Unos 23 millones de personas más podrían quedar por debajo del umbral de la pobreza si la recesión se instala en los países avanzados y provoca una desaceleración mundial de 1,3 y 1,6 puntos en el Producto Interior Bruto (PIB) mundial en 2011 y 2012, según ha alertado el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los modelos desarrollados por los economistas del FMI indican que ese aumento sería sobre todo notable en la región asiática y el África subsahariana.
El umbral de la pobreza está definido por el Banco Mundial (BM) como vivir con menos de 1,25 dólares por persona al día. El BM estima que existen unos 1.200 millones de personas en el mundo que viven por debajo del umbral de la pobreza. «Existen graves riesgos a la baja para las previsiones actuales, a los que son altamente vulnerables los países de bajos ingresos», agrega el informe. «El margen fiscal de estos países es mucho más limitado y están en una situación más débil para enfrentarse a choques externos antes de la crisis», asegura el informe del FMI. Por ello, el organismo internacional recomienda a las autoridades de estos países utilizar de manera «más activa» las políticas monetarias y de tipo de cambio, y un «mayor reajuste de las políticas macroeconómicas».
Esta desaceleración implicaría un crecimiento del 2,6% y del 2,4% a nivel mundial para 2011 y 2012, frente al 3,9% y 4%, respectivamente, pronosticado por el FMI en septiembre. Los países de bajos ingresos se verían afectados principalmente a través de una «reducción de la demanda de sus exportaciones, descenso de los flujos de inversión y de las remesas, por debajo de la tendencia actual».
El FMI analiza también los escenarios posibles ante una nueva alza de los precios de los alimentos y de las materias primas en estas regiones. Un incremento del 25% en los precios de los alimentos y un 21% en el del petróleo en 2011 afectaría sobre todo a la estabilidad de precios y sería mucho más asimétrico, lo que ampliaría la brecha entre ricos y pobres dentro de los propios países. Según el FMI, de acuerdo con este escenario de repunte de precios, cerca de 31 millones de personas pasarían a vivir bajo el umbral de la pobreza.
Para hacer frente ante esta situación, el organismo aconseja un fortalecimiento de los amortiguadores fiscales a través de un ajuste y el empleo de subvenciones dirigidas a los sectores más desfavorecidos. El FMI asegura, no obstante, que el escenario de ralentización global de la economía es más plausible que el de nuevo repunte de los precios de las materias primas.