Daniel Ramón Ros, un misionero valenciano de 33 años destinado en Colombia, iniciará en breve la construcción de casas y aulas en el país sudamericano para jóvenes desarraigados que pertenecen a bandas callejeras, con el objetivo de dales una formación y reinsertarlos socialmente, según indicó el propio misionero, perteneciente a la fraternidad Verbum Dei.
Ramón se encuentra ahora en Valencia donde ha mantenido encuentros con los responsables de la Fundación Ad Gentes, vinculada al Arzobispado, que ha confirmado su apoyo financiero al proyecto, cuyos destinatarios son grupos integrados por muchachos toxicómanos y delincuentes de 15 a 18 años que actúan por barrios dentro de la ciudad.
Uno de los objetivos de la fraternidad Verbum Dei en Medellín es ofrecer formación misionera para «provocar un cambio en las conductas de las personas con el fin de generar estructuras sociales nuevas».
Desplazados
Ramón Ros también tiene previsto ampliar su proyecto a los habitantes de los «barrios de desplazados», donde viven gentes que han abandonado los pueblos por amenazas de los grupos paramilitares.
Los desplazados viven en lugares muy pobres y generan focos de mendicidad, miseria y delincuencia, indicó el misionero, para quien la «degradación» de Medellín y su entorno «se debe al desempleo casi generalizado, la violencia, la desconfianza y el miedo por la continua corrupción».
Con las ayudas solicitadas, cerca de 30.000 euros, se financiará la construcción de edificios para poder impartir desde allí las clases, ya que hasta ahora la formación era itinerante. A través del proyecto, que incluye además la rehabilitación de viviendas ya edificadas, está previsto atender a cerca de 400 personas de la ciudad, tanto niños y jóvenes, como familias y matrimonios.