Imagen: Jay Gooby
Los trabajos en beneficio de la comunidad son actividades de utilidad pública o social, que se llevan a cabo en entidades públicas o en entidades privadas sin ánimo de lucro. Se introdujeron por primera vez en 1995 y su finalidad es la reeducación y reinserción social de personas que han cometido una falta o delito. Sustituyen a las penas de hasta dos años y, por ello, la ley exige su relación con la infracción que se haya cometido.
Están regulados en el Real Decreto 515/2005, de 6 de mayo, y en el artículo 49 del Código Penal. Ambas normas establecen que los trabajos en beneficio de la comunidad no están remunerados, deben tener una duración entre cuatro y ocho horas diarias, y han de centrarse en labores de reparación de los daños causados o de apoyo y asistencia a otras personas.
Se adaptan a las capacidades, habilidades y preferencias de la persona que los realiza y pueden ayudar a la integración en el mercado laboral
Algunos municipios cuentan con convenios de colaboración firmados con asociaciones y organizaciones no gubernamentales (ONG). Gracias a estos acuerdos, que no tienen fines lucrativos, los trabajos en beneficio de la comunidad están supervisados por el personal de las propias organizaciones. Lo habitual es que la persona que desempeña estos trabajos elija aquella entidad que mejor se adapta a sus intereses. De hecho, se realizan informes periódicos en los que se recogen los resultados y logros individuales.
Un reciente estudio sobre este tema destaca los «efectos positivos» que este tipo de trabajos tienen en las personas cuando la tarea se adecua a sus capacidades, habilidades y preferencias. Por otro lado, aunque no se intenta dotar de una formación laboral específica, es inevitable que se adquieran ciertas habilidades y hábitos que pueden servir para reintegrarse en el mercado laboral.
Causas y trabajos que se realizan
Estos trabajos los pueden realizar tanto personas adultas como menores. En este último caso, se aplican cuando se comete alguna falta y no pueden superar las 100 horas, excepto en el supuesto de menores con más de 16 años. Sobre las causas, se pueden llevar a cabo trabajos en beneficio de la comunidad por realizar una pintada en un espacio público, practicar el «botellón» o cometer una infracción de tráfico, entre otras.
Suelen estar relacionados con el mantenimiento de espacios públicos, limpieza de zonas verdes o programas de defensa de derechos humanos
Los trabajos que a menudo se desempeñan dentro de este concepto abarcan tareas de limpieza u otras que reportan beneficios para la ciudadanía en su conjunto. No pueden sustituir puestos de trabajo remunerados y se realizan en el ámbito de organizaciones sociales y de voluntariado. Las entidades más habituales son las de caridad, asociaciones de vecinos y aquellas que prestan ayuda a grupos en riesgo de exclusión social o desarrollan actividades de protección del medio ambiente.
En concreto, las actividades que se desarrollan tienen que ver con el mantenimiento de equipamiento y espacios públicos, limpieza y cuidado de zonas verdes, servicios a personas discapacitadas, labores de protección civil, acompañamiento de personas mayores, ayuda a menores conflictivos, conservación de la naturaleza, cuidado de animales, trabajo en bibliotecas, programas de defensa de derechos humanos…
El fin último de los trabajos en beneficio de la comunidad es que la persona comprenda las consecuencias de sus actos. De ahí que tengan relación con las faltas que se cometen. Si por ejemplo se realiza una pintada en un edificio, el trabajo puede consistir en eliminar otras pintadas. Asimismo, se persigue el compromiso con la labor que se lleva a cabo, el desarrollo de habilidades sociales y que estos trabajos se hagan en la misma localidad de residencia de la persona, puesto que da la oportunidad de colaborar con entidades cercanas y mantener esa colaboración en el futuro.
Por otro lado, los trabajos tienen que ser proporcionales a la falta que se ha cometido y no se debe dejar que transcurra demasiado tiempo entre la comisión de la falta y el trabajo. En el caso de los menores, es necesario que estén acompañados de una persona adulta que supervise su labor y les ayude a comprender la responsabilidad de sus actos.