Naciones Unidas ha advertido de que en el Mediterráneo “está ocurriendo una tragedia de proporciones épicas”. Más de 23.000 personas han perdido su vida desde el año 2000 en su intento de llegar a costas europeas mientras huyen de conflictos, hambre y situaciones de desesperación que les impiden vivir en condiciones dignas. Quienes sobreviven, no obstante, no lo tienen fácil. Padecen el rechazo de otros países que se niegan a acogerles o ponen límite a la cantidad de personas que pueden llegar a sus países. En este artículo se explican las cifras y los motivos de la migración, el aumento de los naufragios y rescates en el mar y las medidas que han puesto en marcha distintas ONG.
Las cifras y los motivos de la migración
Se habla del mar Mediterráneo como el mayor cementerio del mundo. Y es que desde el año 2000, más de 23.000 personas han perdido la vida en él: más de 1.700 cada año. ACNUR ha identificado a personas de Eritrea, Siria, Somalia, Sierra Leona, Malí, Senegal, Gambia, Costa de Marfil y Etiopía, entre otras. Estima que en 2014 al menos 218.000 inmigrantes y refugiados cruzaron el Mediterráneo en bote, personas que se juegan la vida porque sienten que en sus países tienen mucho más que perder.
ACNUR estima que en 2014 al menos 218.000 inmigrantes y refugiados cruzaron el Mediterráneo en bote
UNICEF advierte de que entre estas personas también hay niños «que hacen estos viajes expuestos al abuso, a la explotación, a una posible muerte y, si sobreviven, a menudo quedan en condiciones inseguras e inadecuadas, y/o criminalizados». Por ello alerta de cómo esta situación supone una violación de la Convención sobre los Derechos del Niño. Hace unos meses, pidió a los líderes europeos que antepusieran «la vida, los derechos y la dignidad humana» para encontrar una solución a la crisis humanitaria que supone lo que sucede en el Mediterráneo.
Los motivos para escapar de sus países de origen son variados, pero siempre responden a unas condiciones de vida precarias. La Coordinadora de ONG para el Desarrollo (CONGDE) apunta a situaciones de guerra, hambre, persecución y violencia como las causantes de la huida de miles de personas, expuestas a una sistemática violación de los derechos humanos. ACNUR calcula que solo en Siria hay 7,6 millones de desplazados internos, mientras que otros más de cuatro millones han huido del país, en su mayoría, a Turquía, «el país del mundo que más refugiados acoge, con 1,8 millones de sirios».
Naufragios y rescate de personas en el mar
El informe «La vergüenza de Europa, a pique. Omisión de socorro a refugiados y migrantes en el mar», de Amnistía Internacional, repasa algunos de los principales hundimientos de embarcaciones con muertes en 2015, las consecuencias del fin del operativo de salvamento Mare Nostrum y recomendaciones para evitar esta crisis. Es un informe «con un Plan de Acción -señala la organización- que pide a los gobiernos europeos que tomen medidas inmediatas y efectivas para poner fin a una catástrofe que está causando la muerte de miles de personas migrantes y refugiadas».
Solo en abril se ahogaron más de 800 personas en el naufragio de una embarcación
Uno de estos hechos ocurrió el pasado 18 de abril. Ese día, se estima que se ahogaron más de 800 personas mientras un barco mercante intentaba salvarlas. Los testimonios de quienes han sobrevivido a tragedias como esta se recogen en el informe y son un documento único que pone de manifiesto cómo «los barcos mercantes desempeñan un importante papel en las operaciones de salvamento actuales», pero Amnistía Internacional insiste: «No están diseñados, equipados ni entrenados para realizar operaciones de salvamento marítimo».
La citada operación Mare Nostrum se cerró a finales de 2014. Era la operación humanitaria de la Marina italiana. Su fin «ha contribuido a un dramático aumento de las muertes de migrantes y refugiados en el mar«, señala Amnistía Internacional. «Si se confirman las cifras de los últimos incidentes, este año habrán perdido la vida 1.700 personas, 100 veces más que durante el mismo periodo de 2014», calcula. La continuidad de este dispositivo es la denominada Operación Tritón, en manos de la agencia que gestiona las fronteras de la Unión Europea (Frontex) y que, recuerda Amnistía Internacional, no es una operación de búsqueda y salvamento: «A diferencia de Mare Nostrum, cuyos barcos tenían un área de operaciones que se extendía al sur de Lampedusa alrededor de 100 millas náuticas, Tritón se limita a una patrulla fronteriza a 30 millas náuticas de las costas de Italia y Malta, lejos de donde la inmensa mayoría de los barcos tiene problemas».
Medidas en marcha de las ONG
Ante esta situación, distintas ONG han puesto en marcha sus propias medidas para hacer frente a este drama. Amnistía Internacional ha pedido una operación humanitaria «dotada de buques adecuados, aviones y otros recursos, que patrulle donde haya vidas en peligro». De hecho, Médicos Sin Fronteras puso en marcha el pasado 2 de mayo un operativo de rescate en el Mediterráneo y desde entonces ha rescatado y transferido a puerto a 6.557 personas en casi 40 operaciones. En el especial «Crisis humanitaria en el Mediterráneo» explica el funcionamiento de este operativo y los detalles del drama que sacude este mar.
Varias ONG han pedido a la Unión Europea que cambie la política migratoria y reanude las operaciones de rescate
Esta organización ha alertado de una multiplicación del número de migrantes y refugiados en los bosques de los alrededores de la localidad griega de Idomeni, en la frontera helena con la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM), donde realiza consultas médicas y apoyo psicológico, además de entregar artículos de primera necesidad. La mayoría de estas personas, asegura, huyen de la guerra y la violencia en Siria, Afganistán e Irak. «Algunas se encuentran en situación de especial vulnerabilidad dado que se trata de personas mayores o con discapacidad, mujeres embarazadas y niños menores de cinco años. Muchos viven en condiciones precarias, en el monte o en la estación de tren, y carecen de refugio, alimentos o acceso a instalaciones de higiene», advierte. «Muchas han sufrido episodios traumáticos en sus países de origen y han tenido que soportar un viaje agotador y peligroso», añade Aggela Boletsi, psicóloga de la organización.
Desde Save the Children se ha iniciado la acción «No más muertes en el Mediterráneo» para pedir a la UE que cambie la política migratoria y que active de nuevo las operaciones de rescate como Mare Nostrum. Recuerda que entre quienes tratan de llegar a Europa hay niños que «huyen de la guerra y de la persecución, del hambre y de la falta de oportunidades» y que su seguridad «está por encima de cualquier frontera».