En África, muchas comunidades han comenzado a poner fin a la práctica de la mutilación genital femenina, «a pesar de las fuertes trabas sociales». Este dato positivo se recoge en el informe «Cambio Social: hacia el abandono de la Mutilación Genital Femenina en cinco países de África», elaborado por el Centro de Investigación Innocenti del Fondo de la ONU para la Infancia UNICEF. El estudio examina las «estrategias prometedoras» para el abandono de la mutilación genital femenina que llevan a cabo comunidades en Egipto, Etiopía, Kenia, Senegal y Sudán.
Según sus autores, la base del éxito de estas iniciativas está en no juzgar a las comunidades, «sino en trabajar con ellas de forma directa para reforzar los aspectos positivos de la cultura local». La portavoz de UNICEF en Ginebra, Marixie Mercado, explicó que el documento muestra que en las comunidades donde se efectúa ese tipo de mutilación, la principal motivación es a menudo «el deseo de proteger a las niñas y, en muchos casos, hacerlas aptas para el matrimonio». Pero este deseo de hacer lo mejor por sus hijas «también puede generar la decisión de poner fin a la mutilación genital femenina», aseguró Mercado.
El Director del Centro de Investigación Innocenti, Gordon Alexander, expone que «la decisión de una familia de abandonar o practicar la mutilación genital femenina está directamente relacionada con la recompensa o la recriminación social». Entender las diferentes dinámicas sociales que perpetúan esta práctica, ha influido en el cambio del enfoque con el que se aborda su erradicación. «No existe una única respuesta, ni solución. Pero se progresa, por ello, ahora es el momento de ampliar estos esfuerzos y conseguir cambios en las vidas de las niñas», señaló Alexander.
Los programas que tienen mayor éxito implican a los miembros más respetados de la comunidad (líderes religiosos, locales, redes sociales e instituciones). Pero además, «son necesarias reformas legislativas, implementación de políticas nacionales e implicación de los medios de comunicación», señala el informe.
La cifra de mujeres mutiladas oscila entre 70 y 140 millones. En África, se calcula que cada año tres millones de niñas y mujeres corren el riesgo de ser mutiladas. Esta práctica se lleva a cabo también en algunos países de Asia, Oriente Medio y, en menor medida, en comunidades de inmigrantes en Europa, Australia, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos. La mutilación genital puede tener graves consecuencias en su salud a largo plazo, como hemorragias, problemas urinarios, complicaciones en el parto y la muerte de recién nacidos.