A comienzos de año, HelpAge International se estableció en España y sumó nuestro país a la larga lista de regiones donde trabaja, más de 70. La directora de Alianzas Estratégicas, Sylvia Beales, explica que uno de los objetivos de la organización es difundir la ayuda que los mayores prestan a los ciudadanos “en todas las partes del mundo”, a pesar de que sus derechos se vulneren a menudo. Por ello, pide a los gobiernos y a los ciudadanos que tengan en cuenta a los mayores y recuerda que “pronto, en 2040, las personas mayores de 60 años superarán en numero a los menores de 14 años”.
Comenzamos a tener contactos en España en 2001, en parte, debido a la decisión de este país de ser anfitrión de la conferencia mundial sobre envejecimiento de la ONU, celebrada en Madrid en abril de 2002. Ahora, en 2010, es el momento de retomar contactos, ya que estamos en un periodo de revisión del plan, que culminará en 2012 con una revisión global de la implementación del mismo 10 años después.
“Buena parte de los mayores que viven en países pobres trabajan hasta una edad muy avanzada y, en ocasiones, en condiciones infrahumanas”
En todas las partes del mundo, los mayores ayudan a sus sociedades, a sus comunidades y a sus familias, tanto con apoyo material y emotivo, como con el cuidado de los nietos, con su experiencia, sabiduría y memoria. Buena parte de los mayores que viven en países pobres trabajan hasta una edad muy avanzada y, en ocasiones, en condiciones infrahumanas. Pero lo hacen por el futuro de su familia. En los hombros y labores de los mayores se construye el futuro de nuestras sociedades.
Los derechos básicos de todos los seres humanos engloban los derechos a tener comida, salud, agua potable, servicios sanitarios o seguridad social en la vejez. Las leyes deberían reconocer la igualdad de todas las personas, pero ser mayor, a menudo, implica ser pobre, no tener acceso a medicinas, ni pensión, ni sustento regular, agua potable o servicios sanitarios. Algunas personas ni siquiera tienen papeles de identidad para reclamar derechos ante la ley.
Cuando los mayores se organizan, consiguen cambios sociales, que sus derechos y sus necesidades se atiendan. En los países donde se les escucha, es posible influir para asegurar derechos como la salud o una pensión regular. En Bolivia, los mayores se han organizado durante muchos años y ahora cuentan con una pensión social -la renta dignidad- y el derecho al servicio de salud.
“Las políticas de desarrollo favorecen, en su mayoría, a los niños y a los jóvenes, sin tener en cuenta que muchas veces dependen de los mayores y que estos carecen de apoyo”
El plan es excelente. Se divide en tres aéreas principales: envejecimiento y desarrollo, envejecimiento y salud, y creación de entornos propicios y favorables (“enabling environment”). El plan es ambicioso y visionario. Pide que los gobiernos y sus sociedades tomen en cuenta que pronto, en 2030, viviremos en un mundo donde la mayoría de personas superarán 60 años de edad. Por eso, hay que tomar decisiones distintas sobre nuestras prioridades sociales y asegurar para los mayores derechos como salud, vivienda, pensiones y trabajo decente. Algunas acciones en determinados países intentar adaptar su política al cambio demográfico, apuestan por un mundo mas intergeneracional, pero faltan muchos espacios por cubrir. Las políticas de desarrollo favorecen, en su mayoría, a los niños y a los jóvenes, sin tener en cuenta que muchas veces dependen de los mayores y que estos carecen de apoyo.
Muchos carecen de una pensión y la vida así es muy complicada. Tener acceso a una ayuda económica y a servicios de salud y vivienda es un lujo para la mayoría de los mayores en el mundo. Sus condiciones de vida pueden ser insoportables. Sin embargo, todos los mayores tratan siempre de contribuir al bienestar familiar, al margen de sus condiciones.
“A menudo, la labor de la persona mayor no se reconoce, no figura en las estadísticas nacionales e internacionales, pero sustenta a la familia”
Es un derecho universal y cumplirlo lograría un mundo sin diferencias. Los mecanismos de control deberían recaer en los propios beneficiaros y en las organizaciones de la sociedad civil. En Sudáfrica, Lesoto, Bolivia o Brasil tienen mucha experiencia en este sentido y cuentan con métodos seguros para cumplir con este derecho.
Se trabaja en condiciones infrahumanas. En general, son trabajos peligrosos, mal pagados, poco saludables y no regulados. A menudo, la labor de la persona mayor no se reconoce, no figura en las estadísticas nacionales e internacionales, pero sustenta a la familia. Los mayores recogen algodón, arroz, basura, cuidan de los nietos, realizan las tareas del hogar, trabajan en granjas o limpian las calles.
Esto es evidente en países afectados por VIH/sida y en países inmersos en conflictos y emergencias. Los mayores son quienes se quedan en las tierras y aseguran la continuidad de la familia.
“Los adultos mayores también puedan contraer VIH/sida por transmisión sexual, pero se carece de programas informativos orientados a este grupo”
Pierden a sus hijos y, además de sufrir por esta pérdida, sufren porque no pueden cuidar a sus nietos de forma adecuada. Conocemos a hombres mayores de 75 años, en países como Uganda, que cuidan a 30 nietos. Además, los adultos mayores también puedan contraer VIH/sida por transmisión sexual, pero se carece de programas informativos orientados a este grupo de edad. Esto hace que sea una población importante de riesgo.
Naciones Unidas publicó un informe el mes pasado en el que indicaba que, a pesar de la privacion experimentada por mujeres jóvenes y niños en Haití desde el terremoto, son los mayores quienes corren mayor riesgo. El auxilio pasa por alto a los mayores porque, al ser más frágiles y con menos movilidad, no pueden hacer escuchar sus demandas de agua y comida. Buena parte de las más de 200.000 personas que fallecieron debido al terremoto tenían más de 60 años, según la ONU.
Si preguntamos a una persona mayor qué es lo más importante para ella, responderá, en la mayoría de los casos: la salud. Sin salud, se siente una carga para su familia. Para las mujeres es muy importante porque de su salud puede depender su capacidad para cuidar a los nietos, trabajar las tierras o limpiar la casa. Si enferma, puede sufrir abusos. El acceso a un servicio de salud apropiado es de suma importancia en todas las partes del mundo.
Los mayores tienen memoria, experiencia de adaptación e ideas para el futuro. Conocen la tierra, las plantas, los mecanismos de supervivencia. También son quienes permanecen en las tierras afectadas por el cambio climático. Ya que han sobrevivido a varios desastres climáticos, sus aportaciones son fundamentales para complementar el conocimiento científico.
“En muchas partes del mundo, las personas mayores viven de manera aislada, sobre todo, cuando sufren enfermedades o debilidad mental”
Tenemos muchos ejemplos de intercambios entre mayores y generaciones jóvenes, pero también es posible que se desconozca la experiencia de la persona mayor. Debemos esforzarnos, escuchar, buscar. En muchas partes del mundo, las personas mayores viven de manera aislada, sobre todo, cuando sufren enfermedades o debilidad mental. Pero con esfuerzo personal es posible aprender de su experiencia para el beneficio de todos.