Un minuto, incluso unos segundos, son suficientes para perderlo todo. Terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, inundaciones y otras catástrofes pueden arrasar amplias superficies de manera fugaz. Ni siquiera el aviso de lo que se avecina es a veces suficiente para evitar las consecuencias. Es ahí donde actúan, a contrarreloj, los equipos de rescate.
Imagen: S.A.R. España
El tiempo es su principal enemigo. A medida que avanza, su tarea se complica. Las posibilidades de éxito se desvanecen. Si algo caracteriza a los equipos de emergencia es la rapidez. No pretenden ser héroes, pero sus actuaciones, a menudo, son heroicas. Les ayudan perros de rescate especialmente entrenados para «localizar a gente perdida en el campo o personas atrapadas en los escombros», explica el presidente de Salvamento, Ayuda y Rescate (S.A.R. España), Roberto Rubio.
La actividad de esta ONG se divide entre el apoyo a quienes necesitan ser localizados, rescatados o atendidos por equipos médicos. «Ayudamos a pueblos que, debido a su situación, necesitan colaboración externa frente a una intervención rápida», subraya Rubio. Su primera participación en una situación de emergencia tuvo lugar durante el terremoto de Turquía, aunque no fue hasta 2005 cuando fundó la entidad para mitigar los efectos producidos por las catástrofes y favorecer la prevención de éstas en cualquier parte del mundo.
La experiencia de estos años ha permitido a los miembros de S.A.R. mejorar en su labor. Equipamiento, organización, logística, dedicación y gestión son los cinco elementos claves. De ellos depende el éxito o el fracaso de una operación. «No se ven en una emergencia, pero están ahí». Sin ellos no habría planos, contacto con otras entidades, envío de noticias ni formación. «Fracasar en la preparación es prepararse para el fracaso», reza el lema de la entidad.
Requisitos para participar como parte del personal
Todo el personal que forma parte de estos equipos se recicla continuamente para estar preparado ante una catástrofe. Aunque están ligados profesionalmente al sector de las emergencias, los voluntarios se coordinan con instituciones homólogas de otras provincias o países para realizar prácticas, simulacros, congresos y otras actividades que permitan poner en común los entresijos de su tarea.
En un plazo de seis horas, todo está listo para partir gracias a un equipo de guardia permanente
Otro requisito esencial es la necesidad de estar localizable por teléfono «las 24 horas del día, los 365 días del año», afirma el presidente de la entidad. El tiempo de respuesta se calculo con cronómetro. No admite retrasos porque cuanto antes se llegue, el éxito del trabajo será mayor. Por si fuera poco, los factores climáticos, las epidemias posteriores y la escasez de alimentos complican todavía más el trabajo. «El frío, el calor, las fuertes lluvias y la falta de agua potable restan hasta un 50% las posibilidades de éxito en las primeras 24 horas del suceso.
En un plazo de seis horas, todo está listo para partir. ¿Cómo es posible? Además de realizar las gestiones diplomáticas correspondientes y reservar los vuelos, existe un equipo de guardia permanente formado por tres sanitarios, un técnico en comunicaciones, un jefe de expedición, un responsable de almacén, dos técnicos especialistas en desescombro, seguridad y rescate, un responsable de planificación, un responsable de comunicación y marketing, y un equipo canino.
Imagen: S.A.R. España
El huracán Durian en Filipinas, el terremoto de Perú, las inundaciones de Bolivia, Ecuador y Argentina, el ciclón de Myanmar… Son sólo algunos de los escenarios en los que S.A.R. ha intervenido. En todos ellos, los rescates fueron vitales, pero se puede hacer más. La entidad coordina un proyecto de formación hacia la prevención y mitigación de emergencias en Ecuador. Se trata del I Curso de formación a mandos intermedios y superiores de entidades de emergencia.
Con la máxima de reducir los efectos de los desastres “en el menor tiempo posible” se presta especial atención al asesoramiento técnico. Se identifican y catalogan proyectos de cooperación, se inician lazos de cooperación con instituciones locales encargadas de asistencia en desastres y se anima a proteger los derechos de los niños en situaciones de emergencia.