El terremoto de Haití ha dejado a dos millones de niños en situación de vulnerabilidad. Entre ellos, se presta una atención especial a quienes se han quedado solos, sin necesidad de que sean huérfanos. La sacudida cogió a cientos de menores alejados de sus familias, buena parte de ellos en centros escolares. En otros casos, diversas circunstancias han favorecido su separación. Proteger a estos pequeños e intentar que se reencuentren con sus familiares es vital para evitar que sufran malnutrición, enfermedades, traumas emocionales o, incluso, sean víctimas del tráfico de niños.
La ONU pidió hace varios días que se identifique lo antes posible a los niños que se han quedado solos en Haití. Solicitó cuidados y protección para los pequeños en un intento por conseguir que, quienes no han perdido a sus familiares en el desastre pero tampoco están junto a ellos, se reencuentren pronto. El organismo recordó que son las víctimas más vulnerables, pero las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que trabajan en estas zonas tampoco se cansan de repetirlo.
Para los niños que están solos se habilitan espacios seguros, donde juegan y se recuperan del sufrimiento
Save the Children calcula que dos millones de niños han resultado afectados, de una u otra manera, por el terremoto que ha asolado Haití. Casi todo el país está afectado, no sólo la capital, Puerto Príncipe, como han subrayado diversas ONG. Afirman que los medios de comunicación se centran demasiado en la situación en esta ciudad, pero insisten en que otras localidades también lo han perdido prácticamente todo.
La directora ejecutiva de UNICEF, Ann Veneman, ha mostrado su «extremada» preocupación por la situación de los niños en Haití. En una declaración oficial, afirmaba que se ha visto a muchos «separados de su familia o tutores», lo que supone que «se enfrentan a riesgos crecientes de malnutrición, enfermedades, tráfico de niños, explotación sexual y serios traumas emocionales».
Imagen: UNICEF/Roger LeMoyne. Haití 2010
Un experto en protección infantil de UNICEF se ha trasladado a la República Dominicana para trabajar con la Brigada Policial de tráfico de personas y evitar el abuso y la explotación sexual de los menores y las mujeres. La ONU estima que miles de niños podrían vagar por las calles o estar en hospitales, «sin agua, sin comida y sin protección contra la violencia y el abuso». Una de las iniciativas para evitarlo es la habilitación de espacios seguros en refugios y campamentos. Save the Children ya ha comenzado esta tarea. Son lugares en los que se protege a los niños para que puedan jugar, pero también «recuperarse del sufrimiento que han soportado y del que han sido testigos».
Registro de padres e hijos
Entre los «Compromisos básicos de UNICEF en situaciones de emergencias» destaca la colaboración para prevenir que los niños se separen de sus familias. Para ello, se desarrollan labores orientadas a la identificación, el registro y el examen médico de los pequeños que no están acompañados. La organización busca «garantizar que se pongan en funcionamiento sistemas de localización de las familias y servicios de atención y protección a los niños y niñas».
La protección de la infancia es una prioridad. Se identifica y se registra a los pequeños solos, a la vez que se intenta localizar a sus familiares. «La reunificación es una de nuestras prioridades en situaciones de emergencia en las que algunos niños se han separado de sus padres durante los momentos de caos y confusión o bien han quedado huérfanos», explica una portavoz de UNICEF. Se elaboran dos registros: uno infantil y otro con la identidad de los padres que han perdido a sus hijos. Es una tarea que se realiza de manera muy coordinada entre distintas organizaciones «porque es la única forma de que esos menores puedan reencontrarse con sus familiares».
En Haití, este trámite ya ha comenzado a través de UNICEF, Save the Children y Cruz Roja, que cuentan con la ayuda del Gobierno del país. «Pero es necesario hacer mucho más», advierten desde UNICEF. El siguiente paso será intentar reunir a los niños con sus familias y apostar por cuidados alternativos -incluida la adopción internacional– para quienes no tengan la posibilidad de reencontrarse.
Imagen: UN Photo/Marco Dormino. Haití 2010
Las imágenes de las catástrofes que dan la vuelta al mundo en estos casos favorecen el incremento de las peticiones de adopción. Save the Children describe cómo sus miembros desplazados a Puerto Príncipe “se encuentran a cada momento con padres aturdidos y totalmente deshidratados andando por las calles con sus hijos e hijas, buscando agua potable, alimentos y refugio”. Estas escenas se repiten, pero también con niños solos. Es a ellos a quienes se quiere atender. “Recibimos solicitudes de familias que quieren adoptar o acoger a niños haitianos, pero la prioridad ahora es brindarles un entorno protector, alimentos y agua, y proporcionarles apoyo económico y emocional”, detalla UNICEF.
Sería deseable centrar los esfuerzos en que los pequeños encuentren a sus familias y permanezcan en su país de origen
Es probable que la acogida y la adopción sean, en algún momento, uno de los mecanismos para proporcionar cuidados y apoyo a los niños haitianos. Sin embargo, sería deseable centrar los esfuerzos en que estos pequeños encuentren a sus familias y permanezcan en su país de origen, que deberán sacar adelante en el futuro y cuya cultura y entorno les identifica. “Cuando los niños están involucrados en la reconstrucción de su comunidad, se recuperan de la catástrofe con mayor rapidez”, recalca Save the Children.
Sólo cuando se demuestre que es imposible reunir a los niños con sus familias, “tras un análisis apropiado”, las autoridades competentes tomarán en consideración otras alternativas, como la adopción, señala UNICEF. Los expedientes para la adopción internacional que ya estaban abiertos antes del terremoto se acelerarán para garantizar la protección de estos niños, pero de momento serán los únicos que saldrán del país por esta razón.
Hasta hace escasos días, era la catástrofe natural de mayores dimensiones y que despertó más solidaridad entre los habitantes de todo el mundo. El tsunami que en 2004 azotó Asia centró la atención y el apoyo de miles de personas. Ahora esta experiencia, el modo en que se actuó en aquella ocasión, servirá de ejemplo para afrontar con éxito la reconstrucción de Haití.
Plan Internacional participa en las labores de ayuda en este país, igual que hizo lo propio en Asia: “Plan India involucró a los niños de la zona en el trazado de poblados y viviendas nuevas respetuosas con el medio ambiente en Villupuram, mientras que Plan Sri Lanka trabajó con los niños para realizar el trazado de una escuela infantil de referencia en Hambantota”, explica la ONG.
Es conveniente que los niños participen en las labores de reconstrucción porque les ayuda a superar los posibles traumas. Plan estima que el 45% de los casi 10 millones de haitianos son menores de 18 años e insiste en que el grupo más vulnerable “son los niños desatendidos, sin ningún adulto que esté a su cargo, y aquellos cuyos padres han perecido en el terremoto”.
¿De qué manera podrían colaborar los pequeños en un futuro mejor para Haití y para sus familias? De nuevo, basta volver la mirada a Asia. En los últimos años, Plan ha trabajado en una zona de Bangladesh propensa a inundaciones. Ante el temor a que las escenas de dolor se repitieran, los niños “mostraron su preocupación porque sus padres raras veces ahorraban en caso de que adviniera una emergencia”, explica Plan España. La organización les ha enseñado a ellos mismos a poner en práctica un plan de ahorro para que colaboren con sus familias en la compra de alimentos y provisiones. Cuando sucede una tragedia como la de Haití, es imprescindible estar preparados para que, en caso de repetirse, las consecuencias no sean tan graves. Estas acciones son el pilar para “reconstruir sus vidas, sus comunidades y darles la oportunidad de tener un futuro mejor”.