Ciudadanos y ciudadanas de todos los continentes tienen una cita con la paz. La asistencia no es obligatoria, pero sí recomendable. El primer punto de encuentro: Nueva Zelanda. Y que no se preocupen quienes viven lejos: desde el 2 de octubre al 2 de enero la I Marcha Mundial por la paz y la no-violencia se acercará a todos los rincones del planeta. Recorrerá más de 90 países en 90 días. Las adhesiones no cesan. Todavía faltan nueve meses, pero la iniciativa es un éxito de participación.
Imagen: Mundo sin Guerras
La vuelta al mundo en 90 días. Esto es lo que se proponen los organizadores de la I Marcha Mundial por la paz y la no-violencia. La finalidad está clara. El lema no deja lugar a dudas. Ni la fecha elegida para la salida: 2 de octubre. Ese día se conmemora el nacimiento de Ghandi y Naciones Unidas lo declaró Día Internacional de la No-Violencia.
Hasta el momento, se han adherido cerca de 700 organizaciones
La forma de participación es libre. La marcha se puede realizar a pie, en bicicleta, corriendo… «La manera en que se tome parte es lo de menos. Lo que realmente buscamos es crear conciencia de la paz y la no-violencia», explica el coordinador internacional de la marcha y fundador de Mundo sin Guerras, Rafael de la Rubia. Esta entidad presume de ser la impulsora de la primera iniciativa de estas características, a la que se han adherido hasta el momento cerca de 700 organizaciones. «Estamos sorprendidos por la cifra. Queríamos contar con unas 500 y hemos sobrepasado las expectativas con creces», subraya De la Rubia.
La paz es la motivación principal. Esta manifestación multitudinaria será un clamor en favor de la no-violencia. Está abierta a todas las personas que compartan la sensibilidad del proyecto. «La guerra es algo primitivo -señala De la Rubia-. Debe haber una presión ciudadana fuerte para acabar con ella. Tenemos que ser la voz de los sin voz». Se pretende que el recorrido se construya entre todos. Un equipo base permanente de 100 personas de distintas nacionalidades hará el recorrido completo y servirá de anfitrión a quienes se sumen en cada etapa. El lazo de unión será el diálogo.
Formas de colaborar
Las primeras estimaciones revelan la participación presencial de un millón de personas, mientras que otros diez millones lo harán de manera virtual. La adhesión puede ser individual o en grupo. Se admite el apoyo con el recorrido de un tramo dentro de un país o en varios, mediante colaboración económica o donación de equipamiento, difundiendo la iniciativa en el entorno y participando como voluntario en la preparación.
Las organizaciones, colectivos y agrupaciones que se quieran adherir deben rellenar la solicitud correspondiente. Su participación puede reducirse a un tramo o cubrir una distancia mayor y se les ofrece la posibilidad de aportar contactos con otras organizaciones o personalidades, impulsar iniciativas complementarias y colaborar en temas de apoyo logístico, comunicaciones, transporte, alojamiento o equipamiento.
Imagen: Mundo sin Guerras
La marcha comenzará el próximo 2 de octubre en Nueva Zelanda y finalizará el 2 de enero de 2010 en la cordillera de Los Andes, en Punta de Vacas (Argentina), al pie del Monte Aconcagua. En total, durará 90 días en los que recorrerá más de 90 países y un centenar de ciudades. “Cubrirá una distancia de 160.000 kilómetros por tierra. Algunos tramos se recorrerán por mar y por aire. Pasará por todos los climas y estaciones, desde el verano tórrido de zonas tropicales y el desierto hasta el invierno siberiano”, señalan los organizadores.
Cubrirá una distancia de 160.000 kilómetros por tierra y recorrerá algunos tramos por mar y aire
Las etapas más largas serán la americana y la asiática. Cada una de ellas tendrá una duración cercana al mes. No obstante, el itinerario no está cerrado. Es un recorrido abierto. “Incluso han empezado a surgir rutas convergentes, como la que pasa por Etiopia, Tanzania y Mozambique hasta República Sudafricana, donde converge con la ruta troncal”, indica el coordinador internacional. A medida que aumentan las adhesiones, se incrementan las ciudades de paso y las actividades complementarias (foros, encuentros, festivales, conferencias y otros eventos), propuestas por los propios participantes. Cada país cuenta con una persona responsable y un equipo promotor, encargados de impulsar el paso de la marcha y otras actividades.
Hasta el momento, de los países confirmados, algunos presentan situaciones conflictivas, por lo que la marcha cobrará en ellos un significado especial. “Atravesaremos India y Pakistán, queremos organizar alguna actividad en la frontera de Corea y en el límite entre Argelia y Marruecos, estamos en contacto con grupos pacifistas en Irak y Siria, y se hará un concierto simultáneo en Israel y en Palestina como arranque de la marcha”, detalla Rafael de la Rubia.