sacar a los pequeños de esta situación.
5. La inversión en becas de libros o los sistemas de préstamo se han reducido un 45% desde 2008, lo que tiene una incidencia directa en la igualdad en el acceso a la educación. La falta de financiación supone carecer del material escolar necesario, mientras que la reducción de becas de comedor implica deficiencias nutricionales en los menores.
En su informe, UNICEF recoge cómo todas estas circunstancias afectan de manera especial a grupos de pequeños cuyas características les colocan en una situación de especial desventaja, como son los niños migrantes, con discapacidad, en riesgo social o de etnia gitana. María Teresa Andrés, directora del Departamento de Inclusión Social de la Fundación Secretariado Gitano, señala que «la crisis afecta antes, con más dureza, durante más tiempo y con efectos más nocivos y duraderos, a las personas y grupos que ya estaban en situaciones de vulnerabilidad, de pobreza o de exclusión social, como es el caso de más de dos tercios de la comunidad gitana«. Por su parte, Inés de Araoz, coordinadora de la Red Estatal de Infancia con Discapacidad (REID) del CERMI, subraya que se desconoce el número de menores en riesgo de pobreza o exclusión social que tienen una discapacidad, por lo que considera «imprescindible» una recopilación de datos estadísticos para aplicar medidas adecuadas, evaluarlas y asegurar su protección.
Objetivo: reducir la pobreza infantil
La lucha contra la pobreza infantil es un objetivo común. España lo contempla en el Programa Nacional de Reformas (PNR) de 2011, donde se compromete a reducir entre 1,4 y 1,5 millones el número de personas en riesgo de pobreza y exclusión social, en un plazo que culminaría en 2019. El Gobierno anunció un fondo extraordinario de 17 millones para abordar esta situación. Sin embargo, a juicio de Alberto Soteres, director general de Save the Children en nuestro país, «aunque bienvenido, es insuficiente». Lamenta que «la escasez de inversión pública en políticas de protección a la infancia tiene un efecto demoledor sobre los niños». «Seguimos estando a la cola de la UE en inversión en infancia», recalcaba a comienzos de año.
El Plan Nacional de Acción para la Inclusión Social supone un avance en el reconocimiento de la pobreza infantil en España
Precisamente, el informe de UNICEF recuerda que la Comisión Europea aprobó en febrero de 2013 la Recomendación «Invertir en la infancia: romper el ciclo de las desventajas», que establece el marco para luchar contra la pobreza infantil. Esta recomendación ha sido incluida en el Plan Nacional de Acción para la Inclusión Social (PENAIN) 2013- 2016, «que supone un avance en el reconocimiento del problema de la pobreza infantil en España», aunque, señala UNICEF, «adolece de falta de recursos económicos suficientes y de concreción de las medidas destinadas de forma específica a la infancia». La organización pide que se destinen ingresos suficientes para que la infancia sea «una época de igualdad de oportunidades» que no dependa de los ingresos o las capacidades de los padres.
El director general de Save the Children en nuestro país estima que este plan carece de medidas específicas y que contempla la pobreza infantil como un objetivo transversal. Considera además que se han tomado otras medidas que, lejos de contribuir a este fin, merman «de manera directa o indirecta» los recursos para la infancia o las economías familiares, mientras que la inversión en infancia «está lejos de considerarse como una inversión», ya que se destina el 19% del PIB, «3,7 puntos por debajo de la media de los países de la Unión Europea». El gasto por habitante sería de 270 euros, cuando la media europea llega a los 510 euros.
Un pacto a favor de los derechos infantiles
En 2011, más de uno de cada cuatro niños formaba parte del 20% más pobre de la población, frente a poco menos del 19% de las personas adultas, de acuerdo con los datos manejados por Save the Children. De ahí que esta organización haya considerado imprescindible la firma de un pacto en contra de la pobreza infantil, que también ha propuesto UNICEF. Con motivo de la publicación del citado informe, el Comité español de esta organización ha defendido este pacto para blindar los derechos de la infancia, reducir la pobreza infantil y garantizar la igualdad de oportunidades en la educación. El pacto se asienta en tres pilares:
1. Lucha contra la pobreza infantil y a favor de la inclusión social de la infancia, con medidas adecuadas para ello, como una ayuda universal por hijo a cargo y servicios públicos inclusivos y accesibles.
2. Una educación inclusiva y de calidad, que combata el abandono y el fracaso escolar, preste apoyo educativo, incluya becas de libros y de comedor, así como la promoción del acceso a la enseñanza en el tramo de 0 a 3 años, entre otras cuestiones.
3. Cambios legislativos para mejorar la situación de la infancia, impulsar su participación, visibilizar y protegerla en los presupuestos. En definitiva, políticas y servicios que impulsen una mejora de las condiciones de vida de los niños.
Para Save the Children, luchar contra la pobreza infantil en España implica realizar un diagnóstico riguroso, definir una estrategia común en todos los ámbitos que afectan a la infancia, destinar los recursos necesarios e informar acerca de aquellos que cada administración asigna a la infancia, además de elaborar y aprobar un Plan de Apoyo a las Familias. Para este último, la recomendación de la Comisión Europea debería ser la referencia. La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) apoya las propuestas de UNICEF y Save the Children por considerar que este es «un buen momento para tomar conciencia de la situación actual de la infancia en nuestro país y reflexionar sobre políticas de mejora».