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A pesar de ser las grandes olvidadas, el papel que juega la mujer en la sociedad africana y en los países del Sur es fundamental para el desarrollo de su comunidad. En Malí, a pesar de que el 72,4% de las mujeres aportan ingresos a sus familias, siguen siendo las receptoras de los trabajos peor remunerados. Por ello, la ONG Intervida quiere implicarlas y que sean conscientes del rol tan importante que desempeñan mediante el desarrollo de varios programas específicos.
En el África subsahariana las mujeres encabezan el 31% de los hogares rurales, una cifra considerablemente alta y que encuentra su razón en la emigración de los hombres hacia zonas urbanas por falta de oportunidades
En esta parte del continente africano la mujer aporta entre el 60% y el 80% del trabajo de producción de alimentos, ya sea para consumo en el hogar o para su venta, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). A pesar de estos datos, hasta hace poco no ha empezado a reconocerse la importancia del papel que desarrollan las mujeres como productoras y suministradoras de alimentos.
Esta ONG, consciente de que el potencial femenino es el motor económico y de desarrollo, cuenta con programas de alfabetización destinados a las mujeres, como paso previo al apoyo que se les presta para la constitución de asociaciones promotoras de actividades generadoras de ingresos. También se realizan otras actividades en las que se las asesora sobre el desarrollo de iniciativas económicas que alivien la precaria situación en la que viven. «En este país, la organización lleva a cabo un trabajo de cohesión social y fortalecimiento de las capacidades personales y de grupo, que resultan fundamentales para sustentar cualquier proyecto de generación de recursos y, por tanto, de desarrollo integral», aseguran.
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El primer paso es, sin duda, la alfabetización de la mujer, una acción que encuentra muchos obstáculos, porque las responsabilidades familiares pesan demasiado en ellas y dificultan su alfabetización. De hecho, en Malí, un país en el que hay una tasa de analfabetismo en adultos del 81%, todavía siguen siendo pocas las mujeres alfabetizadas (12%) en comparación con la cifra de hombres (27%). Intervida considera que es importante hacer especial hincapié en la alfabetización de la mujer, ya que es ella la que tradicionalmente ejerce de transmisora de la información. De hecho, existe una expresión popular que dice que “cuando se alfabetiza a una mujer se alfabetiza a una familia, a un pueblo y a una nación”. “Con la alfabetización se dota a las personas de los conocimientos básicos para realizar las gestiones necesarias para la creación de asociaciones. La educación y la alfabetización se convierten en una puerta abierta a la economía y al desarrollo, y las mujeres son las que tienen la llave de esa puerta”, reiteran desde la ONG.
Malí es un país del Sahel con sólo 13 millones de habitantes, de los que la gran mayoría no tiene acceso a los servicios sociales básicos: una educación formal o no formal, atención sanitaria, agua potable o posibilidades de encontrar un trabajo remunerado. Por esta razón, Malí es el escenario donde Intervida realiza proyectos de desarrollo integral, que a su vez es el tercer país más pobre del mundo, en los que se presta especial atención a la mujer, que supone casi el 50% de la población maliense.